Decepciones

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Algún día estarás tan enamorada de mí que te costará dejarme ir en la noche, así como me está costando a mí dejarte ir ahora.

Esas fueron las palabras de Dylan, y en esas palabras puede haber un poco de verdad. ¿Podía llegar a querer a Dylan o me estaba engañando con mis sentimientos? En cierto modo lo necesitaba, él hace que mi humor se equilibre y que no siempre pase distantes con todos pero aun así no puedo saber si lo quiero o no… O si me puedo llegar a enamorar de él.

–¡Kate! ¿Dónde estabas?

Mire a Alexandra y ella estaba tan feliz y venía con un chico de la mano y su mejor amiga venía atrás. Mi hermana era tan buena en conquistar chicos.

–Fui a dar una vuelta.

–¿A dónde? ¿Con quién?

–Sola. –me gire al momento en que escuche una moto venir–. No lo creo… –me quede sin palabras a ver a Dylan en la moto, todas las chicas se giraron y lo empezaron a mirar, él siempre era el centro de atención–.

Cuando miro a mi hermana para ver su reacción me fije más en su amiga, ella estaba con una sonrisa de oreja a oreja mirando a Dylan tan fijamente, seguí la dirección de su mirada lo más discretamente y lo miro, pero él ya estaba mirándome y me sonrió. Sentí que todo lo demás se iba desapareciendo, se empieza a acercar poco a poco a donde estábamos, pero él no venía por mí, él se paró al frente de la amiga de Alexandra y le sonrió y se la llevo de la mano. Lo quede mirando, y por alguna razón tenía ganas de golpear a esa chica, pero en especial quería golpearlo a él… ¿Acaso esto es sentir celos? ¿Estoy celosa?

–Kate… –Alexandra puso su mano en mi hombro–. Vamos, ya es tarde.

Le di un último vistazo a Dylan y a esa chica, y me fui.

El camino a casa no fue largo, Alexandra no toco el tema de Dylan, pero sabía que quizás no lo iba a hacer, ya que ella tuvo esa charla con mis padres la última vez respecto a Dylan y era mejor dejar las cosas como estaban.

–¿Estás bien?

No. Estoy mal, pero aun no puedo entender el por qué.

–Si. –otra mentira más a la lista–. Me divertí en la fiesta, y note que tú más.

Cambie de tema lo más rápido posible, y por el comentario que hice Alexa se empezó a reír a carcajadas.

–Eso no era nada.

–¿Estabas jugando con él? –la mire, y ella solo sonrió–.

–Solo era algo que de unas horas, deberías intentarlo.

–No, gracias.

–¿Por qué casi no hablas con nadie, Kate?

–Es mejor así, al finalizar lo estudios tengo pensado irme del país y prefiero no entablar relación alguna con alguien.

No dijo ningún comentario respecto a lo que dije, o se quedó pensando que decir.

 –¿Te puedo hacer una pregunta más?

–Ya lo estás haciendo.

–Eso no cuenta.

–Bueno, ¿qué quieres saber?

–¿Por qué solo dejas a Dylan acercarse a ti? De todos los hombres que hay en el instituto, solo dejas que él te hable ¿por qué?

–Yo no dejo que él me hable, él solo se acerca y empieza a hablar, es molesto.

–¿Y por qué no lo alejas?

¡BOOM!  Esa es la pregunta ganadora.

–¿Qué? –trate de hacerme la que no entendió–.

LovelessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora