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—No —Resuena en los oídos de Taehyung antes de los sollozos— No lo es.

Entonces Taehyung piensa que lo ha ofendido, no sabe cómo reparar esto, se asusta porque no comprende muy bien su error, pero ahora sabe que no debe decir nunca nada más así.

—L...lo siento Hoseok, no quería ofenderte, perdón, yo no.... no pretendía hacerte sentir mal de ninguna manera, solo... no sabía.

Taehyung es un hombre extraño, suena realmente arrepentido y nervioso, Hoseok no sabe que decirle ahora por qué en su vida las personas han hecho con él lo que han querido, y ahora está esta él pidiéndole perdón por un comentario, una simple pregunta que no debió pegarle tan duro como lo hizo.

—Necesito vestirme —dice Hoseok interrumpiendo la verborrea de Taehyung —por favor.

— Sí... sí, toda la ropa está aquí... ¿Puedo llevarte o prefieres que la traiga?

Hoseok extiende la mano y Taehyung lo guía lentamente hasta que choca con algo, suave y mullido, parece ser la cama.

— Ahí está todo —dice Taehyung —¿puedes vestirte solo?

— Sí, le avisaré cuando esté listo.

Taehyung se retira, no sin antes darle un último vistazo a aquel cuerpo que lo hace sentir de forma extraña, sabe que no debe volver a verlo y no lo hará, no así, no quiere hacer sentir incómodo a su invitado.

Va a la cocina y sirve la comida, deja todo en completo orden y espera a que Hoseok lo llama, pero escucha los suaves pasos acercándose, se sorprende, Hoseok avanza afirmándose a las paredes.

—Hoseok —susurra —déjame ayudarte.

Hoseok se deja guiar, se sienta en la silla y con sus dedos llega hacia la cuchara y luego al plato, Taehyung está expectante a que Hoseok pruebe, quiere ver su expresión, quiere saber si le gusta.

—Está delicioso —sonríe —gracias.

Hoseok come realmente rápido, pero Taehyung no da un solo bocado, disfrutando como el chico saborea la comida, le encanta ver aquello, Hoseok termina todo lo que puso en su plato, se queda quieto antes de hablar.

—Lamento...lamento como reaccioné allá —comienza—— yo pensé...yo malinterpreté todo.

—¿Malinterpretaste?

— No debí pensar mal de usted.

—¿Qué pensaste? —continuó Taehyung con sus preguntas, completamente confundido. ¿Hoseok habrá creído que quiso hacerle daño?

— No es...

— No iba a golpearte —afirma el dueño de la cabaña con tono casi desesperado— nunca haría eso.

— Lo sé... fue una tontería, no piense más en eso, yo no lo haré.

— Bien... no pretendía ofenderte, nunca más diré algo así, solo estaba confundido.

— ¿Confundido?

— Por eso te pregunté, cuando te vi me sentí raro, pero no importa.

Hoseok se sonrojó furiosamente, parecía una fresa, una linda fresa. No dijo nada y Taehyung terminó de comer.

De repente afuera comenzaron a sonar algunos pasos, luego un toque en la puerta y seguido una suave voz femenina.

—¡Taehyung ! —exclamó la voz —hemos traído música para ti ¿hoy es un buen día?

— ¿Te gusta la música? —preguntó Taehyung en voz baja a Hoseok.

— ¿Debo irme?

—¡No! No tienes que hacerlo, es una musa, ella viene a veces con las demás y toca para mí; es una amiga.

Las musas nunca se dejaban ver, las musas eran como un mito que todos sabía era cierto y este hombre hablaba de ella tan normalmente... la boca de Hoseok estaba abierta por la sorpresa, su corazón exaltado.

Musas.

Todo su cuerpo quería gritar.

¿Quién era en realidad Taehyung ? ¿Acaso estaba loco? ¿Era todo esto parte de un juego o una broma?

— ¿Musas? —susurró

— Las ninfas vienen muy pocas veces, dejan cosas en la puerta y se van, son amables, pero no conversadoras.

—¿Ninfas?

— Entonces... ¿quieres escuchar?

Por más locura o mentira que sea, Hoseok simplemente no quería decir que no.

La música comenzó, se sentía como una caricia, muy diferente a lo que escuchaba en su pueblo, tan ruidoso y sin ritmo.

De repente sintió que no quería volver.

Sin embargo, no sabía si quedarse aquí resultaría peor.

—¿Quieres ir a la cama? —preguntó Taehyung , Hoseok se crispó— Si quieres dormir ahora está bien.

Debía dejar de pensar que Taehyung le haría daño, no todos son así, no tenía que serlo, esperaba que no lo fuera.

—Por favor.

Taehyung lo llevó al cuarto y abrió la cama, acomodó las almohadas y le dijo que se acomodara, sintió el peso hundiéndose a su costado, sintió el calor del cuerpo alrededor de la música envolvente.

—Eres extraño Hoseok —dijo Taehyung.

—¿Por qué?

—Tienes mucho miedo, pero agarras un cuchillo como un maestro ¿no te parece raro?

—Usted es raro.... me pide que no le diga usted y es muy amable, hay musas y... ¿de verdad hay musas?

—Las puedes oír.

—¿No es una broma?

—¿Por qué tendría que mentir? Nunca he tenido un invitado, no le faltaría el respeto así al primero.

—¿Nunca?

—Las personas me evitan desde siempre, es algo en mis ojos... por eso me alegra que tú no puedas verme... es malo para ti, pero bueno para mi ¿debería disculparme por pensar así?

Hoseok lo meditó unos minutos.

— No estoy seguro señor.

— No me digas...

— Pero lo seguiré haciendo, usted si merece respeto.

—¿Yo sí?

—El resto del mundo no respeta a nadie, entonces nadie debería respetarlos a ellos.

Tulipanes Azules | VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora