Cap 12 Una nueva vida Sárali

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En la casa de Sárali

La luz del sol me despierta, mis cortinas eran de un tono claro, beige casi blanco así que la intensificadora luz del sol me golpea en los ojos, despierto y tengo a mi lado a Jam, mi perro, movía su cola blanca de un lado al otro diciendo con ella, ¡sácame al baño! saco mis piernas de las cobijas y me siento lentamente y me levanto, me retiro la pantaloneta con la que dormía y me pongo un pantalón gris y ancho, un saco encima de mi camiseta, unos zapatos, tomo una bolsa negra, las llaves de mi casa y le coloco el lazo a Jam.

— Papá voy a salir a sacar al perro ¡ya vuelvo! -gritó, lo suficientemente fuerte, para que se despierte, mientras cerraba la puerta. Mamá por otra parte ya no estaba en casa ella trabaja de lunes a sábado desde muy temprano.

Usualmente llego a la esquina de la cuadra y Jam ya termina de hacer todo lo que debe hacer, pero hoy fue distinto, llegue a la esquina y no había hecho nada, si volvía a casa no me dejaría dormir en paz, así que decidí caminar hasta la otra esquina a ver si Jam se decidía, eran las 7am, todas las tiendas estaban cerradas y era la única persona en la calle, sé que es muy temprano, pero Jam esta acostumbrado a salir temprano, antes mi papa, yam y yo acompañábamos a mi mamá a tomar el bus para el trabajo a las 6:00 así que ahora como el trabajo la recoge en casa, saco a Jam sola una hora más tarde de lo usual. Llegamos a la próxima esquina y Jam solo olía el piso, me dije a mi misma la tercera es la vencida, así que llegue a la tercera esquina eran las 7:15, percibí a un hombre vestido de negro que venía tras de mi, me asuste, caminaba rápido y mire hacia al frente había otro hombre vestido de negro, Jam ladraba e intentaba perseguirlos, pero lo sujetaba del lazo así que solo saltaba, si lo soltaba quizá esos hombres lo lastimarían, tuve que jalarlo y correr hacia otra salida, corrí por cuadras, miré atrás ya no eran dos personas eran 3 y seguían detrás mío. Llevaba mucho tiempo corriendo mire el reloj eran las 7:30 me cansé.

— ¿Qué me van a robar, la ropa? —grite.

— No llevo conmigo ni mi celular, están persiguiéndome sin razón alguna, ¡IDIOTAS! —deje de gritar y me pare mirando hacía ellos.

— ¡IDIOTAS!

Sentía algo en mi cuerpo, enojo, rabia, solté por fin a Jam del lazo que lo retiene de atacar a los extraños, sentía a la par una sensación extraña que corría por mi cuerpo, sentía que podía controlar algo, fluía una energía rara que me hacía capaz quizá de quemar algo que se movía, los tipos comenzaron a ahuyentar a Jam que al menos logra a morder fuertemente como si fuera un juguete, después de todo era un pastor ovejero australiano.

— ¡IDIOTAS! — continúe gritando, Jam perdió ventaja y los tipos comenzaron a patearlo, estaba aún más enojada, cerré mis manos como una piedra, continuaba esa sensación de control en mí, los tipos comenzaron a ponerse rojos, se quitaban sus sacos, tenían calor, un calor que yo proporcionaba, me di cuenta que yo estaba causando esto, abrí mi mano, y salieron corriendo del susto. Realmente no sé donde estaba, vi un pequeño parque y deje a Jam libre para por fin hiciera sus cosas, las hizo, así que dispuse a recoger y a lavarme las manos en el lavado público, pero no tenía agua; Eran las 8 AM ya, no sabía donde estaba, no traje mi celular y mucho menos dinero, camine un par de cuadras más a ver si notaba una tienda abierta.

—Buenos días  —dije a una señora anciana, que me respondió con una sonrisa.

—  Disculpé me paso algo horrible y estoy perdida ¿puede regalarme un minuto para llamar a mis padres? — pregunte mientras sujetaba de nuevo a Jam.

— Claro que sí mi niña, ¿Cuántos años tienes, qué sucedió? — respondió la anciana.

— Tengo 16 años, tres tipos de negro me perseguían —respondí.

La anciana me dio un celular y mientras yo marcaba ella también realizaba una llamada.

— Buenos días reporto a tres hombres vestidos de negro, están persiguiendo a una muchacha de 16 años a esta horas.

Pauso un momento, escucha a la otra voz del celular, dio la dirección yo llame a mis padres y me dijeron que preguntará por un supermercado local, donde hubiese mucha gente para que estuviera segura, mientras llegaban, le pregunte a la mujer y me dio las indicaciones en una hoja de papel, con dibujos y todo tipo de detalles, le agradecí y camine con Jam por varios minutos, ya casi llegaba al supermercado, la hoja mostraba una farmacia, vi la farmacia, pero estaban otra vez estos tres hombres, me devolví, dando la vuelta a toda la cuadra, me gire y seguro me vieron por que caminaban sigilosamente detrás mío, llegue al supermercado, no entre porque vi a Alison caminando.

— ¡Corre! —le grite, no pareció moverse así que grite de nuevo.

— ¡CORRE! —le dije mientras la empujaba y la tina de la mano sintiendo monedas y papel en ella.

— ¿Qué esta pasando, quiénes son ellos? —me dijo Alison.

— No lo sé, me vienen persiguiendo desde mi casa, deben ser una especie de mafia que capturan niñas —respondí.

— Bueno, vamos a mi casa allá estaremos seguras —dijo Alison a medias, no se le daba bien correr.

Seguí a Alison y a mi me seguían los tres hombres, no encontraba como hacer que se detuvieran, así que pensé en lo que antes pasó y me detuve a cerrar la mano pero detrás de ellos venía la policía local, uno de ellos parecía escaparse, solo eran dos policías, uno arrestaba a un hombre que cojeaba y a otro que apoyaba al lesionado que probablemente era el que mordió Jam, el que parecía tomar ventaja y escaparse ni lo iba a dejar ganar así que al tercer hombre lo afecte con lo que al parecer era mi don, sentía líquido en mis manos y como podía hacerlo hervir e incluso evaporar me quede así por unos instantes mientras la policía lo capturaba a el también, pasaron unos minutos llego un auto y los metieron a los tres, los llevaban a la prisión, la policía nos hizo un par de preguntas a Alison y a mí cuando se fueron, le dije a ella que mis padres me esperaban en el supermercado, que dejamos atrás.

— Bueno te acompaño, has vivido mucho en una mañana —me dijo mientras miraba a otro lado.

—Me acompañas al baño voy a lavarme las manos —le pregunté mientras entraba al supermercado sin rastros de mis papas.

— Dale esta bien —me respondió Alison, que me esperaba afuera del baño como si fuera mi guardaespaldas miro de un lado a otro y luego se quedó mirando con grandes ojos por la puerta mientras apretaba el botón para que saliera agua.

— Qué... qué me pasa —dije cuando perdí el equilibrio y caí de golpe al piso.

Alison entro al baño de prisa, cerro con fuerza la puerta y corrió hacia a mi.

— ¡Dios tú también! —me dijo con una sonrisa tapada por sus dos manos que se encontraban como si fuese a orar.



H2O sirenas del mar, un mundo nuevo.(3 Spin-Off)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora