N/A: ¡Disfruten el fic!
Luna Lovegood llegó cansada a su dormitorio en la torre de Ravenclaw. El viaje en el tren había sido agotador. Subió a su sala común junto con los demás Ravenclaws y, afortunadamente, ellos también parecían agotados porque ni se molestaron en criticar a Luna o decirle algo poco respetuoso. De todas formas, ella ya estaba acostumbrada a todas esas críticas. Pero sí le sorprendió un poco que nadie de verdad no le dijo nada, ni siquiera Joe Cline, un muchacho de su mismo grado de estudios que siempre le hacía pequeñas bromas. Le escondía a Luna cuanto podía y quería; desde libros hasta toda su mochila, si le era posible. También se dio la ocasión en que había conseguido los característicos aretes de Luna, una noche que se le cayeron, y los logró hacer invisibles durante unas cuantas horas. Al final Luna logró encontrarlos, dentro de la propia torre de Ravenclaw, y desde ese momento siempre se aseguraba de llevarlos puestos.
La razón por la que Luna no conseguía reportarlo o acusarlo, era porque Cline conseguía hacer aparecer las cosas antes de que la chica pudiera hacer nada. Era bastante molesto, vaya que sí, pero al menos recuperaba todo. Le preocupaba que, algún día, a Cline le llegase la idea de bromas más pesadas y, ahora sí, llegase a perjudicarle.
Y aunque lograra a atrapar a Cline, no tendría apoyo de ninguno de sus compañeros. Todos decían que Luna era rara por creer en criaturas que su padre le aseguraba que existían. Nadie quería realmente acercarse a ella, porque eso significaba obtener el mismo trato que le ejercían a Luna. Afortunadamente para ella, sí tenía a dos mejores amigos. Los mejores, según ella, que se podrían pedir. Éstos eran Ginny Weasley y Neville Longbottom. Pero no podía mencionar amigos sin añadir a un par más; los otros eran Harry Potter, Hermione Granger y, a Luna le pareció el más simpático de los tres, Ron Weasley. A éste último ya lo conocía desde su primer año en Hogwarts. En primera porque Ginny le había mencionado el nombre de sus seis hermanos mayores. Y en segunda porque siempre le veía junto Harry y Hermione merodear por los pasillos.
Desde que lo vio por primera vez, cuando estaban todos en el club de duelo de Gilderoy Lockhart, algo encontró en él que se le hizo curioso. Quizá fuera su cabello, o el hecho de ser bastante alto, o sus curiosas pecas, pero algo la había hecho fijarse más tiempo en Ron. Luna nunca había sido de las que se fijaran en los muchachos pero, por esa ocasión, tenía que admitir que había oído el nombre del pelirrojo varias veces y, eso, le generó cierta intriga respecto a él. Entonces se dio a la tarea de averiguar un poco más sobre él, para así poder darse una idea de la clase de persona que era. Aunque claro, sabía que la mejor forma de llegar a conocer a alguien era acercarse a la persona e ir, poco a poco, descubriendo cualidades que hacen especial a alguien.
La primera impresión que tuvo de Ron -tras sus investigaciones- fue su entrañable llegada a Hogwarts aquel mismo año. Después se enteró de que en primer año, Ron, había contribuido a ganar la Copa de las Casas gracias a su jugada y victoria en un juego de ajedrez gigante. Entre otras cosas. Cualquiera pensaría que Ron Weasley era alguien carismático y, de cierto modo, un chico de los que se mete en problemas a razón de una causa mayor. Sin embargo, Luna le echaba ojeadas de vez en cuando y, en algún momento, dedujo que Ron podría ser un chico de lo más común y tranquilo posible, como si su perfil no encajara con las hazañas que había llevado a cabo.
Un día durante su tercer año, Luna, pudo notar el extraño comportamiento de Ron hacia ella; se le acercaba por momentos, a una distancia prudente, pero hasta ahí, no pasaba nada más. Se preguntó por qué de repente actuaba así. Pensó que podría ser que simplemente quería hablarle y listo pero ¿por qué no lo hacía? ¿Qué le paraba hacerlo? Luego recordó, como un balde de agua fría, que ella misma era conocida en Hogwarts por ser una Lunática y que muy, muy rara vez alguien se le acercaba a siquiera pedir la hora o algo.
Ella tampoco hacía demasiado esfuerzo por adaptarse a sus compañeros, tenía la idea de que alguien siempre es único por quién es y no por su apariencia. Por supuesto, Luna tampoco le hablaba a Ron y eso era porque se le hacía un poco difícil llegar a hablar con la gente, claro, después de recibir insultos y bromas por parte de la mayoría de sus compañeros de casa, ¿qué se podía esperar de un Gryffindor? Si bien era cierto que ambas casas no tenían una rivalidad muy competitiva, también era cierto que incluso entre los Gryffindors corría el rumor de Lunática Lovegood.
Durante algún tiempo pensó que llegaría a graduarse de Hogwarts sin haber tenido ni un solo amigo, sin duda eso sería un récord, pero luego llegaron Ginny, Hermione, Neville, Harry y…Ron. Éste último parecía ser el que más apego tenía a Luna, y ella jamás había visto a nadie comportarse así con ella. Parecía como si, al hablar con Luna, Ron automáticamente era hechizado y toda su atención era totalmente dirigida a ella. Era raro pero, al mismo tiempo, la hacía sentir importante y escuchada. No pretendía que sus amigos no la hacían sentir bien, claro que lo hacían, pero Ron era diferente.
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Una liebre para un Weasley
FanfictionRon Weasley es famoso por ser el mejor amigo de Harry Potter y acompañarle en sus aventuras. Sin embargo, en este fic nos centraremos en Ron y cómo poco a poco va formando fuertes lazos con Luna Lovegood. Una emocionante aventura les espera. [Histor...