009

577 96 79
                                    

Tengo tres finales para este fanfic y dos de ellos son tristes :)
[•••]

—¡Mamá! No le enseñes mi álbum.— Exclamó con la cara totalmente roja.

—Mira Langa, aquí fue cuando mi pequeño pensó que era buena idea salir desnudo en invierno.—  Su madre soltó una risa al recordar ese día.

Reki solo se tiró al suelo mientras se tapaba el rostro de la vergüenza.

—¿Así que te gusta el invierno?— Cuestiono divertido Langa.

—¡Malos! ¡Los demandaré por ver fotos íntimas mías!— Grito mientras salía corriendo a la habitación.

Langa solo subió detrás de el.

—Hey.— Tocó la puerta.

—Si eres santa puedes pasar pero si no, no lo hagas.— Exclamo mientras estaba sentado en el balcón.

Langa solo se rió, era raro lo que llegaba a sentir solo con oír la voz de Reki. Se preguntaba si estaba bien sentir aquello.

¿Estaba bien querer besar a Reki?¿Es raro desear estar con el todo el tiempo? ¿Sería malo si llegarán a ser más que amigos? Langa no podía obtener una respuesta, solo sabía que el amaba a Reki.

Reki era su luz.

—No soy santa pero si quieres por ti lo puedo ser.— Dijo entrando a la habitación mientras miraba con una sonrisa a Reki.

—Tonto.— Murmuró sonriendo levemente.

—Perdon si no te gusta que vea tus fotos...— Se disculpo pero fue interrumpido por el dedo de Reki sobre sus labios.

—No es así... No quería que vieras mi lado vergonzoso.— Murmuró con un sonrojo ante la vergüenza.

—Tu lado vergonzoso es lindo.

Langa se sentó a su lado, sorprendido al sentir la mano de Reki sobre la suya.

—No digas que me veía lindo estando desnudo en la nieve.— Dijo evitando la mirada con nervios.

Langa se sonrojo por haber dado a entender esa intención.

—Reki.— Llamo con algo de seriedad.

—¿Si?

Reki lo miro a los ojos atentamente.

—¿Que harías si tú llegarás a mandar cartas a alguien sin pensar que le llega a alguien desconocido?— Pregunto mientras moría de nervios por dentro.

—Oh, yo creo que me enojaría. No sé la verdad, no me ha pasado.— Exclamó pensativo.

—Ya veo... Creo que tengo que volver a casa, ya sabes mis papás quieren pasar tiempo conmigo.— Dijo mientras se paraba y no miraba a Reki.

—¿Quieres que te vallamos a dejar? Mi papá lo puede hacer...

—¡No!, Digo, voy a llamar a Mario que venga por mi.— Dijo rápidamente.

—Oh, está bien...—Dijo mirando extraño a Langa, no sabía que lo puso así.

Langa agradeció por la invitación a la cena y por lo bien que lo paso.

—¡Espera!— Grito Reki antes de que esté se metiera al auto.

Reki corrió hacia este abrazándolo fuertemente.

—Feliz navidad.— Dijo con una bella sonrisa.

Langa sintió como su corazón latía fuertemente.

—Feliz navidad a ti.— Dijo mientras le sonreía.

[•••]

—¿Ya le dijiste que eres santa?— Cuestiono Miya a Langa mientras jugaba nintendo.

Langa lo miro asustado, no sabía si su amigo había hecho la pregunta.

—¿Eh? No sé de qué hablas.— Dijo fingiendo no saber.

—Que eres la persona que recibe las cartas de Reki que envía a Santa.— Dijo como si fuera lo más obvio del planeta.

—¿Cómo sabes?...

Langa miro perplejo a su amigo.

—Langa, tenías las casitas colgadas en la pared cada vez que te visitaba. A parte, yo le ayudo a Reki a hacer las cartas así que se con exactitud su contenido.— Exclamó volteando a ver a este.

Langa evitó la mirada. Pensó que tal vez recibiría enojo de parte de Miya, después de todo el es amigo de Reki.

—Creo que sería bueno que le dijeras, no le gustan las mentiras. Te lo digo por experiencia.— Exclamó mientras recordaba lo enojado que se ponía Reki con las mentiras.

—No lo sé, no quiero que me odie...— Exclamó decaído.

Miya dejo su videojuego para ver a Langa.

—Te va a odiar más si no le dices.— Menciono causando más nervios en el pobre Langa.

—No me digas eso...

Langa solo escondió su rostro en sus manos. Sentía que su mente le estaba jugando con trampa.

.

“Reki 14 años, Langa(Miya) 15 años”

—¡Reki! Detente.— Exclamó Miya al detener a su amigo.

Reki estaba peleando bruscamente con un chico.

—¡Suéltame! Ese idiota se tragara sus palabras.— Exclamó mientras intentaba salirse del agarre de Miya.

—¡Ya para! Sabes que no sería bueno que te suspendieran.

Reki solo se molestó mas mientras se daba la media vuelta para irse.

—Bien, solo dile que si sigue molestando me no me voy a detener de nuevo.— Exclamó enojado.

Aquel chico había dicho algunas palabras hirientes en Reki. Y lo peor es que insulto a su mejor amigo, Langa.

Cartas a Santa| RengaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora