Prólogo

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7 años atrás.
Chicago Heights, Illinois, EE. UU.

Meelanie se encontraba organizando la fiesta de su pequeña hija, Ally estaba cumpliendo diez años, todo estaba perfecto, excepto una cosa... El padre de Allison no aparecía desde el día anterior, ¿de verdad sería capaz de no presentarse al cumpleaños de su hija? Podrá ser borracho y violento, pero su hija es su mayor logro, él la adora. Meel sólo observaba atentamente a su hija, tenía una hermosa sonrisa y esos hermosos ojos grises que encantan a cualquiera. Su madre se acercó a ella que estaba sentada a la mesa frente a su pastel de cumpleaños.

–¿Quieres partir tu pastel ya para irnos al parque?– Dijo Meelanie sentándose junto a ella.
–No pienso probar el pastel hasta que mi papá este aquí, a él no le gustaría que lo partiera sin él.

Su madre le sonrió y bajó un poco la mirada, tenía sospecha de donde podría estar, de donde probablemente ha estado todo este tiempo, donde esta cuando se desaparece por discutir con ella, sabía que la engañaba, ¿por qué ocultarlo? ¿Por qué soportar tal cosa? Simple, si Ally se enteraba se sentiría mal, además, sin un un buen sueldo Meel no podría hacerse cargo de Allison.

Pasados veinte minutos Meelanie optó por llamarlo y preguntarle si planeaba al menos venir a cantar el "feliz cumpleaños". El teléfono sonó mientras esperaba, ese timbre, ese maldito timbre, después de escuchar la grabadora decir que dejara un mensaje, colgó. ¿Cómo podía hacerle eso a su hija? Se levantó y se acercó a la pequeña, se veía hambrienta, feliz, entusiasmada por partir su pastel y abrir su regalo.

–Linda...– Meel se paró frente a su hija, nerviosa por como tomaría lo que estaba por decirle. –Creo que tu padre no podrá venir... Lo llamé, dijo que era algo del trabajo, muy importante... Así que, ¿quieres partir tu pastel ahora?– la pequeña bajó la mirada y cerró los ojos, muy bien John, esto provocas.
–Nunca tiene tiempo... Al menos no para mi...– le respondió con un hilo de voz. –Creo que no me quiere...

Su madre vio como las lagrimas caian por sus mejillas, eso le partía el corazón, necesita a su padre con ella, quiere que le demuestre que la quiere.
Se acercó a ella y la abrazó, la pequeña seguía llorando, no paraba, su madre cerró los ojos y pensó una forma de arreglarlo.

–Bien, princesa, sé que querías que él estuviese aquí, pero, es tu cumpleaños, sonríe, muestrame esos hermosos dientitos.– Logró que su hija sonriera y besó su mejilla –tienes que abrir tu regalo, anda...

Llegada la noche Allison estaba durmiendo con su nuevo pony de peluche y Meelanie se encontraba viendo la tv. Cuando comenzaba a quedarse dormida escuchó un ruido de la puerta de entrada, supuso que era su marido... Vaya hora de presentarse.
Bajó a asegurarse de estar en lo cierto. Cuando llegó al piso de abajo observó detenidamente a John, tenía una botella de tequila en la mano, se tambaleaba y su ropa era un asco.

–¿Dónde habías estado?– él volteó a verla y dio otro trago a la botella que llevaba –¿sabes qué Alli te estaba esperando para partir el pastel? Se puso a llorar porque no llegaste.
–Tenía algo más importante que hacer– apenas podía entender lo que decía, estaba completamente ebrio.
–¿Algo más importante qué tu hija? ¿Qué podrá ser? ¿Tu amante?– estaba molesta, no pretendía que él se fuese a acostar así como así sin ninguna explicación. –Dime, John. Desde ayer por la tarde no se nada de ti y hoy que te veo, llegas ebrio a la casa, vienes de quien sabe donde de estar haciendo quien sabe que. Eres un asco.
–¡Callate!– le gritó y se acercó a ella a la defensiva. –Si no estuve aquí es porque estoy harto de soportarte y soportar a esa niña.
–Es tu hija, ¡maldita sea! No seas imbé...– no logró terminar la oración, John le dio una bofetada, ella logró ver la expresión de su hija, quien miraba la escena desde la escalera, sus ojos se llenaron de lágrimas al ver a su mamá así. –¡Allison, vete!– se quedó quieta, lloraba y lloraba, su padre acababa de golpear a su madre y ella lo había visto todo.
–Tú...– dijo John apuntando a Ally –es tu culpa que ella esté así. Todo esto es tu culpa.– se acabó el liquido que contenía su botella y la arrojo a las escaleras, miles de vidrios salieron volando hacia Allison, estaba llorando más que antes, tenía miedo... Miedo a su padre. Él se acercó a su madre y la tomó del cabello. –pero es culpa de ella que hayas nacido tú.
–Como me pongas otro dedo encima, infeliz...– no pudo terminar la oración al instante comenzó a quedarse sin aire, la tomó del cuello y la golpeó contra la pared.
Ally observaba horrorizada la escena, quería ayudar a su madre, pero no sabía de que forma. John siguió golpeándola contra la pared, hasta que de un momento a otro, Meel dejó de luchar, John la dejó caer al piso y se escuchó como su cabeza chocaba contra el piso. Allison de inmediato corrió con su madre, estaba hecha un mar de lágrimas, su madre no reaccionaba, mientras que su padre tomaba a la pequeña del cabello.
–Feliz cumpleaños, Allison.– fue lo último que escuchó, al momento su padre la había lanzado al suelo con tal fuerza, que la pequeña se desmayó.

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⏰ Última actualización: Apr 08, 2015 ⏰

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