14.

333 97 4
                                    

"Él intentará alejarlo de tu lado, le va a ofrecer cualquier cosa para que deje tu lado, eso es lo que él hace".

Taehyung en su vida había conocido la tristeza, la felicidad, la confusión y el dolor.

Pero el miedo se había mantenido como un vago recuerdo de una edad más corta. Taehyung despertó aterrorizado por las palabras de Morfeo. Eros quería llevarse a Hoseok, no había una razón para ello, no había explicación, se volvió el capricho de un dios y Taehyung sentía que su alma comenzaba a quebrarse.

No podía perder a Hoseok, daría el mundo entero y acabaría con lo que sea para evitarlo, simplemente no podía perderlo.

Así que lo abrazó con dulzura toda la mañana mientras lo escuchaba relatar alguna historia de sus largas caminatas antes de llegar a él y Taehyung decidió que si no se alejaba, que si no lo perdía de vista, entonces nunca lo perdería, porque podría protegerlo. Sí, él lo haría.

—Me gustan más las manzanas —dijo Hoseok— ¿Por qué siento que los duraznos son amargos si claramente son dulces? Pero las fresas son aún mejores.

Hoseok sonreía más cada vez, hablaba más y se sentía seguro, solo sabiendo que Taehyung estaba ahí, así que se permitía decir y expresar cada pensamiento tonto que apareciera, porque aunque Taehyung no supiera todas las respuestas podrían inventarla juntos.

—Las uvas verdes son mejores.

—Me gustan las moradas —dice Hoseok— son menos ácidas.

—Entonces no te he dado las uvas verdes adecuadas —le dijo Taehyung acercándose a él que estaba sentado en una silla a lado de la mesa en la cocina, le da un beso corto en los labios antes de tomar sus manos— ven conmigo.

Hoseok camina tranquilo a su lado, se arrodilla en el pasto cuando Taehyung le indica y escucha atento.

—Tengo tulipanes de todos los colores —comienza a decir— blancos, rojos, amarillos, rosas y naranjas —exclama emocionado— son las flores más bellas que he visto alguna vez.

—Lo dudo —dice Hoseok.

—¿Por qué? —le pregunta curioso mientras corta uno de los tulipanes y lo coloca en la mano de Hoseok.

—Yo soñé con un color Taehyung —le explica— y creo que era como el agua o como el frío, no sé si era blanco o azul y creo que es el mejor color de todos.

—Pero si es el único que has visto.

—Y el único que veré así que es el mejor de todos— dice antes de acariciar los pétalos en sus manos— ¿te imaginas los tulipanes azules Taehyung? Serían lo mejor...

—Sí... yo creo que sí.

Pero lo único que Taehyung tenía ante él era la sonrisa inocente de Hoseok, tan pequeña como las plantas que recién comenzaban a brotar en su jardín.

💠

Nadie contaba los días, porque el tiempo seguía pasando y no tenía sentido saber qué día era. Por lo que fue una simple noche que recibieron una visita.

Hoseok, como cada noche, soñaba con la oscuridad y a veces con la voz de Taehyung, como esta noche, la voz a la distancia se acercaba y Hoseok no sabía a donde voltear.

—¿Lo oyes?

Silencio.

No lo conocía ¿Qué era? ¿Quién era?

—Sé que sí, un hombre cansado —seguía hablando— ¿no estás tú cansado?

—¿Quién eres?

—Puedo ser un amigo... puedo darte muchas cosas.

Continuaba escuchando a Taehyung cada vez más cerca.

—No hay nada más que quiera.

—¿Estás seguro de eso? ¿Qué hay de tus ojos? Sé que quieres poder ver, sé que quieres observar el mundo alrededor, yo puedo darte esto.

Hoseok sintió como una atadura fue quitada, una tela oscura cayó de su rostro y la luz apareció, tanta luz...

Comenzó a respirar con pesadez ante de escuchar nuevamente a Taehyung, Taehyung, quería ver a Taehyung, quería saber cómo era él, solo él, necesitaba esa imagen para guardarla, pero todo era luz, todo era claro y no había más.

—Hoseok —lo llamó Taehyung detrás de él y volteó— ¿estás bien? ¿Qué te hizo?

—Tae... —susurró— Tae eres... realmente apuesto— susurró mientras lloraba— Tae..... puedo verte, eres tú Tae, eres...

—Es un monstruo —interrumpió la voz desconocida que ahora estaba frente a ellos, que ahora tenía un rostro— ¿o no le has contado?

—¿De qué habla? —preguntó Hoseok sosteniendo fuerte la mano de Taehyung en la suya.

—Tiene la maldición de medusa, por eso está contigo, porque eres el único al que no puede convertir en piedra— escupió Eros con disgusto.

—Es una maldición —dijo Hoseok— no es su culpa.

—Tal vez no— secundó Eros— pero tampoco tuya y te ofrezco esto.

Taehyung observaba en silencio todo, pálido y perdido.

—Te daré la vista, como un regalo para ti— dijo Eros— a cambio de nada más que gratitud.

Una sonrisa se formó en los labios de Hoseok al tiempo que volteaba a ver a Taehyung, pero lo único que él hizo fue limpiar la pequeña lágrima que escapó de sus ojos.

—Me siento muy feliz por ti, Hoseok.


NOTA: Mañana subiré el último capítulo.


Tulipanes Azules | VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora