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— ¡VOY A MORIR! ¡MAMÁ!—gritó Sook fuertemente, su garganta dolía por gritar tanto.

A su lado Félix disfrutaba el paseo en aquella montaña rusa, aunque de vez en cuando se le salía una pequeña grosería.

Sook vomitaba todo lo que había comido minutos antes, Félix reía a su lado mientras le extendía una menta y una toallita húmeda para limpiarse.

—Sabía que debía comprar cosas para el vómito—sonrió Félix palmeando el bolso donde tenía sus cosas.

Sook lo miró mal y se limpió, abrió pacientemente el dulce y lo metió a su boca, sintiendo el fuerte sabor a menta.

—No volveré a subir a esa cosa—lloriqueo tirándose sobre la banca.

Félix soltó una carcajada y se sentó a su lado, cerró por un momento los ojos y sonrió sintiéndose feliz.

Sook lo observó confundida, estaba muy tranquilo. El chico tomó su mano y comenzó a jugar con sus dedos, haciendo que Sook entrara en pánico.

— ¡Félix estás ardiendo!—chillo poniendo su mano en la frente y cuello de su amigo.

—Exageras... Sólo me siento un poquito mal—sonrió achinando sus ojos

Sook bufó levantándose para arrastrar a su amigo a su casa, ya habían montado a varias atracciones.

Una hora después, la chica se encontraba atendiendo a Félix, quien jadeaba y sudaba en su cama por una fiebre alta.

—Eres un tonto, debías descansar más...—susurró Sook molesta, poniendo una toallita mojada en su frente.

—Odio verte triste, quería que sonrieras...—mumuró Félix, con una débil sonrisa en el rostro.

Sook se sintió conmovida, en serio amaba a su mejor amigo. Negó abrazándolo, él correspondiendo torpemente a su abrazo y besó la frente de su amiga.

—Gracias por estar en mi vida, Lix...

Sook volvía tarde a su casa, sólo esperaba que sus padres no la regañaran. Abrió con cuidado la puerta y caminó lo más sigilosamente posible.

Asomó con cuidado la cabeza por la sala pero estaba oscura, no había nadie. Seguro están dormidos.

Iba pasando por la cocina para ir al pasillo que da a su habitación. Cuando unos brazos la tomaron de la cintura, haciendo que casi pegara un grito, de no ser porque aquel chico tapó rápidamente su boca.

— ¡Que casi me matas de un susto, Lee!—chilló tocando su pecho

El chico sonrió divertido, sacó unas galletas de su gran suéter y comió tranquilamente.

— ¿Qué haces aquí? No dejé la ventana abierta...—habló Sook confundida

—Estaba abierta, y vine porque necesito un consejo—se encogió de hombros

—En serio debes dejar de hacer esto, pueden confundirte con un ladrón... ¿Por qué tan sólo no me buscas en el instituto?

— ¿Y que se enteren que somos amigos? Ni hablar—hizo una mueca

Sook frunció el ceño, sintiéndose ofendida y dolida.

—Chao.

Minho soltó una risita, tomando su brazo para detenerla.

—Quiero confesarle mis sentimientos a Suni, necesito tus consejos.

—Me hubieras dicho eso antes—sonrió divertida—Vamos a mi habitación.

—Qué atrevida—sonrió Minho seductor

Sook lo miró mal y le dio un leve golpe detrás de la nuca.

—Pervertido... Sólo hablaremos allá porque si mis padres descubren que nuestro vecino de atrás entra por la ventana, nos matan—explicó tomando su brazo para arrastrarlo por el pasillo.

Eran las 2:05 a.m y aún ambos seguían hablando.

Sook conoció a Lee Minho, su vecino de atrás una noche hace cuatro meses. El chico había entrado a su casa por la ventana buscando a su gato, ese día Sook casi lo mata con un sartén pero sólo le dejó un chichón en la frente por días. De ahí se hicieron amigos, aunque él sólo hablaba con ella cuando necesitaba consejos. Nunca le hablaba en el instituto, algo que le parecía extraño a ella aunque, él era extraño.

Sook sabía que Minho sentía algo extraño pero lindo hacia la amiga de Hyunjin, pero era bien torpe a la hora de demostrar sus sentimientos.

— ¿Entonces no le puedo regalar una caja de arena para demostrarle mi amor?—preguntó haciendo un puchero con los labios

—No, Lee. Ella no es un gato—negó soltando un bufido.

Ambos caminaban en silencio hasta la puerta principal, no quería que Minho saliera por la ventana de nuevo.

— ¿Qué mierda?

Quedaron estáticos en su lugar, voltearon rápidamente viendo a Dae con un vaso de agua en la mano.

— ¡Sorprise!—exclamó Minho felizmente, Sook hizo el facepalm.

— ¿Qué hace él aquí? No, más bien ¿Por qué esta aquí a esta hora? ¿Y desde cuando se conocen?

La cara de Dae estaba roja del cólera, su mente sólo imaginaba cosas raras.

—Tuvimos sexo—habló Minho

Sook le metió un golpe en el tobillo, haciendo que él se quejara y diera saltitos.

— ¡Es mentira! Sólo es nuestro vecino... Luego te explico —bufó abriendo la puerta.

— ¡Bye!—sonrió Minho saliendo a pasos lentos.

Sook cerró la puerta y observó la mirada fulminante de su hermano.

—Hora de explicar...—suspiró Sook

All For A Kiss...💋 [•Hwang Hyunjin•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora