00. DELIVERY

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    Todos saben que Vanther nunca falla. Ese es su mantra de vida y su lista perfecta de misiones exitosas dan fe de ello.

    El susurro de la ciudad es constante, sereno y apacible. A mediados de agosto las temperaturas son cálidas, incluso durante la noche y están a lo mucho a veintiocho grados Celsius, si no es que veintinueve, pero esos son detalles de cálculo que al mecanismo le son irrelevantes. Observa desde la altura el camino que recorrería su cuerpo de caer... y no siente nada, su semblante es sereno, impasible e indiferente. El sonido de un choque llega de la nada, y lo ignora de igual manera en la que ignora la altura a la que se encuentra, o el hedor del cuerpo que carga con la mano izquierda.

    —Bien, V... Necesito que traces una ruta perfecta de aquí a la oficina central de Min Corporation. Ejecuta un plan sencillo, ni siquiera necesitamos nuevos códigos de acceso. Dong Ju es un bastardo confiado, así que... no quiero errores esta vez. Llevaremos este paquete —dice, moviendo su carga en un osco sacudón—, y eso es todo.

"Comienzas a hablar solo, otra vez".

    La vocecilla fastidiosa llega de pronto para perturbar su tranquilidad.

    —Cierra la boca. No hablo contigo. Le hablaba a V.

"Ya sé lo que pasa. ¿Crees que no puedo ver los niveles de dopamina que estás generando en los últimos días?, también percibo un ligero aumento en la serotonina, y eso que no he pronunciado ni su nomb..."

    —¡Silencio, dije! —masculla Vanther, mientras observa el curso de su salto a través de la mirilla—. No tienes ninguna prueba, ni mucho menos certeza. Solo quieres fastidiarme.

    El salto debe ser en línea recta, pero debe mantener el pecho pegado a la pared para evitarse las complicaciones. El tacto en los cables es casi gélido, pero la regulación térmica parece estar funcionando sin problemas.

"Oh, claro que tengo pruebas. Cuando llegues a la casa, te muestro tu Registro Neuronal. ¿Quieres apostar algo realmente bueno?, como por ejemplo... ¿Quién preparará la cena los fines de semana? Estos niveles de dopamina me dan la razón. Serás mi sirviente a partir del siguiente lunes".

    —¿Por qué no mejor te vas a joder a otro lado, Jung? No eres más que un... —No pudo concluir con su blasfemia, porque entonces el mecanismo le avisaba que el edificio estaba despejado. Los ruidos de la ciudad se hacen paulatinamente más y más elevados, más y más estresantes; entonces Vanther ordena al mecanismo disminuir la percepción de ruido externo. Silencio... Así es más feliz, a decir verdad. Un movimiento en falso y el "paquete" se tambalea peligrosamente entre el vacío.

Vanther: Misiones Fallidas 金 TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora