IX┊Ua ʻelemakule au no ka loaʻa ʻana o kahi kahu hānai

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Steve miraba desde el marco de la puerta como Meredith dormía profundamente como si las preocupaciones no pasaran en ese momento, en cuánto ella cayó dormida termino de curar su brazo para después llevarla a la habitación

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Steve miraba desde el marco de la puerta como Meredith dormía profundamente como si las preocupaciones no pasaran en ese momento, en cuánto ella cayó dormida termino de curar su brazo para después llevarla a la habitación.

Cuando bajo, los demás se preguntaban cómo estaba; aunque se encontraba inconsciente en ese momento, pero estaba bien, poco después salió en las noticias el incidente del cual Mer había sido parte protagónica, explicaciones se dieron en aquel momento por parte de Slora y sus acompañantes, pero Steve presentía que esa no era toda la historia, se quedaron unos minutos más y después se retiraron al saber que Meredith se encontraba a salvo, menos Danno quien decidió quedarse ha hacerle compañía a su amigo.

Tan absorto en sus pensamientos, no se dio cuenta que Danny estaba su lado, lo miró momentáneamente para después regresar su mirada a la cama.

—¿Cómo sigue?

—Igual —se cruzó de brazos—. Creo

Danny suspiro y decidió entrar a la habitación sentándose en una silla que se encontraba a lado de la cama.

Meredith se removió en la cama, y al hacerlo un quejido de dolor se escuchó.

Danny se levantó e hizo que Mer se volteara para no lastimarse el brazo.

—¡Hey! Cuidado con el brazo —dijo Danny mientras volvía a tomar asiento

—¿Hace cuánto estás ahí? —preguntó Meredith aún con los ojos cerrados

—No mucho

Ella sonrió levemente mientras abría con lentitud sus ojos, parpadeo varias veces para acostumbras sus ojos a la luz, pocos segundos después su mirada se dirigió a la entrada de la puerta, donde un Steve de brazos cruzados se encontraba, quién al verla le sonrió.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Steve mientras entraba a la habitación y se sentaba al costado de la cama

—Bien... —ella lo miró mientras se sentaba en la cama recargando su espalda en la cabecera de la cama—. Aún sigo adolorida

ALOHA©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora