𝕺𝕹 | Las hormonas son enemigas, no amigas

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Capítulo once

—Lo siento—murmuré mientras sonreía.

Mi respiración subía y bajaba. Junior seguía debajo de mí, mientras intentaba hacer que me tranquilizara.

Realmente subestimé los efectos de la cafeína.

—Estás temblando, ¿de verdad te encuentras bien?—soltó Junior con preocupación.

Acto seguido me tomó del rostro y me examino, en estos instantes mi mente solo me dice una cosa: admira su belleza.

Así que lo hice.

Sonreí como estúpida.

—Hasta ahora me doy cuenta de que eres tan... lindo—dije sin pensar.

Oh, esto no es solamente culpa del café, sino que la falta de sueño, mis pastillas para mantenerme "cuerda", y mi aislamiento total. Todo me está golpeando como un saco de boxeo.

—Me estás asustando—me soltó y luego me quito de encima suyo para recargarme en el respaldo.

Me cruce de brazos y suspire.

—Deberías dormir.

Fruncí el ceño.

—Sabes que no puedo hacer eso.

—Claro que puedes—quitó todo objeto que pudiera molestarme de la cama—, descansa.

Lo miré con los ojos entrecerrados, no estoy acostumbrada a esto.

Cerré la boca, simplemente miré como iba de un lado a otro, intentando hacer cómodo el espacio, y así era hasta que apago la luz.

No duermo con la luz apagada, es molesto, ¿okay?

—Junior—murmuré.

—¿Qué?—me habló desde el suelo.

—No puedo dormir.

Bufó.

—Cierra los ojos, cuenta borregos, algo así—me dijo con cansancio, cálculo que eran alrededor de las 12 am.

Ni siquiera lo intenté, esos consejos nunca funcionan.

Me levanté de la cama. Iba en camino a encender la luz hasta que volví a escuchar su voz.

—¿Qué haces?

—Quiero prender la luz—respondí con obviedad—, no me gusta dormir a oscuras—admití con una pizca de vergüenza.

A lo poco que percibí, Junior se quejó en lo bajo y luego se levantó del suelo.

—No la enciendas, vamos a dormir.

Acto seguido se subió a la cama y palmeó a su lado.

Descarado.

—¿Crees que soy como una niña chiquita?, no necesito de tu compañía—le solté con desconfianza y me senté en la orilla de la cama.

Su risa resonó en la habitación, por alguna extraña razón eso le pareció divertido.

—No pareces, eres como una niña chiquita—me sonrió—. Solo deja de ser tan orgullosa y duerme.

Mordí mi mejilla por dentro, pero al final decidí recostarme a su lado.

Le di la espalda al principio, sin embargo, no se sentía del todo bien, y Junior lo sabía.

—Oye, Junior—apenas hablé, no tuve ni la necesidad de comunicarle lo que quería.

Me quede quieta hasta que sentí sus brazos recorrer mi cintura. Me abrazó. Por un lado, lo agradecí, me hizo sentir segura, y hasta un poco extraña quizá.

—Gracias...—murmuré con el corazón acelerado.

—Solo duérmete—susurró cerca de mi mejilla y se acurrucó en el hueco entre mi cuello.

Ahora nada más hay que esperar a sus padres, y hacer como que esto nunca sucedió.

FIN




















✗ One Night | Junior WheelerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora