LA FIESTA

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LA FIESTA

Todo marchaba como lo esperado, los invitados estaban llegando con tanta rapidez y con muchas caras de alegría y asombro al presenciar el castillo lo mas hermoso que se pudieron imaginar.

Yo ya estaba lista para bajar, con un poco de nervios ya que sería la primera fiesta que tendría ante la sociedad legalmente como la esposa real. Sin embargo Erik estaría recibiendo en estos momentos a los invitados como se acostumbraba en ese condado..

-Mi niña Luisa, han llegado casi todos los invitados. El jóven Erik tiene una sonrisa de oreja a oreja, todo marcha como lo tienes planeado. El joven Erik recibe a cada momento muchas felicitaciones por la excelente organización que se puede observar en tan magnate evento. Así es como escuche decir al conde Ruiseñor. – Llegó con toda prisa a contarme Mary que solo provocó ponerme aún más nerviosa de lo que ya estaba, no sabía si estaba bien sentirme de esta manera. – Mi niña debes de apurarte todos los invitados aclaman tu presencia.

Llegó el momento de bajar por aquellas escalinatas a vista de todos, agarro valor y sin pensarlo más empezó a bajar lo más rápido que pudo para tratar de pasar por desapercibida. Pero no fue posible, a lo lejos pudo observar entre la multitud  a Erik platicando con quien sabe quienes eran, en ese instante Erik volteó y sintió su mirada profunda hacía ella, se disculpo antes los invitados un pequeño movimiento de cabeza y se dirigió ¡Hacia mi!. Y me extendió la mano para ayudarme a bajar, y me besó la mano.

-       Buenas noches y gracias.- Le dije. - Disculpa la tardanza pero ya ves como es Angelique, quería que todo estuviera perfecto…

-       Estas perfecta, luces muy hermosa, ven conmigo tengo muchas personas que  aún no conoces.- Me tomo de la mano y nos dirigimos hacia los invitados.

Todos los invitados estaban muy contentos por la hospitalidad que les estábamos dando, recibíamos muchas felicitaciones como ya me había dicho Mary. Cuando de repente escuchamos unas voces conocidas.

-       Erik, hijo mío. Los detalles de la fiesta son espectaculares, muchas felicidades. Los invitados se ve que lo están disfrutando. – le dijo su madre la Reina.

-       Gracias Madre, pero no solo fui yo quien participo en la organización del evento, debo de admitir que la mayor parte fue idea y ayuda de mi esposa. – Me dirigió una sonrisa traviesa.

-       ¿Luisa? ¿Escuche bien?. Me da gusto hijo, que su relación este estable y que ella se haya involucrado en este evento, ya sabes que hace años no teníamos el toque femenino en nuestras fiestas. ¡Que barbaridad! Pero que alegría la mía hijo mío. – Me saludo con un beso dulce en la mejilla y me dio un abrazo con tanto entusiasmo que solo recordaba a mi madre en ese momento.

-       Hijo, hijo. – Grito desde el otro extremo su padre el Rey.- Es magnifico la planificación de la fiesta, te has lucido. Sabía que nunca me fallarías. – le dio un  fuerte abrazo que apenas podía respirar. –Buenas noches Luisa. 

-       Querido esposo, debemos de decirte que la mayoría de la organización se lo lleva el meríto su querida esposa.- menciono su madre con una cara de orgullo.

-       ¿Qué, de que hablas mujer? No debes de jugar con esas cosas.- sorprendido su padre comento con los ojos como plato que tenía en ese momento.

-       Si padre mi esposa Luisa tuvo mucho que ver con todo esto.- Volteo a verme y me dio un beso en la mejilla.

-       ¡Vaya mujer que sorpresa me has dado! Tienes todas mis felicitaciones.

-       Gracias, y verá que el resto de la velada será expléndida. – Le comente al Rey.

Me llevo con cada uno de los invitados. Conocí todo tipo de personas, las cosas no estaban tan mal como pensaba.

Entre el Amor y el OdioWhere stories live. Discover now