Capítulo 27

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Saihara después de recuperarse por fin bajó al sótano donde estaba Ouma, este estaba acostado sin decir nada, incluso no reaccionó cuando bajó Saihara. Esto a él no le sorprendió ya que sabía lo que significaba su madre desde siempre, por eso la quería matar desde un inicio, pero ahora parecía que Ouma estaba deprimido, entonces se acercó para mirarle.

Shuichi: No te ves nada bien, ¿no te gustaría salir?

Kokichi: ...

Shuichi: Te estoy hablando.

Kokichi: ¿Para qué?

Shuichi: Pensé que sería lindo que fuéramos al parque.

Kokichi: Lindo.

Ouma se sentó al momento de sentir eso y miró a Saihara demasiado serio, entonces Saihara se molestó para después darle una bofetada a Ouma en la cara después de eso Ouma nuevamente lo miró de la misma manera.

Shuichi: Yo no la maté.

Kokichi: Antes lo quisiste hacer.

Shuichi: Estorbaba.

Kokichi: Ya me di cuenta.

Shuichi: Ya ni tartamudeas.

Kokichi: No me di cuenta.

Saihara se acercó para después besar a Ouma pero este solamente se quedó mirándole mientras lo hacía sin hacer nada, ni corresponder ni tampoco apartarlo, lo cual le pareció demasiado preocupante a Saihara, entonces en esos momentos se separó para después tomar las mejillas de Ouma.

Shuichi: Se que estás deprimido, pero la vida es así, completamente injusta, si Dios realmente existe entonces es alguien malo, después de todo te deja en este horrible estado, pero no debes hacer nada más que aceptarlo, no tienes alternativa, no tienes a nadie más, yo te amo. Nunca quise matar a nadie, era un chico normal hasta que maté a Momota, ¿por qué? Por ti, estaba harto... De todo, pero aún así me sentí mal hasta que mi tío me dijo que podría hacer lo que quisiera, descubrí que amo matar y torturar personas, pero no cualquier persona cómo mi tío, sino personas que se entrometen, personas que están cerca de esas personas, las que sé que amas más que a mí, las que te separan de mí, me sentí tan  insuficiente que hice todo esto para asegurarme que no te separes de mí, no quiero separarme ni un minuto, solos tú y yo... Eso quise desde el principio, Kokichi, ya no te queda nadie más que yo, te prometo que dedicaré mi vida hacer todo por ti, nunca te dejaré, nunca me iré, nunca moriré a menos que tú mueras primero, dedicaré mi vida a ti.

Ouma se quedó callado, pero... ¿Importaba? Ya no tenía a nadie... Nadie lo podría salvar, si intentaba escapar lo iban a volver atrapar, ¿a dónde iría si quiera? Ya nada importaba, si estaba condenado al infierno... Entonces tendría que adaptarse a él.

Kokichi: Está bien... Ya me quedaré contigo.

Shuichi: ¡¿Lo prometes?! Verás que no te vas arrepentir, seremos muy felices.

Saihara abrazó a Ouma y este correspondió pensando que si realmente podría aguantar esa situación, lo único que quería era cerrar los ojos y despertar en los brazos de su madre.

Sé mío. 2021-2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora