Capítulo 23.- Un encuentro. (295)

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Alaia Rojas Salazar

Las semanas pasaban, y como dicen, la ciudad es muy pequeña, mientras atendía a los clientes una chica de la fila pronunció mi nombre, observé a la segunda chica de la fila. Era la hermana de Alan, de tan solo 13 años.

—Ahorita no puedo hablar, me esperas —le sonreí mientras atendía sus compras—. En 15 minutos es mi descanso.

Terminé de atender a los clientes. Antes de ir con ella.

—Lamento haberte hecho esperar —le dije extendiéndole la mano al llegar a dónde estaba sentada.

—No hay problema, entiendo, debe ser difícil —me respondió, parecía nerviosa—. ¿Cómo está mi hermano?

—Está bien, el está trabajando en un refugio de mascotas —expliqué—. Lucero está trabajando en puesto de Internet. No es fácil, pero saldremos adelante.

—Fue por ti que tuvo que irse de casa. Mis padres me prohibieron hablarle.

—Lo lamento, en serio, no era mi inten… —ella me sonrió al interrumpirme.

—Solo me lo pueden prohibir mientras viva con ellos, no para siempre —expresó—. Si el necesita esto para ser feliz, lo aceptaré —puso sus manos encima de la mesa—. Solo, espero que me permitas venir, para poder saber de él. No quisiera tener un sobrino sin estar enterada, yo siempre… bueno la idea de ser tía me gusta.

—Por supuesto, ven cuándo quieras, ya sabes a que hora tengo mi descanso —le respondí alegre de que al menos una parte de la familia de Alan nos apoyara, aunque fuera solo moralmente.

—¿Te encontraste con Laura? —se emocionó Alan cuándo le conté lo que pasó—. ¿Cómo está? ¿Cómo le va en el colegio? ¿Cómo…?

—No tuve tiempo para hacerle tantas preguntas —le respondí—, pero le preguntaré si decide volver a ir a mi trabajo.

El Novio de mi Mejor Amiga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora