"Sé que sigues pensando en mí, nunca nadie podrá completar mi lugar en tu corazón, Hyung"
En un orfanato ubicado en la zona más pobre de Busan, vivían Sunoo y Riki, dos niños que se querían demasiado.
En su futuro, uno de ellos se negó a crecer y d...
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"Setiembre del 2014"
La gran casa estaba en silencio, lindo y tranquilo para esas horas, al parecer recién se estaba saliendo el sol después de una larga noche.
Los pajaritos cantaban alegremente en una mañana de lluvia, los días siempre eran oscuros y deprimentes pensó Sunoo quien se encontraba cambiándose de ropa para salir.
Coloco con mucho cuidado sus zapatillas y en silencio camino por su habitación, lentamente se acercó a Riki le dio un beso en la frente.
—Buenos días, tontito, saldré un rato, ya regreso. —sonrío levemente y salió del lugar.
[...]
Lentamente, el castaño fue abriendo los ojos al escuchar la puerta principal abrirse, con sueño camino hacia la ventana que daba al patio para ver qué sucedía.
—¡Sunoo Hyung se está yendo sin mí! —rápidamente se colocó sus zapatos y corrió por las escaleras buscando a su mayor.
El pelinegro no se había dado cuenta de Riki lo seguía a pasos, el castaño tenía un plan, quería ver a dónde llegaba su mayor y sorprenderlo.
En pocos minutos las calles se tornaron más largas hasta el punto de llegar a una cuesta arriba.
Una calle muy alta sin duda, a solo pasos vio al pelinegro entrar a "el parque de los fantasmas", los niños del orfanato dijeron que en ese lugar habían fantasmas merodeando.
Al parecer era un parque lleno de cajas y lapidas de concreto, ningún niño tenía el valor de entrar a ese oscuro lugar, al menos Sunoo no creía esa tontería.
Él iba a buscar a alguien.
Riki dudo si entrar, pero después de todo su tarea era cuidar de Sunoo así que no lo dejaría solo en un lugar como ese.
—¡Hyung no vallas!—Dijo temblando con las manos en su rostro.
Sunoo no podía escucharlo.
El más pequeño se armó de valor, cerro los ojos con fuerza y entro corriendo escondiéndose detrás de un árbol.
Al abrir lentamente los ojos se encontró con la vista de un jardín llenó de flores y lapidas. ¿Qué es esto? Pensó.
¿Un parque de juegos? Dudo, pero siguió caminando con curiosidad, leyendo cada una de las lápidas.
Hasta llegar a una hermosa, había una casita de cristal y dentro de ella una caja de color marrón con una nota y flores.
En la madera de la caja estaba escrito con detalles dorados "Jake Shim, espero que te gusten las fotos que tomé con tu cámara" P.SH.
¿Por qué ese Jake tenía tantas rosas? Se acercó y miro con confusión.
"Las personas que están en esos lugares, duermen profundamente, ya no volverán a despertar" recordó lo que le había dicho la señora Wang.
