Capítulo III: Pequeño Alfa

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Jungkook se despidió de Alley, el mayor lo había llevado hasta su casa y ahora que lo veía partir, solo pudo suspirar cansado

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Jungkook se despidió de Alley, el mayor lo había llevado hasta su casa y ahora que lo veía partir, solo pudo suspirar cansado. El mayor le había hablado, una charla un tanto profunda y lo entendía, estaba preocupado por él.

Pero Jungkook estaba realmente bien, la situación era un poco tensa con su padre, desde que había comenzado a estudiar repostería con Ahmin, el señor Jeon lo había desaprobado porque esa no era una profesión para un alfa como él.

Era estúpido, catalogar ese tipo de cosas como cosas de alfas o cosas de omegas, ese tipo de estereotipos eran los que más odiaba y por eso comenzaba a odiar a su padre.

Primero siempre estaba molesto porque era un vago que no estudiaba y, aunque trabajara, de todas formas era un desperdicio de tiempo. Ahora era que estudiaba algo no adecuado para un alfa, si su padre supiera que amaba a un alfa y a un omega al mismo tiempo, seguramente lo dejaría en la calle sin rechistar.


— Estoy en casa – avisó dejando sus cosas en el pequeño recibidor


No escuchaba nada, por lo que probablemente no había nada en casa, había llegado temprano porque ese día se supone que era una cena importante en la casa de la familia Kim y él, como buen hijo, decidió ir aunque fuera un poco incómodo estar con Taehyung.

Al abrir la puerta de su habitación se encontró con su padre en ella, este parecía estar muy enfocado en tirar cosas a su cama y cuando observo unas páginas color rosa se dio cuenta de qué era.


— ¿Qué haces en mi habitación? – cuestionó molesto y asustado

— ¡¿Qué hago?! – cuestionó de vuelta - ¡¿Qué mierda es esto?! – señalo

— S-son hojas – tartamudeo asustado

— ¡¿Hojas?! ¡¿Hojas rosadas?! ¡¿Plumas de niña?! ¡¿Consoladores?! ¡Incluso hay un maldito lubricante! – exclamó furioso

— ¡Son mis cosas, las he comprado con mi dinero! – exclamó


Observo como su padre rompía sus cosas y otras las lanzaba a una gran bolsa negra. No podía evitarlo, a él le gustaba el arte, le gustaba hacer cosas bonitas, con colores bonitos y hojas bonitas. No lo hacía todo el tiempo, pero le gustaba tomarse el tiempo para decorar un gran cuaderno que tenía guardado, era su pequeño hobbie.


— ¡¿Qué haces?! – cuestionó quitándole sus cosas

— ¡Vas a dejar esta mierda, saldrás de esa maldita escuela de omegas e iras a la universidad como un alfa debe hacerlo! – ordenó

No quiero esto - VHKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora