Llevaba días tratando de buscar a Jinx, había empezado a actuar raro y luego después de hablar con Sevika, cambio totalmente y se alejo de mi, cuando le preguntaba a Silco me dijo que no me metiera que ella ya volvería pero van 3 días desaparecida, decidí bajar a la cueva de Jinx que tenia prohibida la entrada y la encontré hablando sola mientras que con una engrapadora se cerraba la herida
-JINX!!!-
Apenas me vio frunció el ceño enfada y más cuando le quite la engrapadora, ella no tardo en darme una cachetada tirándome al suelo
-Mira quien tenemos aquí, a la traidora!!!, mi novia que supuestamente me ama, me escondió lo de mi hermana-
La mire con lagrimas mientras ella se sentaba sobre mi agarrándome fuerte de la cara
-Yo... lo oculte para protegerte-
Decía entre lagrimas mientras ella aumentaba la fuerza de sus dedos dejando rojas mis mejillas
-¿Y QUIEN TE LO PIDIO?-
Me gritaba mientras tiraba de mi cabello para que la viera a los ojos
-creí que ibas a dejarme...-
Le conteste en un mar de lagrimas viendo como abría los ojos de golpe al escuchar mi declaración, dejo de apretarme la cara para acariciarla suavemente
-Hahaha, te vez tan linda llorando-
Su risa desquiciada hizo que temblará de miedo bajo suyo mientras ella alzaba mi rostro por el mentón
-No vuelvas a ocultarme nada o la siguiente bala, ira a tu dulce cráneo, ME OISTE-
Asintiendo entre lagrimas poco a poco sentía como me abrazaba
-así me gusta, que seas obediente-
Sentí sus labios sobre mi para corresponder suavemente su beso
Se que Jinx me hacia daño pero no puedo alejarme y dejarla sola, no quiero yo estar sola, la necesito y ella a mi, somos dos desquiciadas en este mundo que no nos entiende