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De q en estos momentos quiero q tenga un final triste fksnsndns
¡Gracias a los q me recomendaron música anteriormente!
[•••]

Langa abrió con cuidado la carta dejando en una esquina aquel sticker que pronto lo pondría en su muro.

—Reki...

Querido Santa.

Perdóname por hablarte dicho mucha cosa malas después de navidad, entendí que mi bicicleta me la ibas a mandar junto a los reyes magos.

En esta navidad no tengo algún deseo que quiera pedirte, aunque hoy un niño de mi salón dijo que tú no existía pero no voy a caer en sus provocaciones (es el mismo al cual golpe el año pasado jeje)

Tengo un gran amigo que me defiende de todo, así que por favor darle su deseo <3

Mi deseo no tan deseo para esta navidad es; ¡Que puedas tener una bonita navidad!

Pdt: me gustaría saber si tienes esposa, ya sabes, mamá santa :)

Langa en el fondo sentía envidia de aquel amigo de Reki, poder estar cerca de Reki y ser su amigo si que era alguien afortunado.

Una risa hizo eco por toda la habitación.

—¿Mamá santa?— Comento Langa mientras se reía.

Langa se sonrojo al sentir aquel olor tan característico de las cartas de Reki, se preguntaba cómo podían todavía mantener aquel olor después de unos días.

—Espero tu próxima carta querido Reki.— Murmuró dejando la carta colgada en su muro.

El tenía un muro muy especial, en dónde ponía las cartas de Reki al igual que sus stickers, claro que no podía faltar algunas imágenes de los lugares a donde el quería viajar.

Cómo Nueva York, Canadá, Alaska, ¡París!, entre otros.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por dos golpes a la puerta.

—¿Si?— Pregunto acomodando algunas imágenes de su muro.

—Joven Langa, sus padres ordenan que baje a cenar.— Exclamó una empleada de ahí.

—Esta bien, ahora bajo.

Langa no tenía alguna emoción por bajar y cenar con ellos, después de todo el se había acostumbrado a pasar la navidad solo.

—¿Me necesitaban?— Cuestiono al bajar hasta la mesa y sentarse.

Su madre solo le sonrió.

—Tenemos dos noticias para ti hijo.—Dijo Oliver acariciando suavemente el cabello de Langa.

—Se que te pondrán muy feliz.— Exclamó felizmente Nanako.

Langa solo miro con curiosidad a sus padres, su mirada de detuvo en la barriga de su madre. Ella estaba acariciando su estómago suavemente. Langa no era tonto, ya supuso lo que venía.

—Tendras un hermanito.— Exclamaron los dos con una sonrisa.

—Que emoción.— Murmuró levantándose de la mesa.—¿Eso es todo? Me quiero retirar a mi habitación.

Langa no podía mentir, le dolía y mucho, el sabía que sus padres nunca lo podían amar completamente, el sabe que sus padres les duele que el haya nacido con un cuerpo débil. El sabe que sus padres se culpaban de eso y por ello viajaban la mayor parte del tiempo.

Este nuevo hijo sería diferente, por qué el si están totalmente sano. ¿Y el? No.

—¿Que te pasa hijo? Pensé que estarías más feliz.— Murmuró Nanako sentida al ver la reacción de su hijo.

—No me pasa nada, cosas mías. ¿Me puedo retirar? — Exclamó sin alguna pizca de emoción.

—Langa, no hables así a tu madre.— Dijo su padre al ver cómo su hijo se volvía más rebelde.

—Una disculpa madre, ¿Ahora sí?— Se dirigió a su madre con educación.

Nanako solo miraba triste a su hijo, ella sabía el porque era así.

—Esta bien, te puedes ir a tu habitación.— Murmuró Nanako.

—Con permiso.

—Pero Nanako...

Nanako solo acaricio su mano con una sonrisa nostálgica.

—Es nuestra culpa que sea así Oliver. No podemos exigir que se emocioné después de como hemos estado ausentes en su crecimiento.— Murmuró.

Oliver solo acepto esto con tristeza.

—Lo se.

Langa solo se acostó en su cama, mientras miraba al techo. Muchos pensamientos tenía en estos momentos.

—Solo quiero que esto acabe...— Murmuró cerrando los ojos.

Langa se preguntaba cómo podía llegar a ser Reki, ¿Un niño bajito o alto? ¿Que color sería su cabello? Deseaba tanto tenerlo enfrente de el.

Aunque para Langa eso se le hacia imposible.

—Espero que llegue la navidad pronto.

Al día siguiente se enteró que sus padres harían una fiesta de año nuevo. La cuál el tenía que presentarse si o si.

[•••]

—¿Crees que si le pido a santa la paz mundial lo pueda conceder?— Pregunto con su mano en su barbilla.

Miya se preguntaba de dónde sacaba tantos raros pensamientos su amigo.

—El da regalos no milagros.— Contesto Miya como si fuera obvio.

—Chin.

—Por cierto, no podré ir a tu fiesta de año nuevo.— Menciono Miya mientras jugaba Mario en su nintendo.

—¡¿Por qué?!— Pregunto exaltado.

—Invitaron a mis padres a una fiesta este año nuevo, creo que era un socio de mi padre.— Murmuró concentrado en la pantalla del nintendo.— Ya sabes, las típicas fiestas de gente rica.

—Que mal, yo que quería pasar año nuevo contigo...— Murmuró deprimido.

Miya solo acaricio su cabello levemente.

—El próximo será, tenemos muchos años nuevos que celebrar. — Dijo para reconfortar a su amigo.

—¡Cierto!

Reki solo sonrió feliz, mientras sentía sus mejillas sonrojarse. Agradecía que Miya estuviera muy concentrado a su juego para que no pudiera ver su rostro.


Cartas a Santa| RengaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora