VICTORIA DESCONSOLADORA

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Los días de batalla habían terminado y hacía tiempo que no sentía esta paz en mi corazón. No veía la hora que esto acabara para poder regresar a mi hogar con mi familia. Sí con mi familia. Hasta yo mismo me sorprendí al saber que lo único que quería era estar con ella, con mi amada Luisa.

Ahora era el momento de regresar y empezar una vida juntos. Había cometido los mas infames errores con una mujer digna de respeto y valiente como ninguna otra en su clase. ¿Cómo pude ser tan ciego para no darme cuenta? ¿Cómo pude dejarme llevar por estos malditos celos que me consumían el alma noche tras noche?.

En fin la guerra había terminado, todo estaba claro con buenas y malas noticias siempre que existe una guerra. En nuestro caso fue victoriosa pero por otra parte ¿Cómo le voy a explicar a Luisa todo lo sucedido? ¿Mi partida tan inesperada de su lado y sin ninguna explicación aparente? ¿Tantos días de ausencia?¿Cómo le voy a explicar para que llegue a comprender y a perdonarme?. Preguntará por él y ¿Qué haré?¿Cómo lo tomará?¿Me odiará más o me amará mas?. Tengo miedo debo de admitir, de llegar y empezar a explicar todo este enredo tan espantoso que ha llevado a que nosotros estemos muy mal. Pero aún hay tiempo para regresar y poder conquistarla de nuevo y ser una familia muy feliz: mi hijo y ella, mi adorada Luisa.

Y si! Mi hijo. No me importa su origen porque lo voy a querer como si fuera mío, de mi sangre, será el próximo heredero al trono. Bueno en caso que fuese niño, sino no importa una niña vendría muy bien para darle mayor prestigio a nuestra familia. Seremos muy felices y todo quedará a tras. Luisa me perdonará y yo a ella para poder envejecer juntos después de muchos años más.

Todo esto y más pensaba dentro de mi cabeza. Cuando la ceremonia fúnebre de honor y homenaje que había terminado esa tarde tan dolorosa y lluviosa y su cuerpo fue llevado de inmediato a su reino, me dirigí de inmediato a mi hogar a darle el consuelo a esa mujer que tanto amaba y que iba a necesitar mi hombro para llorar su gran perdida. Pero yo estaré ahí todo el tiempo que sea necesario para que ella se recupere.

Él había sido su adoración desde pequeña, me conto todos los detalles que él le obsequiaba en cada cumpleaños, sus momentos más felices a su lado que de alguna manera recuerda que fueron pocos y que a pesar de su mal carácter y del arreglo de matrimonio que nos unió gracias a nuestros padres sin consultarlo con nosotros. Lo amaba por sobre todas las cosas.

Y si fue un gran hombre no cabe duda. Dio su vida todos los días en el batallón, pero lo que más me duele que en ese momento de duda y angustia solo había una opción: terminaba la batalla fracasando nuestro bando y quedando al mando de ellos durante mucho tiempo pero los dos con vida o ganábamos la batalla siendo inmensamente poderosos y libres pero uno de nosotros tenía que morir.

Si así fue esa obscura tarde que el bando opuesto nos ataco de sorpresa, nosotros confiados de que no volverían más ese día nos dispusimos a beber y cenar un delicioso puerco a la leña. Todos brindábamos porque olíamos la victoria a la vuelta de la esquina y más nuestra libertad. El enemigo era débil en número y armamento. Todo apuntaba a nuestra favor, pero esa tarde todo cambio. ¡Todo¡. Y todo fue algo parecido a esto:

Esa tarde nuestra gente había encontrado un vino delicioso cortesía del pueblo vecino que habíamos salvado millones de vidas. Todo iba en marcha hasta que gran parte de nuestra gente estaba enfermando de manera misteriosa hasta morir. El doctor del campamento nos indico que no comiéramos ni bebiéramos nada ya que sospechaba que la comida estaba envenenada.

Horas después fuimos sorpresivamente atacados, fue un movimiento muy valiente y arriesgado debo de admitir pero sin embargo sucedió. Estábamos sin el armamento equipado, tome todo lo que pude y di las órdenes. Nos separamos el Rey y yo a dar batalla. A lo lejos vi a el Rey peleando valientemente, del otro lado a Genaro dando lo último de sí, todo iba a nuestro favor sin embargo algo no terminaba de cuadrarme en esa situación. ¿Cómo llegó la comida envenenada hasta nuestras mesas cuando teníamos la más estricta vigilancia? Debo de ser alguien de nuestro clan que este aliado al enemigo. ¿Qué podrá ser?. Sin embargo no había tiempo para pensar debíamos de dar batalla final a todo esto y así poder terminar para siempre con esa pesadilla.

Entre el Amor y el OdioWhere stories live. Discover now