✗ One Night | Junior Wheeler

𝕺𝕹 | Primeros auxilios

Capítulo cinco

—Ahora si, ¿quién de ustedes lo hizo?

—¡No hice nada, lo juro!

—No se de que estás hablando.

Los hermanos Wheeler se encontraban sentados en la sala, a mi petición, mientras los interrogaba sobre el incidente de la cocina.

—Ah, entonces los platos se rompen solos—me cruce de brazos y mire a Sammy, me daba hasta pena hacerlo pasar por esto, pero si no tenía una explicación Bree no iba a pagarme—. Fue uno de ustedes, solo digan la verdad.

Junior bufó y luego se levantó de la sala.

Me quede perpleja ante su acción y lo seguí con la mirada. El muchacho de rostro aburrido se hincó ante los pedazos rotos y comenzó a recogerlos.

—¿Qué crees qué haces?—chillé  y luego camine hasta él —. Déjalo así, yo iba a recogerlo.

—Creí que esto era lo que querías—siguió recogiendo las piezas de porcelana—, y para tu información no importa quien haya sido, de todos modos ya están rotos.

Junior se quejó, un pequeño cristal le rasgó la piel, sabía que esto ocurriría.

—Sammy, ve a tu habitación, te llevare la cena en unos momentos, ¿sí?—no quería que también él se hiciera daño, así que es mejor alejarlo de la zona de peligro.

Me acerque a Junior y luego fruncí el ceño. Su mano estaba a punto de desangrarse y él simplemente estaba en silencio.

—Junior, ¿estás bien?

Salió de su pequeño trance y me miró.

Creo que su actitud tiene que ver con el que no importaba quien rompiera el que, siempre terminaba recogiendo los pedazos rotos.

—Déjame ayudarte con eso, ¿quieres?, suelta lo que está roto—lo ayude a ponerse de pie y me lo lleve hasta la sala.

Según Bree el botiquín estaba en el baño.

—El botiquín está en el...

—Baño, lo se, estaba pensando en eso—suspire y me aleje a buscarlo.

Estoy agradecida con mi tolerancia a la sangre, y con el hecho de que fue más sencillo de lo que pensé encontrar el kit de emergencia.

Al regresar Junior seguía muy quieto en la sala, aún le goteaban gotas de agua del fleco.

Me senté frente a él, sobre la mesita del centro, y coloqué el botiquín en mis piernas.

—¿Me dejas ver?—señale su mano.

—Creí que eras solo una niñera.

Sonreí de lado.

—Claro que lo soy, tonto, pero conocer cosas, como los primeros auxilios son parte del oficio.

Ambos nos reímos.

Me extendió su mano, no se veía tan mal, aún así apuesto a que dolía como el infierno.

—Al parecer no tienes ningún cristal incrustado, así que solo te voy a vendar y a limpiar—lo miré.

Junior era atractivo, inteligente, atlético, todo lo que puedes querer en un chico. Lo único malo era su forma de ser, tan cerrada, tan superior.

A veces, corrección, muchas veces, llegue a odiarlo por ello.

Tome su mano con cuidado y comencé a limpiar está con un pedazo de algodón, lo único que me estaba costando era soportar sus quejidos.

—Eres pésima en esto—se quejó a medida que iba limpiando.

—Eso no es verdad, tú eres un llorón.

Aun seguía inquieta con lo de la vajilla, definitivamente creo que Sammy no puede ser dejado cerca de cosas frágiles.

Coloqué un poco de alcohol sobre un algodón y lo pasé por su mano.

—Mierda, si arde—se quejó mientras entrecerraba los ojos—, solo véndala de una vez y acaba con esto.

Hice lo que me pidió, ya me estaba poniendo mas nerviosa de lo normal.

—Ya estas—coloqué una estampita de Spiderman sobre su venda, algo que traía para entretener a Sammy.

La miro y frunció el ceño.

—¿Para que quiero esto?

—No lo se, pero está muy cool, ¿no?—sonreí de lado y luego comencé a guardar todo en el botiquín.

Se encogió de hombros, y luego no me aparto los ojos de encima.

Creepy.

—¿Tienes algún problema?—le pregunté y luego me cruce de brazos.

—No.

Siguió mirándome.

Okay, ya me asuste.

—¿Qué?—solté una risita nerviosa.

—Nada—suspiró—, es que...

¿Es que, qué?

—¿Si?

—No eres tan mala como creí, eso es todo—dijo mientras trataba de reprimir una sonrisa.

Wow.

Estoy haciendo un buen trabajo.

Le sonreí.

—Tampoco tú, Junior Wheeler.