Se encontraba una joven castaña leyendo un libro cuando entró su padre Silco con una pequeña Peliazul
-Leslie, te presento a Jinx-
La joven vio a la pequeña peliazul quien tenía una mirada apagada así que se acercó y le sonrió
-hola pequeña, ven, desde hoy te cuidare -
Años después
-ABURRIDOOOOOO-
Jinx estaba leyendo el libro de runas que robo de piltover cuando escucho unos pasos y sonrió feliz al saber quien venia
-YAYYY, VINO MI DULCE LESLIE-
Soltó feliz al ver a la joven con una bandeja con su jugo favorito y un par de galletas, a pesar de estar sonriendo, se notaba a la joven pálida y enferma, eso era por una enfermedad en la sangre que poco a poco le sacaba la vida, pero Jinx y Silco estaban buscando una cura
-Hola Jinx, te traje algo para comer, has estado encerrada todo el día, pequeña-
-Ya no soy una niña-
Hace un puchero que hace que leslie ría suavemente y se acercó al ver como sus manos temblaban a punto de que casi se le caía la bandeja
-Se supone que debes descansar, si no quien me leerá las historias-
Jinx agarro la bandeja y la dejo en su mesa, mientras Leslie empezaba a toser sangre y se limpio con una servilleta
-Estoy bien, ¿que ah pasado?-
Jinx suspiro, Leslie la conocía muy bien, la crío aunque se llevaban solo 5 años, mientras ella se acostaba en las piernas de Leslie y esta le empezaba a acariciar el pelo
-Sevika dijo que soy un problema y creí haber visto a mi hermana-
-Mmm... no eres un problema Jinx, tu haces cosas increíbles como las bombas y más, mi dulce pequeña, no dejes que ella te diga lo que no eres y se que te duele lo de tu hermana pero debes dejarla ir, te quiero mucho mi pequeña, siempre voy a estar aquí para ti, ¿Okey?
Suspiro asintiendo y se levantó para dejar un beso en la mejilla de la mayor quien sonrio abrazándola y se quedaron ahí abrazadas hasta que se durmieron, al otro día Jinx se levantó y sonrio al ver el rostro relajado de Leslie pero cuando la toco sintió su piel completamente helada y al fijarse más noto que no tenía pulso
-Eyy.... Leslie... por favor... te olvidaste el cuento anoche...yo...por favor...despierta...dijiste que ibas a estar para mi... te necesito...aun...no te dije...lo que siento por ti...por favor despierta-
Las lágrimas en el rostro de Jinx corrían una tras otra, mientras movía el cuerpo de la joven que estába helado mientras empezaba a gritar al escuchar las voces
ES TU CULPA, SI ELLA NO HUBIERA TENIDO QUE ACOMPAÑARTE, PODRÍA HABER ESTADO ARRIBA Y SILCO LA PODRÍA SALVAR-NO NO NO, ELLA ESTA DORMIDA, ESTA BIEN, ESTA ESTA BIEN, ESTA BIEN-
abrazando el cuerpo de la joven mientras repetía una y otra vez "esta bien, ella está bien"