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Langa miraba perpejo a Reki. Parecía que todo se detuvo al escuchar esas palabras.

-Yo...

-¡Espera! Antes de que digas algo tengo algo que darte.- murmuró parándose de la cama y corriendo hacia su maleta.

Langa no sabía que pensar y decir, no sabía si el estaría enojado por haberle mentido desde hace años. No pensó que este día llegaría.

Mientras estaba metido en sus pensamientos sintió como su cuerpo seguía ardiendo en fiebre. No era bueno que siguiera estando así.

-¡Listo! Ten.- Reki entro y se volvió a meter entre las sábanas.

Langa tomo el sobre entre sus manos lentamente. La abrió con sumo cuidado mientras sentía la mirada de Reki sobre el.

-Reki...

Langa sintió su corazón encogerse en ese instante.

La carta era simplemente bella, todo lo que decía hacia que Langa amara más a Reki.

-No se cómo pensaste que no me daría cuenta.- Murmuró con una sonrisa divertida mientras entrelazaba su meñique con el de Langa.

-Yo...

-No estoy enojado, nunca me podría enojar contigo.

-¿Desde cuándo lo sabes?- Pregunto mientras agachaba la mirada.

-Desde que te conocí. Antes de conocerte me llegó una carta en mal estado pero pude leer ciertas partes, ahí venía tu nombre así que cuando te conocí supe que eras tú.- dijo con voz suave.- Digo, ya soy lo suficientemente grande para darme cuenta que la dirección de tu casa es la misma a la que las cartas llegaban.

-¿Porque no me dijiste? Te engañe estos años...

-Porque quería seguir mandando cartas a mi querido Santa, supe que santa amaba mis cartas más que yo a él.- Exclamó tomando las mejilla de Langa entre sus manos alzando su barbilla.

Langa miro a Reki detenidamente.

-¿Porque eres tan hermoso?- Exclamó sin pensar Langa.

Reki se sonrojo ante lo dicho, solo sonrió hermosamente dejando un beso en la mejilla de Langa.

-Deberias descansar, mañana será navidad y la fiebre debe de bajar. Cuando llegue Miya iremos directo al médico de aquí.- Exclamó mientras recostaba a Langa y lo abrigaba.

Langa solo cerro los ojos, sintió como Reki lo abrazaba de la cintura y se recostaba en su pecho. Su corazón empezó a latir como loco ante su tacto.

Sin más cansado se quedó dormido.

[...]

Reki sintió una corriente de siete totalmente fría. Escuchaba levemente ¿lluvia?

Se levantó y sintió demasiado frío, entonces de dió cuenta que no había luz.

Rápidamente corrió hasta la ventana y vio que estaba lloviendo demasiado. Quiso llorar porque tal vez Miya se tardaría más por esta lluvia.

-¿Reki?- Langa murmuró con dificultad al sentir más frío que antes, estaba sudando demasiado y su cuerpo no dejaba de temblar.

-Ire por todas las cobijas necesarias, quedate aqui.- Dijo mientras con su celular iluminaba la cabaña.

Tuvo que salir hacia el pequeño cuarto afuera para revisar la planta de luz, por el frío había dejando de funcionar.

Salir y entro rápidamente a la casa, por la prisa ni sintió el gran frío que hacía afuera. No sintió y eso que no iba muy bien abrigado.

Camino y entonces de topo con la chimenea, rápidamente puso madera que había en el sótano y como pudo la encendió.

-Hey, vamos a la sala. Acabo de encender la chimenea.- Murmuró Reki despertando a Langa.

Langa como pudo y con ayuda de Reki se paró y camino hasta la chimenea. Reki puso una sábana para que no tocará el piso frío, cuando esté se sentó a lado de la chimenea lo acobijo con todas las sábanas que encontró.

Reki ni siquiera sentía el frío en su cuerpo, sus manos estaban totalmente heladas. El aire frío llegaba a sus pulmones con molestia.

-Tu también acobijate...- murmuró casi ido Langa alzando las sábanas para que entrara Reki.

-Esta bien...- Reki se acobijo mientras sentia su cuerpo helado, su rostro estaba rojo por el tiempo que pasó sin sentir calor.

Reki de verdad quería llorar, sentía el cuerpo de Langa temblar mientras el suyo no lo sentia. La madera se estaba acabando y la lluvia no paraba.

Esa navidad era la peor de todas.

[...]

La puerta de la entrada fue abierta brutalmente.

-¡Reki!¡Langa!- Miya entro mientras se quitaba el suéter que quedó totalmente mojado.

Takashi entro detrás de este. Entonces miraron hacia la chimenea que solo ahumeaba.

-Miya... reki.- Langa susurro débilmente, la fiebre parecía haber bajado pero lo que le preocupaba era que Reki simplemente dejo de moverse y respiraba débilmente.

-¡Reki! Takashi carga a Langa y súbelo al auto, yo llevo a Reki.- Exclamó rápidamente levantando entre sus brazos el cuerpo totalmente frío y pálido de Reki.

Takashi cargo a Langa mientras esté no apartaba la mirada de Reki, si no fuera porque la fiebre no lo dejaban pensar bien en ese momento estaría apunto de llorar por ver cómo Reki simplemente no reaccionaba.

-...¿El estará bien?- Langa sentía todo su cuerpo caliente, fue dejando suavemente en el asiento de atrás.

Miya dejo a Reki junto a Langa.

La lluvia parecía haber parado pero el frío era totalmente helado, el ciento era fuerte por lo cual ocasionaba más frío. Rápidamente Miya encendió el auto mientras no dejaba de preocuparse por sus amigos.

-Hey, tranquilo. Ellos van a estar bien.- Takashi solo tranquilizó a Miya, no era buena idea que manejara tan preocupado.

-Si...- Miya tomo aire y se tranquilizó. Debía de llevar rápidamente al médico a sus amigos y por ello debía tener cuidado al manejar.

Reki sentía como si su mente hubiera ido desconectada de su cuerpo, en su mente el seguía preocupado por la salud de Langa. Tal vez fue su culpa por no abrigarse bien al salir, tal vez el dejo de pensar en el y en su salud. Tal vez era su culpa que su cuerpo estuviera congelado.

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2022 ⏰

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Cartas a Santa| RengaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora