┊☆┊Auron sufre las consecuencias de causar envidia en la diosa de la belleza, quien busca venganza en su contra. Sin embargo, la deidad destinada a arruinar su vida, acaba enamorándose de él.
☆ Adaptación del mito griego de Eros y Psique.
☆ AuronBot...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
*❥:･ﾟ*❥:･ﾟ*❥:･ﾟ*❥:･ﾟ*❥:･ﾟ*❥:･ﾟ
Las palomas mensajeras eran el único mecanismo confiable para enviar cartas de un reino a otro. Por desgracia, la rapidez con la que el recado llegaba a su destino era muy variante. Merlon leyó la carta de su hermano Josecristo con una semana de retraso. ¿Cómo pudo ser posible que los Dioses castigaran a su sobrino? Si hasta hace poco celebraban un banquete por la llegada de sus 20 primaveras.
El rey Merlon ordenó que se preparara una comitiva y que sus guerreros lo acompañaran a Tortillaland, esperando que no fuera demasiado tarde.
Al llegar a las tierras del reino vecino, supo que lo impensable había sucedido. Las calles estaban vacías, el cielo era de color gris y una pesada aura de dolor y pérdida se expandía por cada rincón. No había niños jugando, ni ciudadanos dispuestos a saludar a los visitantes de Karmaland. Era deprimente, pero no tan deprimente como el hogar de Josecristo.
—¡Tío! —Exclamó Rubí al verlo llegar—. Has venido.
—Muchacho, ¿qué sucedió aquí?
El de cabellos blancos bajó la mirada, apenado. Sus ojos estaban irritados y las ojeras ensombrecían su pálido rostro. Rubí negó con la cabeza y guio al rey y la comitiva de guerreros a la abandonada habitación de Auron. Estaba limpia e impecable, casi como si nada hubiese pasado. En la cama del joven, encontraron a Josecristo. Merlon sintió una punzada en el corazón; su hermano estaba demasiado delgado para ser saludable y su piel estaba más blanca que la luna. Era como si hubiese envejecido diez años en unos pocos meses.
Los guerreros estaban perturbados. Especialmente Luzu. El joven soldado anteriormente pasó años viajando de Karmaland a Tortillaland para estar con Auron, para tener la oportunidad de enamorarlo y casarse con él. Luzu había desistido cuando Lana entró a su vida y después de su boda perdió la comunicación con el chico.
—Auron... —se lamentó. Lágrimas se derramaron por sus mejillas—. ¿Por qué...?
Rubí se mordió los labios para no ponerse a llorar también. El arrepentimiento estaba haciendo mella en él. Cerró los ojos al sentir que lo abrazaban; un calor conocido rodeó su cuerpo.
—Calma, no llores.
Claro, tenía que ser De Luque.
Rubí se alejó del abrazo casi de inmediato. Puso distancia entre ellos y se negó a ver al guerrero a los ojos. —Papá no se levantará pronto. Estuvo despierto dos días; si no fuera porque Adam le preparó un somnífero, seguiría haciendo vela.
