"Sé que sigues pensando en mí, nunca nadie podrá completar mi lugar en tu corazón, Hyung"
En un orfanato ubicado en la zona más pobre de Busan, vivían Sunoo y Riki, dos niños que se querían demasiado.
En su futuro, uno de ellos se negó a crecer y d...
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Después del beso, Sunoo se quedó dormido en los brazos de Riki quién aún seguía sonrojado después de aquella escena.
Sin despertarlo, lo sostuvo entre sus brazos y camino rumbo a la habitación donde se estaba quedando. La puerta estaba ligeramente abierta así que lo dejo sobre la cama y se dispuso a salir.
—¿Qué haces en la habitación de mi prometido? Y más a estas horas de la noche —Una voz un poco molesta hizo que Riki se paralizará.
—¿Y tú eres?— El rubio trato de oculta su nerviosismo con alguna frase que lo hiciera verse superior.
Sunghoon camino ligeramente hacia donde estaba su pelirosa, con cuido se agachó y depósito un beso en su frente —Puedes irte, voy a colocarle su pijama para que descanse.
—Está bien... Dile a mi Hyung cuando se despierte que me busque, debemos hablar de algo importante— Riki por sus adentros estaba gritando de emoción, su pequeño yo solo estaba escondido.
—Se lo diré apenas despierte —El pelinegro le dio una mirada desafiante al rubio.
El más alto se tocó los labios y salió de la habitación dando brincos disimulados, había besado a su Hyung después de tanto tiempo.
Su corazón revoloteaba, quería volver a sentir aquellos dulces y suaves labios, esos que había extrañado tanto tiempo.
Con pasos lentos camino hacia la salida del orfanato y se perdió en la oscuridad de la noche. Solamente era un tonto enamorado de una persona que no lo correspondía...
[...]
—Levanten bien los brazos —Dijo una mujer de aspecto elegante. —Estamos a una semana de la presentación, recuerden que van a estar personas importantes que las estarán calificando; especialmente a ti Soah.
La mencionada levantó la mirada y sonrió —Si señora Lee, daré lo mejor de mí.
La mujer asintió con la cabeza y procedió con su clase. Al finalizar está todas las alumnas se retiraron incluyendo a Soah.
Con la mirada agachada salió del estudio de danza contemporánea y camino rumbo a su casa.
Los pétalos de un árbol de cerezo caían sobre sus hombros, dejándola pensar un poco.
Los años le sentaron bien a la pelinegra, ahora ella una chica hermosa, de silueta delgada y piel pálida, era muy envidiada y deseada entre las personas.
Pero... No era de sospechar que aquella dulce y hermosa chica tenía un corazón que sufría por su amor de la infancia.
Ya no era el que solía ser... Ya no era el pequeño Riki que la alejaba y corría de ella, no tenía nada que entregarle.
