❁. 18

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Cuando llegaron al departamento lo primero que hizo Harry fue pedir permiso para acurrucarse en el nido de Louise había vuelto un lugar seguro para el alfa, aquel espacio envuelto por sus dos aromas.

Por supuesto que Louis accedió y decidió acostarse con el alfa, quien se había acurrucado en su pecho y había puesto la nariz en la fuente de olor del castaño para tratar de transmitirse la suficiente valentía y decir todo lo que quería.

—Ellos me abandonaran y no quiero que tú lo hagas —dijo mirándolo con los ojitos brillosos —lamento haberte molestado con mis inseguridades, omega. Se que fue irresponsable no haberte avisado, enserio lo lamento —murmuro con la voz bajita y ronca mientras sentía las caricias suaves del omega en sus ricitos.

—Se que debe ser difícil, alfa, pero quiero que confíes en mí, ojitos bonitos. —dijo mirando esos ojos cautivantes y un poco cristalinos y aunque Louis no quería rastro de lágrimas en ellos, sabía que debía dejar que su alfa se desahogara. —Si vamos a empezar un cortejo creo que deberíamos iniciarlo bien ¿no crees? —propuso de nuevo.

El alfa asintió, tímido. Hizo que el lobo de Louis empiece a correr energéticamente, dando pequeños saltitos de felicidad.

—¿Eso quiere decir que si va a haber cortejo? —preguntó un Louis emocionadamente incrédulo.

—Solo hay una condición —susurró el alfa, con una sonrisa marcando sus hoyuelos, olvidando por un momento todo lo que debía decir.

El omega alzó una ceja esperando lo que el bonito rizado iba a decir, Louis tomaría todo lo que le diera.

—Quiero cortejarte también. Algo así como... un doble cortejo —talvez era una pésima idea, pero él no quería ser un alfa que no había demostrado todo lo que podía dar para enlazarse con el amor de su vida.

—De acuerdo, bien —soltó un suspiro y marco una risita a continuación.

—También quiero que me escuches, omega. No quisiera esconderle nada a mi lobito de sol.

Louis sentía que moriría por lo fuerte que iban los latidos en su corazón cada vez que ese apodo amoroso salía de los labios sandia.

Y entonces comenzó.

Un relato, el relato donde el rizado contaba con lágrimas en sus bellos orbes todo lo que su "omega" había dicho a lo largo de los años. Un alfa inservible, un alfa inútil y un alfa al que jamás amarían de verdad, porque ¿Dónde estaba su dominancia? ¿Dónde estaba su superioridad al frente de las castas inferiores? Talvez un alfa abusivo y egocéntrico valdría más que el lindo alfa acurrucado en el nido de su omega.

O talvez solo parecía un cachorro sufriendo también por el abandono de sus padres, los cuales le dieron la espalda cuando supieron que él no iba a marcar a una omega con la que no sentía la conexión que había soñado. Harry no quería a Emma, pero Harry tenía miedo a estar solo.

Pero después de un arrebato de valentía impulsado por su mejor amigo Niall, Harry había salido de ahí. Lamentándose tanto después del acontecimiento, pensando que en realidad no había valido la pena.

Cuando en aquel ascensor, a su sistema llego el dulce aroma de su futuro compañero y vio los ojos azules más incomparables que había visto jamás, fue que supo que en realidad todo había valido la pena.

Todo valdría la pena siempre si se trataba de encontrar a Louis, Harry no quisiera cambiar las cosas si eso le llevaba justo donde estaba ahora.

Con un omega que no lo juzgaba y que lo quería tal y como era, un omega que estaba dispuesto a estar con él mientras se superaba a el mismo, un omega que no lo abandonaría.

I couldn't want you anymore (l&h! omegaverse!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora