Capítulo 7

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La única diferencia entre un capricho y una pasión eterna es que el capricho dura algo más.

Molesto y Frustrado Jungkook se levantó de la cama en el instante que el chico que tenía debajo se corrió. Furioso consigo mismo. Con el chico. Con el gerente del hotel. Con medio personal. Contra el cosmos. Jungkook camino hacia el baño.

-Vístete y vete- dijo al hombre del cual ni siquiera se había molestado en pedir su nombre. Escucho que le llamaba idiota justo en cuanto cerraba la puerta. Si. Era un idiota. Un estúpido hijo de puta que no sabía qué demonios le estaba sucediendo. Abrió el grifo del agua y entro sin siquiera dar la oportunidad que saliera agua caliente. Necesitaba enfriarse. Cerró los ojos y llevo su mano hacia su adolorida polla dura. No pudo correrse. No importaba lo que hiciera, siempre era una agonía para poder correrse.

Después de la fiesta de fresa con crema, había dejado pasar tres días, esperando que Jimin le llamara. No lo hizo. Decidió llamarlo él. Solo para no obtener respuesta. Jimin jamás contesto. Y por primera vez odio no tener idea de quien, como y donde poder localizarlo. Jamás le intereso tener el número directo de un jugador. Si en el juego jamás volvía a saber de ellos le daba lo mismo, pero ahora con Jimin... no sabía que le sucedía con este hombre.

Como él no le contesto. Decidió llevar a otro juguete a su cama. Este era el tercero esta semana. Siempre era igual. Costaba trabajo para ponerse duro. Y aunque se aseguraba que sus amantes sintieran placer, él no sentía nada. Había recibido mamadas y pajas fabulosas, pero el orgasmo obtenido jamás fue satisfactorio. Y cuando los follaba, jamás lograba llegar hasta el final.

-Te odio Jimin- rio amargamente. Ni siquiera sabía su maldito nombre completo para que la amenaza sonara más intimidatoria. ¿Por qué él lo estaba perturbando demasiado? No tenía sentido. Debería de estar feliz porque Jimin saliera de la escena.

Molesto corto el flujo del agua, estaba duro y dolorido con la necesidad, pero se negó a masturbarse en la ducha, salió y sin secarse envolvió una toalla en su cintura. Esperaba que su rollito salvaje de media hora ya se hubiera marchado. Tenía que hacer algo. Había pasado una maldita semana de mierda y no podía permitir que esto continuara así.

Más tarde ese día, no pudo concentrarse en el trabajo y como no era de los que le gustaba mirar fijamente las paredes, decidió hacer algo de utilidad, así que sin avisar se presentó en la casa de su hermano, sus sobrinos siempre lo animaban. No era de los hombres que deseaban hijos propios, pero sin duda era el mejor tío del mundo. Le encantaban sus sobrinos. Más por el hecho de que podía consentirlos, malcriarlos y la responsabilidad de la educación ya correspondía a sus hermanos.

-¡Tío Kookie! ¡Tío Kookie!- Yuri salió corriendo a su encuentro en cuanto vio que estacionaba el auto. Tras de ella su madre le gritaba que esperara hasta que él saliera del coche.

-Hola enana- Jungkook la tomo en brazos. -¿Cómo está la chica más hermosa del planeta?- Yuri sonrió encantada cuando Jungkook le hizo cosquillas -¿Dónde están tus hermanos?-

- Won Young se quedará a dormir en casa de una amiga, Jae Min está en su habitación jugando video juegos y tu hermano en su despacho trabajando con un colega de la universidad. Tiene un evento importante esta semana- contesto su Cuñada acercándose para saludarlo con un beso en la mejilla.

-Mi hermano es aburrido, ¿Cómo lo aguantas?- ella rio.

-Tu hermano es de todo menos aburrido- dijo Joo Hyun tomando a Yuri en brazos. Era la más pequeña. Won Young tenía trece años, Jae Min once, y Yuri tenía solo cuatro. Una gran diferencia de edad con sus hermanos. Su hermano y su cuñada no habían planeado tener más hijos. Yuri fue toda una sorpresa. Pero una sorpresa bienvenida, era la consentida de la familia. Incluso sus hermanos eran muy sobreprotectores con ella. -¿Te quedas a cenar?-

Game Over - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora