Martes sagrados

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Julieta estaba sentada en el mueble con su laptop en sus piernas leyendo en voz baja el documento, estaba estudiando fundamentos de  contabilidad con todo el ánimo que le quedaba que era poco, echa su cabeza hacia atrás frustrada y estuvo a punto de soltar un grito  que tuvo que retener porque recordó que Ian se encontraba grabando en su habitación, suspira ya cansanda porque era era la quinta vez que leía el libro pero su mente era un revoltijo no podía retener nada para el examen que tenía al día siguiente y su cabeza le estaba comenzando a doler y cada vez le parecía más aburrido el tema.

-¿Por que escogí está carrera?

Se preguntó para luego cerrar su laptop y su cuaderno más tarde seguiría estudiando, se levanta y va a la cocina necesitaba desestresarse y sabía cómo lo haría.

Cocinando algo dulce

Comienza sacando todos los ingredientes harina de trigo, huevos, azúcar, vanilla, aceite, leche y levadura en polvo, hoy ella haría ponqués de vainilla una receta que ya conocía y que aprendio de su abuela busco un envase para mezclar  los untisilios que iba a utilizar se pone un delantal rosado, se recoge su cabello en un moño se pone sus audífonos y luego le da click en iniciar en su teléfono la música comienza a retumbar y ella ya no escucha a nadie

Agarra un huevo "es hora de hornear"

Desde pequeña julieta ha sentido una pasión por realizar cosas dulces todo empezó cuando se quedaba en la casa de verano de su abuela y ella horneaba galletas para que ella comiera hasta saciarse, le gustaba el olor dulce que se esparcía por la casa cuando había un pastel en el horno, la delicadeza de su abuela de decorar las galletas y los pasteles, como su abuela se reía por lo impaciente que ponía a querer probarlo cuando todavía estaba caliente y su advertencia "si te lo comes caliente luego te dolera el estómago"

A medida que fue creciendo ya no se quedaba en la butaca de la cocina viendo a su abuela cocinar, dejo de ser una expectadora y ahora era la que echaba la harina en el vol, que mezclaba junto a su abuela, la que buscaba los ingredientes, la que estaba pendiente que el horno estuviera en la temperatura adecuada, la que ahora decoraba y veía hornear como un pasatiempo que nunca se cansaría de hacer.

Y en menos de una hora ya Julieta tenía unos ponqués cosiendose en el horno, estaba lavandose las cosas que ensuncio cuando Ian salió de su habitación después de 4 horas de haber transmitido en vivo, Ian en sus tiempos libres que no estaba en la Universidad, ni ocupado estudiando, o en reuniones con sus amigos se encerraba en su habitación a transmitir su experiencia con algún juego que estuviera en tendencia o le recomendaran jugar ya llevaba casi dos años que empezó y hasta entonces no sé había animado a mostrar su rostro a sus seguidores que han ido subiendo poco a poco conociendolo simplemente como Varian un chico entre 19 y 20 años que tenía una linda voz y un excelente jugador.

-sabes lo mejor de vivir contigo? -dijo tirándose en el mueble boca abajo

—si vas a comerte aunque sea uno Ian—dijo ella con una sonrisa mientras se secaba las manos y se sacaba el delantal.

—Que siempre estas horneado cosas deliciosas —respondio el como si no fuera escuchado el comentario anterior. —¿Que asignatura es esta vez? —le pregunto poniéndose boca arriba sabía que el estrés  la había hecho cocinar— La vez pasada fue estadísticas la que te saco canas verdes.

—Contabilidad.

El soltó un suspiro de pesar—Todo te saldrá bien.

—Eso espero, ¿como te fue esta vez  en el directo? —le pregunto acercándose hacia el, Ian se sento y ella a su lado en  el lugar desocupado.

—Aumetaron bastante tanto suscriptores, como lo que estuvieron viéndome, hoy hubo bastantes saludos.

—¿Toxicos o intensos? —pregunto ella preocupada por los comentarios mal intencionados que algunas personas  dejaban en los directos para lastimar o molestar a lo que se tomaban su tiempo de crear contenido.

Un Cliché Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora