Final

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Espresso se encontraba algo lejos del pueblo, le estaba enseñando magia del café al joven niño que tenía enfrente.

Espresso tenía conocimiento de que entre los paladines, había magos, por ende, comenzó a enseñarle a su querido hijo. Sin embargo, el joven no demostraba alguna seña de eso. Primero intento enseñarle a crear granos de café, pero al no ver alguna reacción o algo parecido termino por enseñarle otra cosa. Una técnica de ataque. Pero de nuevo, no sucedió nada.

Espresso sabía que su niño no era una cookie civil, era algo diferente, poderosa por así decirle suspiro, no fue decepcionante para él, pero si le hizo sentir un poco mal.

Red termino apareciendo, mirando al dúo del café teniendo una linda reunión.

— ¿Interrumpo algo?

La pregunta de red fue respondida, con un niño corriendo a abrazarlo.

— ¡Tío Red!

— Hola pequeño.

Red abrazo al joven, miro al chico, pudiendo notar los leves rasgos de aquel paladín, de no ser por su piel algo oscura y esos cabellos combinado. Juraría que veía la viva imagen de aquel paladín.

— Me da gusto verte Red.

— Lo mismo pienso, veo que estás enseñando a tu hijo.

— Si, pensaba ingresarlo a la escuela de magos. Pero para eso debe enseñarse lo básico.

— ¿Y has avanzado?

— Tío tengo mala suerte, no soy como mi papá... No tengo poder.

El pequeño niño explico, algo desanimado, pero no sé contuvo.

— Aún así seré mejor, no quiero decepcionar a papá.

— Nunca lo harás y eso lo sabes. Anda ve a divertirte con tus amigos, después seguimos entrenando.

El niño afirmó y se fue corriendo, dejando a ambos solos.

— Él... Realmente no puede hacer magia.

Espresso negó.

— Tengo miedo, miedo de que mi niño no logré ser un mago, que no pueda seguir el camino que debe de seguir.

— ¿Por qué no intentas que el busque su camino? Se que es tu primer hijo, tal vez el único, pero deberías ver qué aquí todos siguen caminos diferentes.

Espresso guardo silencio, era evidente que haría eso buscará por otro lado un método, para saber si su niño era capaz de todo.

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Esa noche, Espresso había sacado la espada de Madeleine, la dejo cerca, iba a ver qué podía conseguir, un consejo de aquel difunto paladín.

Mientras Vanilla Coffee duerme será el momento adecuado, pero se ve interrumpido cuando está listo para salir, con espada en su espalda y aquella capa azul.

— ¿Papá?

Espresso se paraliza, no sabe que decir, se siente avergonzado, por fortuna la capa esconde la pesada espada.

— ¿Que sucede cariño? ¿Pesadillas de nuevo?

— No... Fue agua, pero... ¿A dónde vas? ¿Y aún vestido así?

La pregunta fue curiosa. Y Espresso comenzaba a sentirse amenazado, no podía decirle a su hijo que se iba a ir toda la noche a hablar con ese ser, ya muerto.

— Bueno...

Antes de que respondiera, fue brutalmente interrumpido, una serie de gritos resonaron, Espresso logro ver cómo algunos duendes roba tesoros se acercaba, eran demasiado, venían con maquinaria y todo lo escencial, le parecía extraño aquello, puesto esos seres no solian estar en esa zona.

Tengo Un Problema[🛡️x☕x🍰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora