Destino o casualidad |Emmet Cullen|

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- Adiós Phoenix.

—¡Chicas, apresúrense!—el grito de mamá me hizo quitar la vista del espejo y ver hacia la puerta, la cabellera oscura de mi hermana paso con rapidez por ella en dirección al baño, que alguna vez compartimos.

Volví a mirar lo que hacía y marque la cinta métrica con mis dedos.

72 centímetros.

Miro con desaprobación mi imagen el espejo y no puedo evitar suspirar al sentirme así, me gustaría ser como Bella que sin importar lo que comiera nunca engordaría.

—Dio.

Hablando de la reina de roma.

—¿Mmm?—camine hasta el bolso que faltaba por cerrar y guarde la cinta—Ya estoy lista—sonreí ante su mirada desaprobatoria y colgué la mochila en mi hombro.

—¿Todavía sigues con eso?—ignore lo que dijo y camine hasta las escalaras, donde Phil espera en el inicio de estas para llevar nuestras cosas.

—Estoy bien, Isabella—mi hermana odiaba que la llamara por su nombre, pero yo amaba hacerlo, digo, después de todo era su nombre. Rodó los ojos y ambas bajamos a la sala.

—Mi niña...—mamá se acercó y envolví mis brazos alrededor de ella, tomó mis mejillas provocando que alejase el rostro.

No me gustaba que pellizcase mis cachetes, lamentablemente era algo que mi madre adorase hacer. Salí con mi madre recibidor aun estando abrazadas, el sol de Phoenix parecía estarse despidiendo de mí, estaba más fuerte que cualquier otro día y pese mi odio a él, lo aprecie.

No sabía en que otro momento volvería aquí.

Bella salió de la casa con sus preciados cactus, mi madre me soltó para darle la misma despedida que me había dado a mí. Camine hacia la maletera del carro donde Phil guardaba nuestras cosas, rasque mi brazo debido a la irritación del sol y Phil me miró.

—Trata... Trata de hacer nuevos amigos—cerró la maletera y apoyó su brazo sobre el carro, asentí achicando los ojos debido al sol.

—Tratare de hacer lo mejor que pueda—alce mi pulgar provocando que sonriese, extendió su brazo acercándome a él en un abrazo que correspondí inmediatamente.

A diferencia de Bella, yo tenía una relación de maravilla con Phil, tal vez porque me conocía desde niña y en cada ocasión que tenía me recordaba que era una hija para él.

—No lo trates, si tratas no será natural y lo mejor de ti esta cuando eres tú misma, solo se Dio...—coloque mi cabeza en su pecho reforzando el abrazo, dejo un beso en mi cabeza y solté un suspiro.

Me separe de él mirando al suelo—Te voy a extrañar—. sonrió y miró sobre mi hombro, voltee y aguante la risa, Bella hacia caras raras cuando mamá beso todo su rostro y no la quería soltar.

—¡De acuerdo chicas, las amo, pero es hora de irnos!

(...)

—¡Mamá, se va el avión!—chilló Bella cuando mamá tomó su brazo para volver a abrazarla, jale su maleta para colocarla junto a la mía y no estropease en el camino.

Phil miraba la escena enternecido y se acercó a mí, mire el suelo como si fuese la cosa más entretenida del mundo. Odiaba las despedidas, llevaba todo el camino aguantando las ganas de llorar, quería irme de una vez.

Si me quedaba un segundo más renunciaría al viaje y me iría con Phil y mamá.

—Hey—llamó mi atención haciendo que me detuviera de balancearme con los pies—Yo también te extrañare.

Trate de sonreír, pero una mueca salió en su lugar y mis ojos comenzaron a cristalizarse. El último llamado para que abordásemos el avión resonó por la estancia y tomé mis maletas girándome cuando quiso abrazarme.

Deje a Bella detrás y fui hasta la entrada del avión.

—Señorita, puede seguir—la azafata me sonrió, mire la puerta y di un paso quedándome estancada en mi mente.

Me iré de Phoenix.

Me iré... Sin ella...

Sentí una mano tocar mi hombro y volteé asustada, Bella había tocado mi hombro sonriéndome con tranquilidad.

—Estaremos bien.

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