Capitulo VII

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- Noah... Algún día me iré de casa ¿Sabes? Es lo mejor para mí, eso no significa que te vaya a olvidar, simplemente no soporto más vivir aquí, al principio va a ser duro para ti, pero sabes que me puedes llamar y contarme lo que quieras.

- ¿Seguro?

- Claro que sí, siempre que necesites ayuda o algún consejo estaré para ti pequeñín.

- Está bien


Se escuchó un sonido en el pasillo como si alguien se hubiera caído, eso trajo de vuelta al mundo real a Noah, sus ojos vidriosos, sus manos estaban frías y moradas ¿Cuánto tiempo había estado en el suelo? ¿Cuánto tiempo había pasado? Miró a su alrededor y se dio cuenta de lo que había estado haciendo, ahora todo tenía una sensación diferente después de haber recordado esa escena, ahora quería pedirle ayuda, quería que lo consolara, que le dijera con un abrazo que todo estaría bien, mientras se consumía en aquel dolor le llegó la imagen de Jackson... ¿Acaso veía a Jackson como su hermano? Realmente Jackson si se parecía en muchos aspectos al hermano de Noah, inconscientemente siempre busco a ese tipo de persona, ahora entendía por qué se le hacía tan familiar aquella aura que botaba Jackson, también entendía porque actuaba tan infantil alrededor de él, entonces si él era como su hermano ¿Por qué no le podía pedir ayuda? ¿Qué lo detenía? Él tampoco parecía saber las respuestas a estas preguntas.

Intentar ignorar a Jackson era casi imposible, al fin y al cabo se habían convertido en personas muy cercanas, después de la situación de los días anteriores, Noah no podía mantener sus pensamientos bajo control, tampoco podía dormir, aunque sabía que posiblemente no fuera la mejor opción, decidió aumentar las dosis de sus pastillas, primero solo fue una, después empezó a aumentar y aumentar hasta que quedaba totalmente sedado, el asunto de su hermano, de su madre, de sí mismo lo tenían exhausto, sentía pánico y no sabía como actuar. Las consecuencias aparecen tarde o temprano, Noah desde ese entonces empezó a perder el apetito y lo que comía, lo terminaba vomitando, adelgazo abruptamente y su cuerpo ya no resistía casi ninguna actividad física, comenzó a ver alucinaciones, acompañado de fuertes migrañas, al principio de todo no eran tan graves o eso se hacía creer así mismo, con el tiempo hasta sus acciones diarias se vieron afectadas.

- Noah... ¿Por qué me has estado ignorando? Te he visto extraño, realmente ya me estoy preocupando. - Jackson sabía que su amigo no estaba bien, quería ayudarlo o al menos que pudiera buscar ayuda con otra persona, pero no estaba seguro si él quería.

- ¿Eh? No te preocupes por eso, y disculpa por haberte ignorado, no me he sentido realmente bien estas semanas.

- ¿Necesitas ayuda? ¿Quieres que te ayude con algo?.

- No, estoy bien así, ya saldré por mi propia cuenta de esto.

Noah se levantó del césped, se disponía a irse del lugar, fue a dar un paso y todo su mundo se derrumbó, cayó al piso desmayado, Jackson intentó moverlo para ver si despertaba cosa que no hizo, desesperado fue a buscar ayuda a sus profesores, quienes lo llevaron a la enfermería, la enfermera intentó reanimarlo, cosa que logró hacer efectivamente, Noah abrió los ojos estaba todo borroso, veía lo que parecía ser una mujer. La enfermera lo reviso rápidamente y le dio algo de tomar, el peliteñido a duras penas reconocía lo que estaba pasando a su alrededor, poco a poco sus sentidos volvieron a la normalidad, aún se sentía algo mareado además tenía ganas de vomitar, le hizo saber esto a la enfermera la cual le dijo que podía utilizar el baño del sitio, agarrándose de las cosas logró llegar al baño, después de salir se encontró con la enfermera revisando unos papeles, cuando vio a Noah los guardo y lo miró fijamente hasta que estuvo de vuelta en la camilla.

- Señor Becker ¿Usted sabe por qué se encuentra en este estado?

- No, aunque posiblemente haya comido algo que estaba malo.

- Usted toma medicinas para la ansiedad y el insomnio ¿Cierto?

- Sí señora.

- Entonces, usted sigue tomando la misma cantidad que le recetaron ¿Cierto?.- El chico se quedó en silencio, se sentía avergonzado.

- Con que esa es la respuesta - La enfermera suspiró y miró a Noah quien estaba evitando su mirada. - ¿Hace cuánto tiempo has estado haciendo eso?

- Alrededor de una semana y media - Dijo en un tono suave aun evitando la mirada

- Bien, te voy a dar algo para que puedas vomitar todo, te intoxicaste así que esto es lo mejor que puedo hacer.

Noah se quedó mirando hacia la nada mientras esperaba aquella bebida, escucho que la enfermera estaba llamando a alguien posiblemente fuera a su tío, la mayoría de murmullos eran los de la mujer, hubo muy pocos silencios, sabía que a su tío no le importaba mucho lo que pasara con él y se lo dejo muy claro mientras estuvo en su casa, después se finalizó la llamada pasaron alrededor de unos 15 minutos antes de que la enfermera volviera con lo que se tenía que tomar.

Después de haber tomado esa bebida y haber vomitado, sintió un peso menos, se sintió ligero y débil, la enfermera siempre fue bastante educada con él, le trajo un caldo para que recuperara un poco de fuerzas y vaya que si funciono, se sentía mejor que antes, la mujer le pregunto si quería ya irse a su cuarto o quería quedarse un rato más a su cuidado, el peliteñido dijo que se quería quedar otro rato, se quería sentir acompañado por una mujer que al parecer le importaba lo que pasaba con él, le hubiera gustado que su mamá se hubiera preocupado por él como lo hacía aquella enfermera, algunas lágrimas se deslizaron de sus ojos ¿Qué era sentirse amado? Siempre anhelo esa sensación.

Al final de todo decidió irse a su cuarto ya eran casi las cinco y treinta de la tarde ya casi era hora de que la enfermera se fuera, esta fue con una bolsa un poco grande, le pidió permiso al peliteñido para entrar a su cuarto, ella le pidió que entregara todos sus medicamentos y objetos corto punzantes que se encontraban en el cuarto, Noah la miró extrañada se preguntaba entonces ¿Cómo iba a seguir su medicación? Pareciera como si le hubiera leído la mente, ya que esta empezó a hablar y dijo "Necesitas supervisión de estos medicamentos ahora te voy a dejar la dosis del medicamento de insomnio y mañana antes de empezar las clases vas a venir a enfermería para la dosis de tu medicamento de ansiedad ¿Te parece?" Noah le entrego todo a la mujer y afirmó con su cabeza, después de entregar lo prometido esta se despidió y le deseo feliz noche, Noah también le deseo buena noche, dejo las pastillas en su mesa de noche, se fue a bañar, se vio al espejo y como siempre esa sensación apareció, la culpa lo dejaba sin aire, el miedo lo dejaba horrorizado ante su reflejo y la tristeza lo dejaba llorando ante el recuerdo de su misera existencia, intento contener todas estas emociones no quería hacer algo tonto esa noche aunque ya no tenía con que, al final, la enfermera se dio cuenta de sus cicatrices en los brazos, esperaba que ningún maestro lo hubiera visto, Jackson y Noah nunca se preguntaron sobre sus cicatrices, los dos se entendían y cuidaban mutuamente aquellas heridas físicas además de las mentales, sus vidas habían mejorado un poco después de conocer al otro ¿Acaso eso no era suficiente para seguir adelante?.

Jackson tuvo que esperar hasta el día siguiente para saber qué había pasado con su amigo, solo deseaba que estuviera bien, se culpaba a sí mismo ¿Cómo no lo vio antes? ¿Qué clase de amigo espera que el otro se esté casi muriendo para preguntar si está bien? Aunque por más que le preguntara a Noah este siempre lo evadía, no quería parecer insistente así que lo dejaba, igual él hubiera hecho lo mismo, pero se sentía impotente, sentía que debió ser mejor amigo y estar pendiente de él, espero con ansias el día siguiente para hablar con Noah.

Un destello sin futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora