Capitulo X

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Ir a clases era un medio de distracción, pero la hora del almuerzo complicaba un poco las cosas, mirarlo a él complicaba las cosas.

—¡Jimin! —la voz de Hoseok me saco de mi pequeña distracción, la pareja que se encontraba a mi lado no estaba ayudándome para nada—. ¿Vas a comer es? —mi amigo señalo hacia mi almuerzo, había pedido una sopa instantánea además de un refresco sabor cereza y un pequeño pan de avena, no me sentía con enormes ganas de comer, pero tampoco era como si quisiera dejar de hacerlo.

—Déjalo, Hoseok —la voz de Yoongi me hizo mirarlo—, deja que él disfrute de su comida, no puedes andas quitándole alimento a todos.

—¡Oh, vamos, Yoongi! —protesto Hoseok—. Se ve que Jimin no tiene ganas de ingerir nada.

En efecto lo estaba, las ganas de vomitar habían regresado a mi cuerpo, tengo las indicaciones del médico, apartarme es la opción más viable, pero no puedo hacerlo, no puedo simplemente apartarme de Yoongi, hemos sido amigos por mucho tiempo.

Amigos... la sola palabra me provoca nauseas, miro hacia mi comida aprieto mis labios haciéndolos desaparecer, el hambre se ha ido.

Trague saliva antes de colocarme de pie de forma brusca bajo la atenta mirada de los otros.

—¿Jimin? —hablo Yoongi de nuevo, deje de bajar la mirada para después regalarles una sonrisa.

—Se me ha ido el apetito —dije en voz baja, y dirigí mi mirada hacia Hoseok—, cómelo antes de que se enfrié la sopa, no tengo hambre.

No espere a que alguien dijera algo más, simplemente deje la mesa, con mi silla sin acomodar y les di la espalda, no podía seguir más allí, las clases habían terminado y dado inicio al descanso, y a pesar de que mi estomago demandaba con insistencia que le diera algo de comer, en cuanto me senté y mire que Yoongi estaba dirigiéndose hacia la mesa con su novio... no pude dejar de sentir nauseas, era extraño, pero mirar la comida me estaba dando asco, mirarlos a ellos me daba asco.

Seguí mi camino, pasos cortos, sin prisa alguna, no llevaba nada de prisa, y no quería apresurarme, sentía que si avanzaba más podía dar la casualidad de que pudiera perder el control de las arcadas que querían venir hacia mí y vomitar, pero no dejaría que me dominará.

El doctor Jang me había hecho una cita para la siguiente semana, tendría que bañarme con jabón de azufre para que me realizarán una radiografía, era necesario para saber si acaso las flores habían causado algún estrago en mis huesos o cerca a mis pulmones, esperaba que no fuera así, solté un suspiro y eleve la mirada, las pastillas que me habían recetado eran de un color azul celeste, alargadas como óvalos y pequeñas, según leí en la caja, quitaban las nauseas y hacían que las raíces no crecieran tan pronto, aunque las nauseas parecían no quitarse con esa maldita pastilla.

—Jimin —abrí mis ojos en grande al escuchar aquella voz tan conocida para mí, giré mi rostro, despacio, y por sobre mi hombro izquierdo lo vi, allí estaba él, su ceño estaba levemente fruncido—, ¿estás bien?

No, no lo estoy.

—Sí —soy un maldito mentiroso—, ¿por qué lo preguntas?

Soltó un resoplido y camino los pocos pasos que le faltaban para poder estar cerca de mí, me giré sobre mi propio eje para poder encararlo, lo hice justo a tiempo, en cuanto él se acercó, yo ya está frente a él.

—No tienes que mentir —dijo Yoongi—, desde que empezó el almuerzo estás un poco distante.

—¿Distante? —pregunte.

—Sí, maldición —Yoongi era del tipo de persona que le gustaba decir groserías a diestra y siniestra, sin pudor alguno y sin importarle nada, amaba que fuera así, una tenue punzada en mi pecho me hizo morderme la lengua ante mi pensamiento—, ¿te duele el estómago o...?

—No, nada de eso —negué de inmediato—, sólo... se me ha ido el apetito, es todo —me encogí de hombros.

—¿Estás volviendo a ayunar? —no Yoongi, sólo me da nauseas verte con él.

—No lo hago —dije mientras miraba detrás de él, seguramente su pareja ha de estar aguardando por él—, deberías irte, Gunji seguramente está esperando por ti.

Le dedique una tenue sonrisa antes de tener la intención de girarme para darle la espalda e irme, de nuevo las ganas de vomitar estaban presentes, debía controlarme, no podía simplemente escupir pétalos como si nada, no allí.

—Espera —Yoongi me tomo por el antebrazo haciendo que volviera a mirarlo, su agarre no tenía fuerza, no era como si quisiera apretar mi brazo, lo hacía delicadamente, como si temiera lastimarme, aunque él me lastimaba de otras formas—, no puedes irte, así como así, además, Gunji puede esperarme un poco más.

—No deberías hacer esperar a tu pareja.

—Y tú no deberías irte como si no te pasará nada.

—No tengo nada —volví a decirle, mire su agarre—, hablo en serio, Yoongi, no tengo nada.

Yoongi me miro a los ojos, seguramente estaba buscando algún rastro de mentira en mis ojos, pero sabía que no encontraría nada, me había vuelto un mentiroso desde que supe mis sentimientos hacia él, los he reprimido por tanto tiempo que ya no importaban en realidad.

—Deberías regresar con los demás, Hoseok pensará que está haciendo un mal tercio allá con nosotros.

Aquí el único mal tercio, soy yo. Pensé.

—Lo siento, pero en verdad tengo que hacer algo —dije y solté un suspiro—, es importante.

—Quizás pueda ayudarte.

—No es necesario, Yoongi —sentí su agarre aflojarse un poco, su mano se fue deslizando en mi brazo, sus dedos rozaron mi piel con suavidad y yo no podía dejar de mirarlo, su mano se dejo caer por sobre la mía y logró agarrarla—. ¿Yoongi?

Él sonrió tenuemente antes de mirarme a los ojos.

—Siempre me he preguntado que se siente tomar de la mano a alguien, Gunji no me deja sostener su mano, no por mucho tiempo —dijo en voz baja.

—Tengo que irme —dije y él volvió su mirada hacia mi rostro.

—¿Podemos hablar después de clases? —me pregunto.

Cuando él decía algo como eso, era por cuestiones que él consideraba como importantes, quería negarme ante su petición, pero de sólo mirarlo a los ojos, de ver esa necesidad tan grande que tenía por hablar con alguien de confianza, no pude evitar sentirme debilitado por él.

Estaba a punto de cometer un error, un grave error.

—Sí, esta bien —dije en respuesta y fue cuando él soltó mi mano.

—Te veo después, Jimin —no espero por mi respuesta, simplemente me dio la espalda para continuar su camino hacia la cafetería.

Me quería golpear, ¿por qué acepte hablar con él? No debí hacerlo, el doctor Jang me lo advirtió, si seguía frecuentando a Yoongi entonces...

—Maldición —susurre por lo bajo, lleve mis manos hacia mi cabello haciéndolo hacia atrás y volviendo a caminar, necesitaba ir por una de las pastillas, las nauseas estaban regresando.

Peach Blossoms  ||YoonMin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora