Capitulo XVIII

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Todo esté tiempo creí que dejaría un testamento cuando tuviera más de sesenta años, pero uno nunca sabe como serán las cosas, mi madre lloro cuando le mencione sobre mi enfermedad, y rezaba a todo lo que existiera para que mi cirugía saliera bien, mi padre a pesar de que siempre demostraba ser una piedra andante sin sentimientos, no pudo evitar soltar unas cuantas lagrimas por mí, les pedí que no difundieran mi posible muerte a mis amigos y demás familiares, no quiero que se preocupen por mí, ni sus lamentos o disculpas podrán sacarme las raíces del corazón, así que quería evitarlo por completo.

Había dejado todo en claro, las pocas pertenencias que tenía, quería que fueran dadas a ciertas personas, mi colección de libros repartidos a mis amigos, mis pertenencias de valor se quedarían al resguardo de mi madre, y a mi padre le deje un par de cosas al igual que dinero, no tenía mucho en mi poder, pero quería que todo estuviera en buenas condiciones, no quería dejar preocupaciones, mucho menos problemas en cuanto a mis pertenencias en caso de morir.

Ahora sólo quedaba una cosa.

Hablar con Min Yoongi.

Hace varios días que no lo veo, lo he evitado a toda costa, cada que veo una silueta similar a la suya me escondo, no sé si sea él o no, pero no quiero verlo, aún no, sólo me quedaba hablar con él, pero no tenía las palabras correctas y ensayarlas no era una opción, mi tiempo es limitado y comenzar a escribir y rescribir un ensayo no era algo que podía hacer por el momento, así que debía ser claro, sin rodeos.

¿Qué puedo perder? Nada, si muero, al menos no moriré sabiendo que jamás me confese a Yoongi, y sí vivo no podré ni siquiera recordar los momentos en los cuales florecieron sentimientos por él, así que no había problema alguno, mañana sería mi cirugía, estaba preparado mentalmente para lo que pudiera venirme encima, pero no estaba listo para enfrentar a Min Yoongi.

¿Cómo hacerlo? No tenía la menor idea, pero debía ser valiente.

De todas formas, tarde o temprano se iba a enterar, así que... ya no importaba. Tome mi teléfono celular y busque su contacto por medio de un mensaje, mire nuestra ultima conversación, en la que era la invitación a la cafetería... el recuerdo llegó a mí de inmediato y no pude evitar sentirme extraño, trague saliva con pesadez, sé que me dijo que no lo buscará, quizás ni siquiera lea mi mensaje.

Sin querer mis dedos se movieron, y el teclado apareció para ayudarme a redactar el mensaje, ¿sería una buena idea un mensaje en lugar de verlo? No, un mensaje confesándote a una persona es cobarde, porque significa que no tienes el valor de mirar a esa persona a la cara para decirle lo que sientes, y en este momento quiero dejar de ser un cobarde, quiero dejar de pensar en lo que dirá, quiero dejar de pensar en sus expresiones, no sé con exactitud lo que pasará cuando nos veamos, y eso es lo que hace el momento más emocionante.

Cierro mis ojos por unos momentos, inhalo y exhalo profundamente, una... dos... tres veces y por fin abro mis ojos, mis dedos se mueven por sí solos, un mensaje, es lo único que necesito, breve y conciso, quiero verlo de nuevo, quiero que sepa lo que siento por él, no quiero una respuesta de su parte, ni siquiera me importa si me corresponde o no, sólo quiero que sepa que lo amo, eso es todo, y tengo el lugar perfecto para decirle lo que siento.

"Te veo en el parque de cerezos, a las seis."

No necesito escribir nada más, sé que él sabrá a que parque me refiero.

El recuerdo era tan nítido que dolía. Fue en un día de primavera, cuando los cerezos comenzaron a florecer que caminamos por allí, empezaban las clases y me sentía nervioso, él me acompaño en el camino, hablaba mucho a pesar de que yo solamente le contestaba con monosílabos, notaba mi nerviosismo, llego un punto en que no podía escucharlo porque me perdía en mis pensamientos que me abrumaban en cada momento, y fue allí cuando él coloco su mano sobre mi cabeza, fue como si cualquier pensamiento oscuro y lleno de apatía se esfumará, eleve la mirada y él estaba allí, dándome la más radiante de las sonrisas, simplemente dijo mi nombre y que todo iba a estar bien y salió corriendo, mientras el viento sacudía las ramas de los cerezos, haciendo que los pétalos blancos cayeran, ese día mi corazón dio un vuelco, y fue la primera vez que acepte que estaba enamorado de él.

Peach Blossoms  ||YoonMin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora