INTERESES volkacio

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Hey :D en esta actu recomendamos escuchar las canciones que se indicará cada parte :3

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• Yellow - Coldplay (Versión piano)•

Pasiones. El punto dónde la felicidad y el sufrimiento convergen. Se puede querer, podemos gustar de algo, pero el punto de cambio entre un simple placer y la necesidad real es la pasión.
El deseo hace parte de la pasión aunque no se reduce a eso. Podemos amar a alguien apasionadamente, sin embargo, eso es algo que se construye y que crece dentro de nosotros de una pequeña semilla y que puede florecer o marchitarse. Por otro lado, está la pasión innata, esa que descubrimos en algún punto de nuestra vida. Esa pasión que está en nosotros como un motor que debe ser alimentado, sin el cual la nitidez de nuestro ánimo se debilita. Es una fuerte energía que nos domina, que nos guía a acciones y talentos, que cuando los realizamos, cuando nos dejamos llevar y dominar, parece que nuestros sentidos se vuelven uno. Vivir sin ello, genera sufrimiento, decadencia, frustración, pero si se descubre y se puede llevar a cabo nos eleva a la mejor versión de nosotros mismos.

Imposible decir si lo que sucedió aquel día en el "Noir Bistro" fue destino o casualidad. Y es que esa mentira sin duda alguna se transformó en un maravilloso sueño. Y aunque aún había partes de ese "contrato" que faltaban por cumplirse, las cadenas del temor se habían desvanecido, al menos en ciertos aspectos. Sentir que el cariño, la admiración y la emoción de estar con el otro eran correspondidos les elevaba en una nube que les cubría como un manto protector, suave, cómodo y tibio. Cuidando poco a poco una semilla que ya había germinado.

Sin importar que Viktor se hubiera encargado de pagar la integridad de la carrera de música para Horacio, aún faltaba la parte más importante: ser seleccionado. Y es que aunque Horacio haya demostrado que tenía talento y un gusto infinito, aún quedaba por demostrar su excelencia - como se exigía para ser elegido- y hacer prueba de su pasión ante el jurado que lo esperaba en la academia.

Era una tarde fría, el viento recorría las calles de la ciudad con fuerza y transportaba en él, algunos indicios de la nieve aproximándose. Los pasantes en las calles, iban cubiertos de tonos fríos y oscuros, así el cielo, la ciudad y sus habitantes coexistían en un cuadro homogéneo. Sin embargo, era un día especial y la audición debía ser un gran espectáculo, Horacio debía impresionar a su audiencia. Aun si solo era una audición, era la más importante de su vida, no iba a ser negativo y pensar en fallos, aunque llevara mil emociones recorriendo su interior. Incluso si su evaluación consistía en demostrar su talento musical, para él era necesario llevar un increíble atuendo, uno que lo definiera a él y que acompañara a la perfección lo que quisiera transmitir esa tarde. Decidido y con los nervios desbordando, el muchacho de cresta se arregló con su mejor conjunto.

Salió en dirección al apartamento de Viktor quien lo acompañaría a su audición. Al llegar ahí, el ruso quedó hechizado ante la figura del moreno, lucía un bello conjunto de saco y pantalón color melocotón, camisa y zapatillas blancas y una bufanda que hacía perfecto conjunto con su cabello color lila. La imagen que transmitía su sonrisa era simplemente la de un ser de luz, y aunque estuviera muy nervioso nada podría deshacer esa felicidad en su rostro. Sin duda, era esa felicidad la que Viktor Volkov querría ver el resto de sus días. Una vez en el auto de camino a la academia, Volkov se dio cuenta de la actitud ansiosa de Horacio pues una de sus piernas saltaba sin parar como si quisiera salir corriendo. Le demostró su apoyo tratando de tranquilizarlo al poner su mano sobre su pierna lo cual funcionó. Cuando llegaron, antes de salir del auto, Volkov se giró para ver a Horacio cara a cara. En un momento íntimo, acarició sus manos como si del más fino y preciado tesoro se tratara.

-Todo saldrá a la perfección. Entraremos, los deslumbraras, te aceptaran e iremos a celebrar.

-Vamos - Horacio inhaló aire profundamente para calmar sus nervios, parecía caricatural la manera tan exagerada en que lo hizo que Viktor solo pudo reír ante semejante escena - Hey ¡Pero no te rías!