Epilogo

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Ya han pasado diez años desde tu muerte, aún duele y jamás te olvidaré, y volví a este lugar donde te hice el homenaje, efectivamente eres el árbol más grande de ese lugar, me da tanta nostalgia, es como si hubieras nacido y crecido, te volví a dejar girasoles, espero te gusten, por si te preguntas, aún llevo el anillo que me diste desde ese momento no lo he dejado de utilizar, te acuerdas que me dijiste que sería un gran profesor, mis alumnos me dicen que conmigo han aprendido mucho y que me admiran, tengo pareja y ya llevamos seis años juntos, el otro año nos pensamos casar, te voy a dejar una silla en primera fila para que puedas presenciar todo, me hubiera gustado que fueras tú quien estuviera conmigo, te acuerdas del modelo que me dejaste, el año pasado se estrenó y fue muy bien recibido por todos, el resto de mis obras se han vendido en algunas hago alguna mención sobre ti, no puedo evitar llorar contándote todo esto, me hubiera encantado que estuvieras ahí conmigo, viviendo todos esos bajos y altos, yo sé que lo hubiéramos logrado, juntos hubiéramos avanzado.

Mi terapeuta me dijo que debería hacer esto, que por cierto al final decidí buscar ayuda, siento una mezcla de emociones, porque duele demasiado, pero te quiero agradecer, por haber sido parte de mi vida, por compartir conmigo un pedazo de quien eras, gracias por los buenos y grandiosos momentos que pasamos juntos, esos momentos los atesoraré en mi corazón, gracias por animarme, por apoyarme, sé que aún me apoyas desde algún lugar, eso me reconforta pensar que eres un ángel que me mira desde algún lugar, suena muy ridículo, sé que te reirías por eso, gracias por las risas, por los consejos, por las aventuras, por las ideas, tengo tanto que agradecerte, de verdad gracias por todo.

Jackson había cambiado mucho desde la última vez, pero no perdía esa esencia que lo caracterizaba, el último adiós fue un abrazo a aquel gran árbol que parecía que también lo estuviera abrazando, esa sensación cálida lo envolvió, y el susurro del viento lo acogía pareciera como si Noah estuviera ahí con él, y un murmullo le dijo "Gracias por dejarme ir".

Un destello sin futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora