Pedido por DayanaPanda28
Hace dos meses, exactamente dos meses desde que había nacido su hijo, un lindo niño de cabellos café oscuro, piel suavecita, mejillas llenas y rositas, poco cabello, bueno, como la mayoría de los bebés.
Desde que nació Ryusei, Ainosuke no se ha despegado de el, todo el tiempo quiere cuidar de el, alimentarlo, bañarlo, cambiarlo, jugar con el, claro, mientras no esté ocupado en el trabajo. Le encanta cuidar de Ryusei, y por qué no lo haría dice que es el resultado del amor que se tiene ustedes dos.
Estabas en la cocina, habías regresado hace poco del trabajo, afortunadamente el lugar donde trabajabas te habían ofrecido una oficina, te habían subido de cargo. La oficina era espaciosa, y lo mejor es que no se escuchaba casi nada desde a afuera así que los llantos del bebé no se escucharían, además tu jefa te dejaba llevar al bebé, sabía que sabrías encargarte de todo.
Estabas haciendo unos filetes de pescado con una guarnición de verduras, tomaste un pequeño pedazo de pescado, verduras y las llevaste a la licuadora para convertirlas en papilla para el bebé.
Escuchaste la puerta ser abierta, después de unos segundos, sentiste unas manos recorrer tu cintura y colocar un mentón sobre tu hombro, sonreiste y con emoción te volteaste y lo abrazaste con fuerza.
-Llegaste. La comida ya está lista -te separaste de el.
-Que bueno, huele delicioso y... ¿Dónde está nuestra pequeña creación?
-Esta en la sala -sonreiste.
Ainosuke camino hasta la sala y recorrió con la mirada la estancia, sus ojos se iluminaron y una gran sonrisa abarcó su cara al ver al pequeño Ryusei acostado entre las cobijas mientras observaba con curiosidad la lámpara de techo que en esos momentos estaba apagada para que no dañará y molestará la vista del bebé.
Se sentó a un lado de las cobijas y tomo al bebé para colocarlo entre sus brazos y llevarlo al comedor, tomo la sillita para bebés y lo sentó ahí, llegaste con los platos y los colocaste sobre la mesa, tomaste el pequeño plato con papilla y empezaste a darle de comer, el bebé era muy tranquilo a la hora de comer así que no era difícil alimentarlo, empezaste a darle de comer al estilo avioncito, al ver eso, el bebé empezó a reír fuertemente a la par que tú también reías por ver a su bebé reír.
Ainosuke, sentado frente a ustedes, sonrió al ver a las personas que más amaba riendo, sintió un gran vuelco en su corazón, nunca imagino que estaría sentado en una mesa compartiendo la comida junto con su esposa e hijo.
Volvió a observarlos para después extender la mano, T/n lo miro y entendió al segundo lo que quería, le extendió el plato de papilla.
-Tu come, yo terminate de darle de comer.
Después de la comida se dirigieron a la sala para descansar un rato, dejaron al bebé en una pequeña camilla frente a ustedes, encendieron la televisión y pusieron una película.
Estabas muy cómodos cuando viste que los ojitos de su hijo se abrieron, hizo un puchero y empezó a llorar, eso te extraño, ya había comido, todavía no hacía del baño, estaba sumamente abrigado.
Ainosuke dejo el control a un lado y extendió los brazos para tomar al bebé, al hacerlo, de inmediato el bebé dejo de llorar, solo se le quedó viendo a Ainosuke, el bebé extendió los brazos, tu esposo lo acercó más a el, al estar más cerca el bebé pudo tocar los cabellos de este, empezó a palparlos un poco.
Miraste la escena enternecida, que el bebé dejara de llorar por ver a Ainosuke fue tan lindo.
Te acercaste a ellos, recargaste tu cabeza sobre el hombro de Ainosuke y empezaste a acariciar la cabezota del bebé que en pocos segundos se quedó dormido, tu esposo te rodeo con un brazo y con la otra tenía sujetando al bebé dormido en su pecho.
Definitivamente era una escena muy linda.
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