8 - CELOS -

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Katsuki recuerda perfectamente la primera vez que tuvo un celo que ni los supresores pudieron controlar.

Ahora, mientras ve a Shoto lavar su cuerpo con delicadeza y pasándose jabón por la cadera piensa que lo mejor hubiera sido para ambos que no se hubieran contenido.

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— Mierda...

Joven, hormonal y con su instinto aún con sus ultimas fuerzas de dominarlo estaba haciendo a su mente tener una pelea consigo mismo y su propio alfa se regalaba y animaba a tiempos iguales.

Cuida al omega. Ve por él.

Lo voy a lastimar.

Pero ahora está sufriendo igual. Y sin ti.

No está pensando, yo no estoy pensando.

Ve tu o alguien más lo tomará.

Maldijo una ultima vez mientras subia sus pantalones dejando olvidada su ereccion.

No ayudaba que el cuarto de Todoroki esté sobre el suyo, para nada, escucho sus pasos hace rato, inquieto y luego como se había deslizado hasta terminar en el piso. Por supuesto, lo unico que pudo hacer fue avisarle a Deku para que le avise a su noviecita y vayan a verlo. Claramente, ese bastardo amable no se podía quedar simplemente sin hacer nada, le obligó a tomar supresores y le dejó botellas de agua como si estuviera en el desierto.

Su cuello picaba, la lengua le pesaba y sus uñas seguro estaban rotas por haber rasguñado la puerta tratando de calmar su ansiedad.

No sabe cuanto pasó, tampoco le hubiera importado porque mientras más pasaba el tiempo era mejor porque así se terminaría su celo y podría ver más rápido al otro.

Claramente, nada en su vida parecía salir como quería.

Escucho pasos, arriba, en las escaleras y luego en su propio pasillo.

—¡Shoto, Shoto, por favor! ¡Bakugo esta...!

Dio un respingo en su lugar cuando su puerta fue golpeada.

—¡Alfa! ¡Alfa, por favor! ¡No puedo mas...! —El sollozo le rompió el corazón pero se plantó las uñas en la palma de sus manos para detenerse. —¡Abreme! ¡Abreme!

Un tumulto de voces se escucho de fondo, diciéndole que se detenga, que vaya a descansar y hasta parecía que Iida estaba tratando de llevárselo, cosa que no le gustó muccho pero sabía que ese cuatro ojos al menos tenía una buena conducto con los omega. Pero Shoto parecía ragasrse, destrozarse la garganta con cada grito.

—¡Katsuki! ¡Katsuki! ¡Por favor, por favor...!

Fue a su armario y tomó uno de sus suéteres, el que más usaba y se lo envolvio en el cuello unos momentos tratando de ignorar a Shoto llorando desesperado fuera.

Uraraka apartó a Iida cuando este intento tomar a su amigo que cayó de rodilla pero que seguía hablándole a la puerta, ya no gritaba y su voz sonaba rota con cada palabra susurrada.

La puerta se abrió un poco y tuvo que activar su quirk para que Shoto no se le escapara. Sin embargo el omega había extendido sus manos esperado a que el otro lo tome en sus brazos pero solo recibió un suéter completamente perfumado con el aroma dulce del otro.

Pero sollozo de igual forma cuando la puerta se cerró.

Un poco más tranquilo se puso el suéter y se cubrió hasta la nariz mientras aspiraba todo lo que podía del aroma, escuchaba a Uraraka de fondo diciéndole que se calme pero no tenía idea de que más salía de su boca.

Para su omega era confuso, cualquier alfa lo hubiera tomado sin dudar, entonces ¿Lo rechazo? Pero tenía su suéter ¿No le gustaba tanto como para pasar su celo con él?

Ésta vez fue Sero quien lo envolvió con su cinta y se lo llevaron flotando hasta su habitación en donde lo encerraron, estando atentos a cualquier cosa que pasara luego.

Cuando Aizawa llegó, sus alumnos ya habían controlado toda la situación y se estaban organizando para vigilar en turnos.


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—Oye... no, estoy cansado.

Soltó su muslo izquierdo y empezó a repartir besos por todo su abdomen hasta que llegó a su boca, que beso brevemente antes de acostarse a su lado.

Ambos ronronearon en su último día de celo, cayendo dormidos, satisfechos y con un acuerdo mutuo de tomarse un día extra de descanso.

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⏰ Última actualización: Oct 22, 2023 ⏰

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