04. MISTAKE

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사  MISTAKE

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사  MISTAKE

    No le hables de errores a un hombre que los comete a diario. Tae Hyung fue hecho para reaccionar en los momentos justos y pertinentes. Y ahora, lo único que tenía como carta de presentación, era la de un arma que se vende al mejor postor.

    Aquel día, soñó que yacía sobre una pila de escombros. Y que con las manos desnudas desprendía la enorme plancha de metal proveniente de un avión. Quizá tenía miedo a que el depósito de gasolina estallara a la menor oportunidad, pues sentía cómo su corazón golpeaba con violencia dentro de su pecho. Alrededor solo había pasto y maleza. Y justo cuando pensaba que logró su cometido... Despertó.

    Tira un poco de su cuerpo hacia atrás y da un golpe seco con su brazo libre, entonces deseó que ese fuera Ho Seok para hacerle pagar por el contrato tan molesto que había aceptado sin su consentimiento. Desde que no puede hacerse cargo de su agenda, el libre albedrío que tiene Ho Seok para manejar su tiempo lo está volviendo loco.

    —Te dije específicamente que no bajaría esta vez —exclama en un gruñido con la respiración un tanto agitada. El cabello lacio y corto le cae sobre la frente y se sacude con fuerza para apartarlo de su vista, puede sentir su respiración caliente emanar de su cuerpo.


«Dijiste que no querías pisar Madripur. No mencionaste nada sobre el Subterráneo».


    No había querido meter la mano en donde estaba la caja, porque podía tirar su contenido y porque no creyó tener tiempo para las quejas si arruinaba el paquete, pero se las puede arreglar con un solo brazo. Esquiva un golpe directo que pretende dar en su rostro de lleno y aunque nunca ha hecho uso de escudos, ahora considera la posibilidad de conseguir uno. Si no un escudo, al menos un casco, pues es molesto que siempre quieran darle al rostro, como si romper la mirilla les fuese a dar alguna ventaja en su contra.

    Pero a penas logran conectarle los golpes. ¿Por qué se hacían los valientes? Entonces piensa que en verdad odia a la gente inoportuna, a la que actúa por impulso, la que no piensa, la que ataca sin siquiera pensar en un plan o en algún propósito que le de valor a sus imprudencias.

    Además de que es medio ciego, pero no idiota. No dejará que le quiten la mirilla tan fácilmente. Ni que se regodeen de fuertes a su alrededor. Quizá esa presunción es la que más náuseas le ocasiona cuando se enfrenta a uno que otro rufián del bando contrario. Porque nada es tan molesto como un hombre que alardea de sí mismo para impresionar a los demás.


«Y era un buen billete, pensé que aceptarías».


    Tae Hyung vuelve los ojos en blanco de fastidio. “Nadie aquí parece tener nada” apunta el mecanismo.

Vanther: Misiones Fallidas 金 TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora