Hoseok había estado bien, realmente le había gustado su vida tres años atrás. Sin embargo, hubo algo que cambio por completo su perspectiva, aquellos dos alfas que se dejaron dominar y que lo dominaron por completo en una sola noche, no salían de su...
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Hoseok no era de hacer mucho durante el día, de hecho, simplemente se mantenía en su departamento viendo alguna serie o película que fuera de su interés. Su trabajo en el bar le pagaba lo suficiente para mantenerse bastante estable, incluso podía darse uno que otro lujo de vez en cuando, pero no es algo que le entusiasmara.
No tenía aspiraciones a nada grande, no quería destacar en algo, estaba bien así como estaba.
Pero de vez en cuando tenía que salir al supermercado para poder comprar lo que necesitaba. Ese día, por ejemplo, había estado evadiendo hacerlo y todo se le junto. Necesitaba de todo un poco y, aunque seguía sin ánimos de comprar, debía levantarse del sillón y no solo para hacer su sesión de ejercicio como siempre. Ahora tenía que ponerse ropa, salir a la calle, tomar su auto e ir al supermercado.
Después de tanto batallar, finalmente salió a la calle y subió a su auto, decidió ir al súper mercado grande porque las cosas eran un poco más baratas y había más variedad. Tenía que haber algo muy malo en él, porque ni siquiera las canciones del radio le entusiasmaban y su lobo no hacia ni siquiera el intento de levantarse para darle ánimos, simplemente estaba echado durmiendo o al menos eso se imaginaba al sentirlo tan tranquilo.
Al entrar al súper mercado, tomo un carrito y comenzó a pasar por los pasillos. De vez en cuando veía a otros omegas con sus hijos, algunos iban en pareja y le parecía estúpido, porque él quisiera tener algo así, pero sabía que no podía.
Continuó caminando, intentando evadir a cualquier pareja o pequeños que pudiera sacarlo de su pequeña burbuja "tranquila".
Sin embargo, no se esperó encontrarse con una de las personas que menos quería ver en ese momento. Como si la vida estuviera en su contra, inmediatamente apareció la segunda persona que menos quería ver y estuvo tentado a irse como si nada, pero los alfas lo habían visto.
Aunque, de cualquier manera, no tenía por qué entablar conversación porque él se los había dejado en claro. Eran simplemente extraños y ya, no tenían nada en común, no tendrían por qué hablarse ¿no?
— Hoseok-hyung – lo llamaron ambos acercándose rápidamente, con sonrisas grandes y ojitos brillantes
— Oh... hola, mucho tiempo sin verlos – murmuró evitando verlos
— Sí, hyung nos ha ignorado durante mucho tiempo – reprocho Jungkook con un tierno puchero, le daban tantas ganas de acariciarle la cabeza y darle un besito por lo buen chico que se mostraba
— Hoseok-hyung ha estado ocupado, igual nosotros – aclaró Taehyung – Pero ahora que nos volvimos a ver podríamos acordar salir otro día ¿no? – cuestionó observando a Hoseok
— ¡Sí! Pero un fin de semana, aún sigo estudiando – aclaró Jungkook levemente molesto por eso
— Claro, podríamos salir algún domingo a almorzar y luego al cine, los tres juntos – asintió Taehyung
