Creo que de tantas vueltas que he dado por el pasillo soy capaz de marearme, o morirme. Puede que ambas.
Las palabras de Drew siguen haciendo eco en mi cabeza y, por mucho que quiera, no me es posible olvidarlas. O al menos eso dice la parte cotilla de mi cabeza.
No me sorprende que le guste alguna chica, al fin y al cabo, aunque solo sea un maldito imbécil supongo que en el fondo de él –muy muy en el fondo –sigue siendo una persona, una persona con sentimientos y con muchos secretos, secretos que por mi propio bien me conviene descubrir lo antes posible.
Voy camino al vestuario de Marcus cuando veo a Victor caminando en mi dirección. Perfecto, justo la persona que buscaba.
- ¡Alex! –me mira extrañado – ¿No deberías estar con Marcus? Hace rato que te está buscando.
Le doy un breve asentimiento y me acerco más a él.
- ¿Puedo hablar contigo un segundo?
Él asiente y me mira con el ceño fruncido. Seguro que está extrañado, no he hablado con él desde que me enteré que había sido un entrometido con Marcus, por eso le estoy dando la famosa ley del hielo de Alexandra.
- Creo que Drew ha hecho algo para asegurarse ganar el torneo.
- ¿Cómo? –por su expresión sé que no entiende lo que estoy hablando así que trato de ser más precisa.
- Acabo de escucharlo hablar con su hermana –me froto las manos nerviosamente –Y decía algo de haber amañado esto, que había una familia a la que buscaban y...
Me callo abruptamente. No sé, la verdad es que no me entusiasma la idea de decir en voz alta que Drew está enamorado de alguien, todo eso me causa una sensación agria y demasiado desagradable para mi propio bien.
De pronto, Victor suelta una carcajada y me da un ligero golpe en el hombro. No sé lo que he dicho que le resulta tan divertido.
- Alex, por Dios... es imposible amañar esta competición. Creo que es más probable, no sé, secuestrar al Papa.
Niego repetidamente con la cabeza sin poderlo creer. ¿Acaso no me entiende? ¡Yo mismo lo he escuchado!
- De verdad, no sé qué habrás escuchado, pero te aseguro que es imposible. –responde a mis pensamientos –O sea que no te preocupes con eso, de lo único que tienes que preocuparte es de que tu hermano gane y pase a cuartos de final. Haz algún rezo especial de talismán y céntrate en eso. Solo en eso.
No sé por qué, pero capto un ligero tono de amenaza en sus palabras. Tiene que ser mi imaginación, no tendría sentido que Victor supiera algo así y lo ocultara, ¿verdad?
Asiento y él me sonríe, como dando todo el asunto por finalizado.
- Nos vemos ahora, ¿vale? –dice dándome un golpecito en la punta de la nariz – Tengo que ir a hablar con el manager de Louis Swan –como si lo conociera –el chico que va a luchar con tu hermano esta noche –finaliza como si supiera lo pegada que estoy con todo este asunto de la lucha.
Le sonrío en respuesta y él sigue su camino.
Un escalofrío me recorre la columna vertebral y, realmente, no tengo ni idea de qué hacer.
++++++
Alice me hace gestos con la mano y yo voy directa al asiento que me tienen reservado. La extraña sensación sigue ahí, haciendo mella en la boca de mi estómago, pero decido dejarla ahí y no amargar a mis invitados de esta noche. Ya que yo fui la que les insistió en venir.
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INVICTUS
Teen FictionLas peleas no están bien, pelear es cosa de animales... A Alexandra Evans nunca le ha hecho gracia que su hermano mayor peleara. Siempre que salta al ring piensa que será la última vez que lo verá vivo. Pero a él eso no le importa. Él quiere pelear...