RIVALES | WINRINA

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Último día de clases.

Las semanas siguientes pasaron volando y al fin Karina ya no tendría que estudiar para cada maldito exámen, era realmente un alivio. Más aún cuando últimamente las chicas del grupito le habían hecho la vida imposible y ahora que acababan clases, no las vería durante dos meses. Dos hermosos y largos meses.

De alguna manera, aquello debía de alegrarle. Estaría divirtiéndose con sus amigos y sin la presencia de la imbécil de Kim Minjeong, pero no pudo evitar sentirse deprimida todo el día. Podía notar que NingNing se mostraba igual que ella. La única que parecía realmente feliz era Yeri, quien no dejaba de sonreír.

Hoy no había razón alguna para ir a la biblioteca, así que no lo hizo. Karina tampoco creía que la rubia fuera a ir. Pero, al llegar al comedor y no encontrar a sus amigas, se asustó. Fue al primer lugar donde esperó encontrarlas y ese sitio era el baño.

— ¡Son una zorras! —  Escuchó la voz de su mejor amiga hablar, Yeri.

— ¡¿Qué mierda les pasa?! — Bueno, últimamente su otra mejor amiga había mejorado el carácter, seguía siendo tímida pero a veces soltaba una que otra maldición cuando estaba muy furiosa.

Karina entró al baño y se encontró con las dos chicas cubiertas de pintura rosa. Habría reído si no fuera porque las dos chicas parecían furiosas y no quería que se desquitaran con ella.

— Siendo honesta, Yeri. Tu color no es el rosado -— Intentó bromear y las chicas la fulminaron con la mirada. — A ver, ¿Giselle? ¿Winter? ¿Momo? ¿Quién fue?

— Todas ellas — Respondió una molesta NingNing y después de quitarse el pegote del cabello, soltó un chillido. — ¡Cómo detesto a Giselle!

— ¡A todas esas malcriadas! — Dijo Yeri, sin referirse a alguien en especial.

Karina si lo habría hecho. No soportaba específicamente a Winter, pero no lo dijo.

— ¿Cómo sucedió? — Preguntó, dejando su mochila en el suelo y abriéndola.

Le entregó una camiseta limpia a su amiga y luego una sudadera a la castaña. Ya era la costumbre traer ropa de cambio, desde principios de año que llevaba haciéndolo, aunque sus amigas nunca siguieran su consejo. A Karina le era muy útil.

— Estaba abriendo mi casillero tranquilamente, NingNing estaba conmigo — Comenzó a decir Yeri mientras se lavaba la cara y el cabello, después se despojó de su camiseta y se colocó la que Karina le había entregado. — Entonces, de la nada, algo explota en el y cuando abro los ojos, estoy cubierta en pintura.

— Y yo, por estar allí, también fui bañada en pintura. Qué desagradable — Dijo NingNing, también quitándose la camiseta sucia y colocándose la sudadera.

— Qué zorras — Comentó una Karina sorprendida, ellas cada vez mejoraban sus métodos de acoso para las chicas.

— ¡Y Winter! Ella es una perra — Dijo muy enojada Yeri y pudo ver como NingNing también la apoyaba asintiendo.

— Winter simplemente pasó a nuestro lado y nos tomó varias fotos mientras se reía. Ahora deben de estar por toda la red escolar — Dijo echando humo y Karina abrió los ojos ¿Winter había hecho aquello?

— Ella... ¿Hizo eso? — Le sorprendía, ya que hasta el momento la rubia nunca había participado directamente en las bromas.

— ¡Sí! — Vociferaron las dos, ahora más limpias, y Karina tomó asiento en el frío adoquín del baño.

Ya era una costumbre para ellas sentarse en el sin temor a que las vieran, nadie nunca utilizaba el baño del tercer piso.

— Supongo que todas son unas zorras — Susurró un poco decepcionada, pero luego pareció molestarse.