Hoseok había estado bien, realmente le había gustado su vida tres años atrás. Sin embargo, hubo algo que cambio por completo su perspectiva, aquellos dos alfas que se dejaron dominar y que lo dominaron por completo en una sola noche, no salían de su...
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Llevaban unas semanas intercambiando cartas, de hecho, era bastante divertido y mucho mejor que los mensajes de texto. A veces el omega les enviaba pequeños regalos, tales como pulseras hechas por sí mismo o tal vez collares, incluso chocolates y otras pequeñas cosas.
Pero había algo que los alfitas no llegaban a entender: ¿Por qué las cartas del omega contenían números?
No lo habían notado sino hasta la tercera carta. En ella habían notado el número que no parecía tener sentido y habían otros en las cartas anteriores, pero no llevaban una secuencia como tal, solo parecían ser números al azar.
Llevaban 9 números de hecho y aún no entendían del todo que quería decir con ellos. ¿Sería alguna clase de código secreto? Tal vez estaba intentando decirles algo más, intentando probar su inteligencia.
— Pues si estuviera intentando probar su inteligencia, es obvio que ya perdieron – comentó Jimin acostado en el sillón, comiendo fresas bañadas en chocolate
— Oh vamos, van por buen camino con eso de las cartas, fue un toque inocente pero romántico – sonrió con cariño – Pero enserio ¿qué creen que son esos números?