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Después de haber perdido a Winter por los pasillos, cabe aclarar que duraron unos minutos corriendo una atrás de la otra mientras Winter la perseguía para darle un golpe, cuando finalmente había escapado.

Ahora estaba de camino a las duchas ¿Para que la quería ver Giselle?

Esperaba que no fuera algo malo, aunque ya hacía tiempo desde que ella y su grupito la habían fastidiado, seguro se debía a Ningning.

Al llegar no había muchas chicas pero en una pared estaba recostada Giselle, llevaba su uniforme de animadora y parecía nerviosa.

Al ver a Karina no sonrió, pero tampoco hizo una mueca de disgusto, como estaba acostumbrada.

— ¿Me buscabas? —preguntó extrañada y la porrista asintió.

— Sí, si lo hacía —dijo con las manos en la cadera y ahora mostraba la seguridad de siempre.

— Bueno, ya me tienes aquí ¿Qué quieres? —preguntó arqueando una ceja y observó con fascinación como Giselle parecía volver a estar nerviosa.

— Bueno, yo quería, en realidad, es complicado —suspiró, la otra ceja se unió en la frente de la ojimarron.

— ¿Es sobre Yizhuó? —preguntó, ya sabiendo la respuesta al ver el rubor en la chica— ¿Qué sucedió con ella?

Giselle pareció pensárselo un segundo, comenzó a rascar su cuello mientras intentaba pensar que palabras utilizar.

— Bueno, sí. Ella, tú sabes que yo, no me digas que no porque conociéndola seguro ya les dijo, estoy... bueno... estoy —le costaba mucho hablar y sus mejillas estaban mucho más rojas.

— ¿Enamorada de ella? —preguntó divertida, para su sorpresa la porrista asintió con la cabeza y bajó el rostro, avergonzada.

Karina no esperaba aquello, pensaba que le iba a gritar negando rotundamente sus palabras.

— ¿A si que...? —dijo Karina para animarla a continuar, le agradaba el rumbo de esta conversación.

Giselle alzó el rostro y ahora parecía más decidida, avergonzada, pero segura de lo que iba a hacer.

— Yo quería pedirte ayuda para invitarla a una cita... —soltó y pronto respiró como si soltara un peso de encima, ladeó la cabeza y pareció derrotada— No sé como hacerlo y no tengo ni idea de adonde llevarla.

Karina la miró y le pareció divertido, aquella chica que le había hecho la vida imposible desde primer año le estaba pidiendo ayuda. Le sonrió dulcemente mientras colocaba una mano en su hombro.

— ¿Sólo es por eso? Es muy dulce de tu parte —dijo y Giselle le sonrió, pero luego su rostro se tornó serio.

— Le hablas de esto a alguien y te asesino, Yoo —dijo mientras Karina reía y alzaba las manos, en señal de rendición.

— Descuida, yo no digo nada.

— Perdona, sólo que estoy muy nerviosa —dijo pasando los dedos por su cabello.

— ¿Nerviosa? ¿Por qué? Tienes a Ning loquita por ti —dijo dándole ánimos y Giselle se sonrojó.

— Eso ya lo sé, por eso es que estoy nerviosa. Tengo miedo de arruinarlo —colocó el rostro entre sus manos— Si me dejara de amar, yo no podría vivir.

— Pudo aguantar tres años con tus insultos y amarte como idiota, estoy segura de que no hay forma de que lo arruines —dijo sonriendo mientras Giselle la fulminaba con los ojos— Oye, fuiste una idiota, no me mires así.

Las dos chicas salieron al pasillo y comenzaron a hablar mientras caminaban, algunos las miraban con asombro al verlas charlar tan tranquilas.

— A ella le encantan las ferias, las adora —dijo estirando su brazo bueno.

Giselle pareció pensárselo.

— ¿Tú crees? Yo tengo miedo de las montañas rusas... —dijo observando la sonrisa burlona en el rostro de la ojimarron.

— Ella las adora —de inmediato la chica palideció y Karina prefiero quitarle la presión— Pero podrían ir a otra parte...

— Bueno, si a ella le gustan pienso que podría llevarla... —dijo un poco nerviosa, pero sonrió al pensar en lo feliz que estaría Ning— Le gustaría mucho ¿verdad?

— ¿Estás dispuesta a ir a un lugar que te da pánico sólo por ella? —preguntó sorprendida, Giselle la miró como si fuera obvio.

— Estás muy enamorada, ya hasta lo tengo claro —rió al ver como Giselle rodaba los ojos— ¿Cómo es posible que la reina de las plástico sea tan tierna con una chica?

Giselle le dió un golpe en el hombro, molesta, aunque no fue tan fuerte como lo habría hecho anteriormente, fue más bien amistoso.

— No me digas así, Yoo —dijo aunque formó una sonrisa— Entonces, ¿la feria?

— Es una magnífica idea —le guiñó y luego se percató de las miradas poco disimuladas de sus compañeros— ¿Tendré algo en los dientes o algún letrero en la espalda? Seguro fue Sungchan.

— No ¿Por qué dices eso? —preguntó Giselle confundida, ahora que no le estaba gritando, Karina se dió cuenta de que podría ser agradable.

— Todos nos están mirando, será que eres famosa —le dijo a la animadora quien ladeó la cabeza.

— No creo, pienso que te miran a ti ya que ahora eres conocida —dijo palmeando su hombro— Las de primero suspiran por ti.

— ¿Cómo así? —preguntó torciendo el cuello.

¿Las de primero? ¿Por qué? ¿La acosaban?

— Dios, Winter tiene razón, eres muy lenta —dijo frotando su rostro y al ver la expresión sorprendida de la ojimarron, se apresuró a agregar— No le digas que dije aquello, me mataría.

— ¿Ella... ella te ha hablado sobre mi?

— No puedo responderte eso, sólo no lo arruines, rarita —dijo Giselle sonriendo burlona antes de palmearle la espalda otra vez e irse —¡Cuando necesite ayuda te digo!

— ¡Más te vale! —respondió Karina sonriendo igual y luego volvió a ver a un grupo de chicos que la miraban sorprendidos, suspiró irritada— ¿Necesitan algo?

Un chico moreno asintió, pero luego pareció darse cuenta y avanzó, parecía avergonzando pero igual habló representando a todo el grupo.

— ¿Desde cuando tú y Uchinaga Aeri son amigas? —preguntó inseguro y Karina alzó las cejas.

«Era por eso, ahora se supone que somos amigas. Nada mal» pensó maliciosa.

RIVALES | WINRINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora