No sé cómo reaccionar cuando el profesor Collins se presenta como hermano de Drew. ¿Hermano de Drew? Debe de ser una broma del destino porque no creo tener tanta mala suerte como para que mi profesor, al cual he conocido esta mañana, sea el hermano de la alimaña. No, una jodida broma.
- Hermanastro. –puntualiza Drew con un profundo ceño fruncido y con clara molestia –No tenemos la misma madre.
- Drew...
- ¿Qué? –contesta este dándole una mirada de puro descontento. No puedo evitar sentirme profundamente incómoda -¿Acaso tenemos la misma madre? –ríe sin ganas –Venga ya, Andrew...
El profesor Collins se limita a mirarlo con molestia y disconformidad, como si esta fuera otra pelea ocasional más. No me extrañaría que fuera la dinámica entre ambos.
Veo como Alice toma la mano del profesor con fuerza, sabe tan bien como yo que él la necesita ya que Drew no parece necesitar a nadie más que a sí mismo. Aunque me sorprendo pensando en que me gustaría poder darle mi apoyo, poder cogerle la mano, de la misma forma que Alice lo ha hecho, y que a él le reconfortara. Me gustaría poder ser un apoyo para él.
Drew me mira entonces, notándome por primera vez desde que vio a su hermano.
- ¿Se puede saber qué cojones haces con él? –me intenta coger de la mano pero me aparto bruscamente -¿Qué haces?
- No me toques, Drew. –miro a Alice y la descubro acariciando la mejilla del profesor Collins –En primer lugar, no sé qué haces tú aquí.
- Te seguí –dice sin más -¿Crees que esto es Washington? –mira mi atuendo –Por aquí ir vestida así es... peligroso. –su voz cada vez más oscura conforme me observa.
Puedo notar como sus ojos se pasean de arriba abajo, cerniéndose sobre mi cuerpo con intensidad, como si quisiera grabarme en su mente. Eso provoca que mi estómago dé un vuelco y que la boca se me quede repentinamente sin saliva. Esto es algo que sólo es capaz de provocarme Drew Collins.
- No creo que sea malo ir como me dé la gana, Alimaña. –digo sonriendo, con la seguridad renovada –Y, además, ¿quién me lo va a prohibir? ¿tú?
- Estoy harto de tener que cuidar de ti como si fuera tu estúpido niñero, Gafitas. -ríe, intentando hacerme sentir estúpida -No tendría que perseguirte si supieras cuidar de ti misma sin mi ayuda. Además -dice mirándome y soltando un bufido -he tenido que dejar a una preciosidad por ti.
Eso consigue hacerme despertar del absurdo embrujo en el que estaba inmersa. Nunca unas palabras dolieron tanto cuando no tenían que hacerlo.
-Pues vete, Drew, nadie te ha pedido que cuides de mí. -noto como el enfado cubre mi lengua mientras hablo. No quiero que note que estoy tan enfadada ya que tampoco entiendo por qué lo estoy.
-Tienes razón, me voy a largar de aquí. -mira a su hermanastro con lo que puedo denominar asco y luego le echa una ligera mirada a Alice, no sin antes darle un lento repaso. Aguanto las ganas de vomitar -Hasta luego, chicos. Pasáoslo muy bien. -puedo notar la ironía de sus palabras.
Tengo unas enormes ganas de hacerle una peineta pero me las aguanto profundamente. Ahora no necesito que se dé cuenta de que estoy sumamente cabreada con él. Sé que puede haber notado los celos que irradiaban mi cuerpo cuando ha mencionado a esa... a esa chica.
Repugnante.
Alice me toma del brazo y me da una mirada que expresa empatía y pena. Pena por mí, obviamente.
-¿Siempre te trata así? -pregunta mientras el profesor Collins le pasa un brazo por los hombros.
Por un momento no entiendo de qué, o mejor dicho de quién habla, pero luego me doy cuenta de que obviamente habla de Drew.
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INVICTUS
Roman pour AdolescentsLas peleas no están bien, pelear es cosa de animales... A Alexandra Evans nunca le ha hecho gracia que su hermano mayor peleara. Siempre que salta al ring piensa que será la última vez que lo verá vivo. Pero a él eso no le importa. Él quiere pelear...