Tulipanes Azules | Vhope

05.

—¿Es él?

—Parece que está muerto.

—Solo está herido.

—¿Está respirando?

—¿Crees que sea el mismo?

—Estaba llamando a Taehyung.

—Pero se golpeó con un árbol.

Hoseok escuchaba voces femeninas alrededor, confundido como estaba, decidió quedarse en el suelo, solo quería un poco de silencio dentro de su embrollo, le dolía la espalda, le dolían los brazos, no quería moverse; no quería hacer nada.

—¿Lo llevamos? —dijo una de ellas.

—Tal vez no es él.

—Taehyung ha estado triste desde que el chico se fue.

—Pero si no es él se pondrá más triste.

—Podríamos...

Hoseok soltó un quejido, el ardor crecía, no pudo contenerse, las tres voces quedaron en silencio.

—¿Tú eres Hoseok? —preguntó una de ellas— ¿Te estás muriendo?

—No seas torpe Lanthe ¿no ves que respira?

—¿Qué necesitas? —otra de las voces— ¿Agua? ¿Quieres que curemos tus heridas?

—¿Tú crees que quiere quedarse con ellas?

—¡Hay personas raras en este mundo!

—¡Él no parece feliz con ellas!

—¿Cómo voy a saber eso? ¡Apenas se mueve!

—Solo llevémoslo con Taehyung.

—Pero no podemos cargarlo, mejor hay que llamarlo.

Hoseok escuchó cómo corrían, se alejaban y el dolor no hacía más que incrementar, no sabía dónde estaba, no recordaba con claridad lo que había hecho después de ser echado de su casa, corrió como nunca lo había hecho hasta cansarse, llamó a Taehyung con todas sus fuerzas, pero ni siquiera estaba seguro de haber tomado el camino correcto, hasta que cayó, débil y sórdido, perdido en un nada, en un todo, sintiendo como si alguien llorara en su espalda, algo cálido que lo ayudó a dormir. Pero ahora no podía más que llorar, incapaz de levantarse, perdido en medio de la nada.

—¡Ahí! —escuchó un grito, una de las mujeres que estaban con él hace rato, luego silencio, luego un aroma peculiar, a flores recién cortadas pero.... un poco diferentes.

—¿Hoseok?

Era Taehyung. De verdad estaba aquí, pero su garganta estaba tan apretada que no pudo decir nada en respuesta.

—Hoseok que... ¿Quién te lastimó? Hoseok...

Preocupación por un desconocido... ¿era amabilidad? Era suave como el algodón, quemaba un poco en su pecho.

Taehyung lo levantó con mucho cuidado, Hoseok contaba los pasos hasta llegar a su cabaña, lo supo por el aroma a madera que desprendían las paredes, olió algo quemándose y desde afuera los gritos de aquellas mujeres: "¿Era él?" "¿Va a estar bien?".

—Tengo que lavarte —escuchó decir a Taehyung y luego sintió el ardor que la ropa dejaba al moverse y dejar su piel al descubierto.

Debía lucir terrible.

—No te voy a lastimar —lo escuchó— necesito limpiar las heridas ¿sí?

—S...si —logró susurrar por fin.

—Dime si te duele mucho, dime si no te agrada, no quiero ofenderte de nuevo.

Hoseok rio apenas por la actitud de aquel hombre.

—Está bien...

Algo frío lo cubrió, algo refrescante, como flores, los pétalos, no se atrevió a preguntar, tan lento y tan suave, que se obligó a relajarse.

—¿Quién te lastimó? —volvió a preguntar Taehyung

—Nadie señor.

—Esto es...

—Una mujer que... en realidad no es nadie.

—¿Una mujer? ¿Por qué?

—Ella pensó que había hecho algo malo.

—¿Tú? —Taehyung sonó genuinamente confundido— ¿de verdad? Que torpeza.

—¿Usted cree?

—Tienes el rostro de un bebé, si haces algo malo seguro será darle demasiada agua a las plantas o algo así— suspiró— pero esto... es demasiado malo... no debió ¿Quién era?

Hoseok meditó, pensó que no habría diferencia en la vida si le contaba a este casi extraño todo lo que quisiera saber.

—Mi madre...

—¿Madre?

—Si...

—Una madre ¿de las que te llevan en el vientre?

— Si, de esas señor ¿Qué tantas hay?

—Tuve una que me alimentó cuando la primera murió —dijo con simpleza.

—En ese caso, tengo una que me ayudaba a dormir cuando no podía.

—Esas son las mejores madres —dijo Taehyung sonando jovial— las que intentan ser buenas para ti.

— Sí... ya lo creo señor.

— Tendrás que quedarte en cama por hoy y quizás mañana puedas levantarte. Sanará rápido —finalizó— pero cambiaré el ungüento todos los días al menos tres veces y comerás en la cama.

—Puedo levantarme.

— Se abrirán las heridas.

—Señor...

—Hoseok...

No se movería los días que fueran necesarios solo porque Taehyung trajo un plato de algo de inmediato y se lo dio a la boca como si fuera un bebé, Hoseok no sabía cómo, podía decir que estaba sonriendo. Él sentía como Taehyung sonreía, en medio de la oscuridad que siempre había sido su vida él podía sentir una sonrisa.

—Lanthe es muy habladora, se arriesga mucho y se acerca a los humanos, es una linda flor, de color rosa y rojo, un poco aterradora cuando se enoja. Thetis es más seria, es una ninfa del agua, es más fácil razonar con ella, pero se deja llevar por Lanthe en las discusiones. Anemone es una ninfa de la tierra, tan despistada como Lanthe, pero centrada al mismo tiempo, depende de cómo despierte, una vez me regaló un pequeño diamante, la otra casi hunde mi casa bajo tierra porque le gané una apuesta sobre el clima... Morfeo qué había soplado la respuesta —susurró esto último.

¿Cómo podría Hoseok creer que podía ser cierto?

Vivía en un mundo que no conocía, pero... con Taehyung y sus colores podría desplazar sus ideas más allá de un fondo negro.