Game Over - Kookmin

Capítulo 1

La lujuria está bien: el sexo es bueno, despeja la cabeza y alegra el corazón

Jimin miró la tarjeta de presentación que tenía en las manos, no importaba cuantos tragos de tequila bebiera, seguía sin saber qué hacer ¿Tendría las agallas? Tomando una respiración profunda levanto la mano para llamar al barman y pedir nuevamente otro tequila. Este era su tercero o quinto o tal vez sexto trago ¿Quién los estaba contando? El amable y educado Jongin dudo antes de servirle, este era el bar que siempre frecuentaba los fines de semana, así que era bien conocido que él no era de tragos fuertes, pero hoy era la excepción, lo necesitaba ¡Con urgencia! Por su cara estaba seguro de que Jongin también creyó que lo necesitaba, así que después de servirle su bebida volvió al otro lado de la barrada dejándolo solo.... Ese era el maldito problema. Soledad.

Regreso la mirada a la tarjeta. "The Last" se leía en letras color plata y en relieve. Era una tarjeta de presentación muy elegante, esas dos palabras en plata, y el fondo negro... sin duda llamaban la atención. Al reverso se encontraba escrito un número de teléfono en letras blancas, y por debajo de ellas un número más que el profesor Seokjin le había escrito con un rotulador rojo con el fin de que se notaran los números con el fondo negro.

—¿Por qué The Last?— Jimin recordó que le había preguntado a Seokjin cuando él le regalo esta tarjeta

—Porque es el último recurso cuando tocas fondo—

Jimin lanzo la tarjeta de mal modo sobre la barra. ¿Sería cierto? ¿Habría tocado fondo? Entonces hizo un repaso de su vida. A los treinta años, era un reconocido profesor de literatura con una plaza fija en la Universidad de Seúl, había publicado dos libros, tenía un auto, una casa propia, era un buen ciudadano, buen vecino, buen hijo, buen hermano, buen tío, buen amigo. Se podría decir que siempre era el confiable Jimin. Pero eso no dejaba de lado el hecho de que sus alumnos le tuvieran miedo, rodo los ojos, pues era lógico que ellos se sintieran intimidados, después de todo él era el profesor, no sería bien visto que fuera amigo de sus alumnos, además eso le evitaba demasiadas demandas académicas por acoso o algo así, los alumnos eran muy creativos al momento de querer salirse con la suya y poder pasar con una buena nota aprobatoria.

Por esa razón mantenía su distancia, con sus alumnos mantenía una relación puramente profesional. Aquellos colegas que afirmaron que podían ser amigos de sus alumnos, jamás terminaron bien. Demandas por acoso o despidos por confraternización indebida fueron la causa del final de sus carreras.

¿Amigo de alumnos? Era una vil mentira. Ni siquiera sabía cómo podría eso funcionar. Nunca saldría nada bueno. Era imposible no dejarse influenciar por sentimientos tontos al momento de emitir una nota. Además, era muy sencillo. ¿Quieres sexo? Busca en otro lado y deja a los jóvenes estudiantes concentrarse en su carrera. Respecto a los alumnos deberían de estar estudiando y concentrándose en formarse a nivel académico que andar seduciendo a profesores. ¡Fácil! Las reglas estaban ahí por una razón y no era complicadas seguirlas.

Ahora, respecto a su familia, sus padres lo querían, jamás había dudado de eso, pero desde que ambos se divorciaron y cada uno hizo vida con parejas diferentes, Jimin apenas y los veía una vez al año. Su hermana Eun Bi, no vivía muy lejos de su casa, pero desde el momento en que ella se enteró que él tenía una clara preferencia por los hombres, había dejado de invitarlo a las reuniones que ella celebraba con sus amigos. Jimin rio al recordar como ella le había asegurado que no era porque se avergonzara de él. Que, al contrario. Lo hacía por protegerlo y evitarle un momento desagradable puesto que algunos de sus amigos no tenían un buen criterio con respecto al lado gay.

Rodo los ojos. <<Si como no, y yo soy estúpido>> Jimin le había contado a su familia sobre su preferencia sexual, solo lo hizo porque creía que ellos tenían derecho a saberlo, no era como si anduviera vistiendo la camiseta del orgullo gay a cada lugar que fuera. Ni se ponía a gritar en medio de una habitación llena de gente que era gay. Pero decidió mejor darle por su lado a su hermana, no la obligaría a soportar su presencia si no lo deseaba.