Capítulo 10.- Celos de Luz y Alegría (394)

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Lucero

Tenía que admitirlo, aunque solo fuera conmigo misma, aunque me encantaba estar tanto con Alan como con Alaia. No disfrutaba tanto las citas trío.

Por lo cuál después de aquella “primera cita”, opté por evitar en lo posible estos encuentros, pues no era exactamente fácil ver como tu novio besaba a otra chica.

También evitamos mencionar el tema cerca de los padres de Alan y míos, pues era seguro que no lo aceptarían.

Todo parecía bien hasta que un día en el colegio.

—Vaya, vaya, aquí está el chico traidor —dijo Daniela. Estaba molesta.

—¿Qué pasa Daniela? —me levanté— ¿De qué hablas?

—Hablo de que encontré a tu novio besándose con otra chica ayer. —me indicó.

—¿Puedes mostrarme por favor? —pedí. Después de todo tampoco es que eso significará por necesidad que me habían engañado.

—Mira —dijo levantando su celular, como era deducible la chica en la imagen era Alaia.

—No es traición eso —expresé mirándola a los ojos, aunque por dentro no podía negar que sentía celos de Alaia en esa foto—. Aunque pueda parecer raro Daniela, eso es algo que yo permití.

¿Han sentido alguna vez como todo el mundo grita en sincronía por algo que dices? Algo así pasó en esa situación, casi un tercio del patio estaba así.

—¡¿Qué?!

—Nuestras decisiones de pareja son asunto nuestro —expresó Alan poniéndose de pie—. Pero gracias, por demostrar que eres una buena amiga de Lucero —le sonrió.

—¿Sus decisiones de pareja? —preguntaron varios entre ellos Daniela.

—Como ya dijo Alan, nuestras decisiones de pareja son asunto nuestro —expliqué y nos fuimos hacia él aula.

No era que me importara si ellos sabían o no de lo que Alaia, Alan y yo habíamos decidido, pero sabía que, aunque la madre de Alaia prefiriera dejar que nosotras decidiéramos como llevar nuestra relación, al menos por ahora, los padres de Alan y los míos no serían tan comprensivos.

Prefería que todo parecieran rumores sin confirmar, pues así nadie fuera de los alumnos se enteraría, pero en el momento de que la verdad se supiera sabía que las cosas serían graves.

—¿Qué haremos si nuestros padres se enteran? —preguntó Alan a mi oído cuándo nos alejamos.

—No lo sé, pero podemos retrasar ese momento.

Estaba nerviosa, pero sabía que esto era grave, nuestros padres no aceptarían que nosotros siguiéramos esta Locura de Nuestra Sociedad.

El Novio de mi Mejor Amiga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora