✨🪐☁️- 8. 𝗘𝗹𝗶𝘇𝗮𝗯𝗲𝘁𝗵 𝗧𝗵𝗼𝗺𝗽𝘀𝗼𝗻 𝘆 𝗛𝗮𝗿𝗼𝗹𝗱 𝗛𝗮𝗿𝗿𝗶𝘀

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Me desperté temprano, sobre las seis de la mañana. Jake no iba a ir a clases, pero yo tenía que ir. Tanto el rizado como el pelirrojo se encontraban durmiendo plácidamente.
Esta vez si fui al baño a cambiarme de ropa, me puse la misma de ayer; prefería eso a tener que pasar por mi casa.

-Oh, perdón.—Me encontré con Junior cuando estaba saliendo del baño, no sabía que era él, si lo hubiera sabido no hubiera pedido perdón. Mi expresión cambió completamente al verle, sin dejarle decir nada, pasé por su lado y volví a la habitación de Jake.
Debía coger mi móvil, para ir a clases, sin embargo; no lo encontraba. Estuve buscándolo alrededor de ocho o diez minutos por la habitación, hasta que el muñeco pelirrojo me habló.

-Buenos días, Beth. ¿Buscas algo?—Le miré.

-Sí, buenos días, mi móvil, ¿lo has visto?—El muñeco asintió.

-Ayer te dormiste con él en la mano, y Jake lo cogió.—Le miré confundida.—¿Sabes la cantidad de teléfonos que han explotado por hacer eso?—Asentí.—No hubiera sido de mi desagrado una muerte más, pero, Jake lo puso sobre esa balda para evitarlo.—Hice caso al muñeco y mire sobre la balda, y efectivamente, ahí estaba. Le miré para agradecerle.

-Gracias, Chucky. Ahora debo irme.—Iba a cruzar el umbral de la puerta cuando un pensamiento fugaz se me vino a la mente.—Deja a Jake tranquilo.—Dije, en modo de amenaza, y me fui.
La casa parecía vacía, todos los inquilinos estaban durmiendo, excepto Annie, la ama de llaves, quien estaba limpiando.

-Buenos días preciosa. ¿Dormiste bien?—Annie era muy amable, incluso si no me conocía me trataba como a una hija, y eso me agradaba.

-Si, Ann.—La mujer sonrió de ternura ante el apodo que le había asignado.—Debo ir a clases, buenos días.—Le sonreí dulcemente para dirigirme a la puerta de entrada.

-¿Volverás luego?—La miré algo confundida.—Con Jake, ¿vendrás luego?—Ya entendí.

-Supongo que tendrá que ir al día con los contenidos que vemos en clase, y no creo que Junior esté dispuesto, así que, probablemente me pase.—La mujer me sonrío.

-De acuerdo, te veo luego. Y os prepararé algo para vuestras clases particulares.—Annie río, y yo también. Pero tenía prisa, me despedí con la mano y salí por la puerta.
A decir verdad, no había tenido tiempo de mirar mi teléfono, y cuando fui a mirarlo, tenia siete llamadas perdidas de mi madre, y trece de mi padre. Me asusté muchísimo, y puesto que vivía cerca, empecé a correr hasta mi casa.
Al llegar, pude escuchar tres voces, dos de ellas gritaban, y una intentaba calmar la situación, tras unos segundos, pude descifrar a quien pertenecía cada voz. Mi madre y su progenitora estaban gritando, y mi padre estaba diciéndoles que se calmarán.
Rápidamente, busqué en el bolsillo de mi sudadera las llaves que había cogido la noche anterior. Al encontrarlas irrumpí con gran velocidad en la casa, quería saber que estaba pasando. Me asomé al salón donde se encontraban todos, los tres presentes me vieron, pero mi padre fue el primero en venir hacia mí.

-Hola, cariño.—Me dio un cálido abrazo el cuál correspondí sin dudarlo, realmente quería a mi padre.

-¿Crees que puedes venir a mi casa y llevarte a mi nieta sin ni siquiera avisar?—¿Su nieta? Pero si esta mujer hasta hace escasos segundos no me consideraba de su familia, por considerarme, ni siquiera creía que yo fuera humana, cada día tenia mas claro que ella pensaba en mi como un demonio salido de una película de terror paranormal. Me sentía la niña de la curva cada vez que estaba cerca de ella, y ahora era su nieta. El interés asomaba su fea cabeza por la puerta de esta casa.

-Mamá, dios mío.—Y mi madre al fin entraba en razón, pero solo lo hacia cuando mi padre amenazaba con llevarme con él, eso me molestaba mucho, muchísimo en realidad.

-Elizabeth, tengo que decirte algo.—Mi padre me miraba con una sonrisa, cuando posé mi mirada sobre mi madre y mi abuela, estas eran un cúmulo de emociones. Mi madre estaba asustada por lo que pudiera decir mi padre, mientras que mi abuela estaba indignada, creo que la idea de no joder a mi padre le molestaba demasiado.

-Bueno, yo y mi mujer.—Mi abuela hizo un sonido de asco, mientras que mi madre bajó su cabeza.—Nos mudamos a Hackensack, así podremos pasar más tiempo contigo.—Tenía ganas de llorar, mientras que mi madre me traía a casa de gente que me odiaba a más no poder, mi padre se mudaba y dejaba su vida atrás solo por mi. Con los ojos cristalizados miré hacia abajo y le hablé a mi padre.

-Gracias, papá...—Este volvió a abrazarme, y pese a que yo quería a mi madre, me sentía más segura y protegida por mi padre.

-Había pensado que podías quedarte en casa un tiempo, por lo que me dijiste.—Mierda, hace cosa así de un mes le dije a mi padre que prefería vivir con él, pero mi madre no tenía idea de esto. Por lo que nos miró confundida.

-Sí, papá, no sabes cuanto me encantaría.—

-De acuerdo, ve a por lo que necesites.—Él me esperó en la sala de estar, mientras que yo subía las escaleras de casa, directa a la habitación donde había una mochila repleta de toda mi ropa, ni siquiera me había tomado el tiempo de meterla en el armario del cuarto, ni pensaba hacerlo, mi plan era largarme en cuanto pudiera. Cogí otra mochila más pequeña, metí un par de camisetas, unos pantalones, una falda, medias, y más ropa.
Tras preparar mis cosas, bajé, papá me esperaba en la puerta, supuse que para no tener que estar en la misma habitación que mamá y la abuela Terry.
Nos largamos de la casa para dirigirnos a la suya, donde él y su mujer, Alice, vivían.

-No conoces a Alice, ¿no?—

-Solo sé que mamá y ella eran amigas, nada más. Para ser sincera, siempre pensé que era una puta. Lo de liarse con el marido de su mejor amiga no le da muy buena fama.—

...

Al llegar a su casa, me presentó a Alice, y el sitio donde iba a dormir. La mujer me cayó bastante bien, al igual que la habitación, era realmente bonita y parecía ya preparada para ser mía.

-Puedes quedarte el tiempo que quieras, Ellie.—Dios, quería quedarme ahí la vida entera, era mi sitio, lejos de los problemas que mamá me acarreaba, y la casa estaba aún más cerca de la de Junior, donde ahora vivía Jake. Era maravilloso.

-¿El tiempo que quiera? Papá, quiero mudarme aquí.—Mi padre me sonrió.

-Creo que yo puedo encargarme de eso, déjamelo a mi, en una semana, tú custodia será completamente mía.—Me hablaba con seguridad, mi padre siempre había sido un buen padre, no un buen marido, eso está claro, pero si un buen padre.

-Papá, yo hoy tenía clases...—Le hablé a mi padre, después de todo, me había olvidado por completo.

-Tenías, en pasado.—Río.—¿Hay alguien que pueda decirte lo que te has perdido?—Primero pensé en Jake, pero él no había asistido a clase, luego pensé en Lexy, pero no. Después en Devon, pero después de lo del comedor dudo mucho que esté dispuesto. Solo me quedaba pedírselo a Junior, cuando por la tarde fuera a su casa, hablaría con él para que nos dijera a Jake y a mí lo que nos habíamos perdido. Pero ahora, necesitaba pasar tiempo con mi padre.

1275 palabras
eeeyyy hoy me siento inspirada asi que voy a ponerme a escribir el siguiente capítulo y voy a intentar publicarlo jsjsjs
no olvidéis votar;3
besiiiis<3

𝙨𝙞𝙢𝙥𝙡𝙚𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚, 𝙚́𝙡; 𝘫𝘢𝘬𝘦 𝘸𝘩𝘦𝘦𝘭𝘦𝘳-#𝟭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora