PRÓLOGO

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El hombre que había al otro lado del mostrador carraspeó.

-Zhan, sé quién es el padre de tu hijo.

Xiao Zhan se quedó sin habla. Cuando Zhao Lei lo había llamado en mitad de su turno de trabajo para que acudiera al centro de fertilidad, situado en el edificio anexo al Hospital General de Shanghai, no había sabido qué pensar.

-Bueno, claro que lo sabes, Zhao-respondió.

Aunque el donante de esperma seguía siendo anónimo para Zhan, Zhao Lei era el director de la clínica de fertilidad donde él había sido inseminado y tenía acceso a todos los expedientes.

Xiao Zhan se pasó la mano por la bata verde de enfermero que le cubría el vientre, todavía plano. Sólo estaba embarazado de siete semanas y ni siquiera había empezado a tener náuseas matinales. Sin embargo, la extraña expresión del rostro de Zhao estaba consiguiendo que se sintiera inquieto.

-¿Qué ocurre?

-Zhan. . . no hay un modo fácil de decirte esto.

-El test de embarazo no podía estar equivocado, ¿verdad?

-¡No, no! Estás embarazado. Sin embargo, recientemente hemos descubierto que hubo un intercambio de muestras de los donantes, así que hemos repasado todos los expedientes de inseminación artificial.

¿Un intercambio? Xiao Zhan tragó saliva e intentó mantener la calma. Zhao le estaba diciendo que habían cambiado el semen del donante que él había elegido, un hombre de clase trabajadora, pelo negro y que tenga los ojos claros.

Sin embargo, él no era quisquilloso.

Dejó escapar una risita para disimular su nerviosismo.

-Bueno, siempre y cuando el bebé esté sano, Zhao, no me importa que sea cabello castaño y ojos cafés.

Zhao Lei miró de nuevo la carpeta del expediente e hizo una mueca.

-Es posible que tu bebé tenga todos esos rasgos, Zhan. Te hemos inseminado con el esperma de un hombre de cabello castaño y de ojos cafés . Es un hombre muy rico y respetado. . . y que no dio las muestras de semen con este propósito.

-Pero. . eso no importa, ¿verdad? -preguntó Zhan, y de nuevo se acarició el vientre.

«No te preocupes, conejito». Estuvo a punto de sonreír al recordar aquel apodo, que era una vieja broma familiar. Era el nombre que los padres de Zhan usaban cuando se referían a él de pequeño antes de que naciera. Parecía que él iba a seguir con la tradición.

«Todo va a ir bien, conejito».

-El proceso sigue siendo anónimo, Zhao-dijo-. Yo no sé quién es el hombre. No sé quién es el padre.

Zhao Lei sacudió la cabeza.

-Pero ese hombre tiene derecho a saber que va a ser padre, Zhan. La clínica no puede ocultarle algo así.

Zhan se puso en pie sin darse cuenta.

-¿Qué? ¿Por qué no?

-Es lo que exige la ética, Zhan. Tú puedes entenderlo.

Lo que entendía era que sus esperanzas y sus sueños habían pasado de ser algo alegre y feliz a ser algo horrible. ¡No, no! No podía pensar así. Su bebé seguía siendo su bebé.

-¿Quién es ese hombre, Zhao? Deja que hable con él y yo. . arreglaré este asunto.

Le explicaría lo que había ocurrido y le diría que él y su hijo no esperaban nada.

Zhao frunció el ceño.

-Zhan. .

-Me lo debes, Zhao-dijo el pelinegro-. Me debes la oportunidad de poder hablar con este hombre primero.

-Zhan. .

-Dime quién es.

Zhao Lei y su esposo iban a adoptar un bebé pronto, y aquel detalle debió de facilitar que él entendiera la desesperación de Zhan. Miró el expediente una vez más y suspiró.

-El padre de tu bebé es Wang Yibo, Zhan. Wang Yibo, el director general de la empresa Wang Systems Corporation.

 Wang Yibo, el director general de la empresa Wang Systems Corporation

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Espero les guste esta nueva  historia.....

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Algo Inesperado - YizhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora