Liam caminaba por el pasillo de las habitaciones de la universidad, planeaba irá ver a Zayn, su mejor amigo.
Se conocieron en la universidad cuando ambos entraron a Ingeniería Comercial. Comenzaron haciendo los trabajos juntos y terminaron haciendo todo juntos, eran inseparables. Ya eran 3 años así.
Las habitaciones de su amigo quedaban más o menos lejos, y en la de zayn dormían 3 personas, en la suya dormían solo dos. Lo bueno es que los 5 se hicieron muy amigos.
Golpeé la puerta tres veces y nadie respondió, sabía que Louis y mi compañero de habitación habían salido a una cita y Niall el otro compañero de Zayn casi siempre andaba afuera hablando con quien se le cruzara.
De todos modos la puerta estaba abierta así que entró, no era primera vez que hacía eso. El azabache era muy bueno para dormir entonces, le dejaba entrar a despertarlo cuando tenían cosas que hacer.
Abrió la puerta y se encontró con un perrito sentado puente al espejo que tenían en la habitación, con la cabeza ladeada mirándose directamente a los ojos.
Era negro de ojos mieles, tenía las orejas puntiagudas, era muy peludo y tenía un pañuelo negro con blanco en el cuello. Tenía la colita entre las patas y se exaltó cuando escucho la voz de Liam.
— Holaa, ¿eres de Zayn?— el perrito miró la castaño y comenzó a ladrar. Se veía en extremo tierno, parecía querer hablar.
—Ven, si Zayn no está acá tenemos que buscarlo. Te cuidaré mientras— Liam tomo al perro el cual no hizo ningún movimiento en contra. Lo acercó a su pecho y él comenzó a olerlo hasta acurrucarse. Segundos después se durmió.
Caminó por toda la universidad buscando al su amigo, aunque él perrito no se movió mucho, solo hacía ruidos cuando lo acariciaba. A decir verdad le recordaba un montón a Zayn, eso que dicen de que los perros se parecen a sus dueño es cierto, aparte de que tenía el mismo pañuelo que usaba el azabache.
Liam aún se preguntaba porque el moreno no le había dicho nada sobre qué iba a tener un perrito, aunque no le dio mucha importancia porque se estaba empezando a preocupar, su amigo no estaba en ninguno de los lugares que le gustaba estar.
Decidió volver a la habitación del azabache, para así esperarlo por si volvía. Aparte de contarle a los demás amigos que pasaba, a pesar de que estaba preocupado no podía ir a hacer escándalo, ya que no le prestarían atención.
Liam se acostó en la cama de zayn mientras esperaba, al rato el perrito se despertó y se estiro en el pecho del castaño, luego lo miró y comenzó a caminar hasta llegar a su cara. Dejó el teléfono que había estado mirando, a un lado para darle atención al cachorro.
—¿ Que quieres mini Zayn?— al terminar de decir eso el perro le pasó la lengua por la mandíbula y se levantó animado.
— No te entiendo, ¿quieres comida?— el perro volvió a acostarse, parecía irritado.
—que cambiante eres, igualito a Zayn— el perro asintió animado nuevamente, pero el castaño solo soltó una carcajada.
— Voy a ver si Zayn te tiene un poco de comida y te daré agua. No he visto un tengas algún platito. Ya vuelvo— Dejó Dejó cachorro en la cama y comenzó a buscar donde tenía comida, pero el cachorro no paraba de ladrar.
— Ya cállate, te juro que segundo que pasa creo más que eres la versión de zayn perruno— el perro no paro de ladrar. Por su parte el castaño comenzó a buscar en el closet de zayn por si había una bolsita o algo, pero se le cayó unas hojas.