⸺1 | Mr. blue Sky ⸺

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Mr. Blue Sky

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Cuando yo tenía diez años sentía que mi vida acabaría al no obtener un juguete lindo de la tienda. También soñaba con tener los preciosos dieciséis. ¡Que le den a la adolescencia!

Lo peor de ser humanos es que siempre queremos adelantar cada etapa; cuando era una pequeña niña sin responsabilidades quería llegar a la adolescencia solo para tener novio — Spoiler: no he dado ni mi primer beso—, y ahora que soy una adolescente solo quiero ser adulta para no tener que pararme cada día a las seis de la mañana para ir a la escuela.

Cada mañana veo como mis padres se alarman por no tener dinero para surtir el mandado, y ellos cada mañana me ven sufriendo porque no quiero ir a la escuela. ¡Pero lo mío si tiene un justificante valido! Odio ir a la escuela y no es porque soy mala estudiante (aunque, de hecho, lo soy), es porque odio tener que soportar ocho horas oyendo cada pensamiento de cada alumno y maestro.

Veo mi reflejo en el espejo que tengo en la pared. Es uno de mis muebles favoritos, y no es porque sea nuevo, es porque en el marco de ese espejo tengo pegadas fotos e imágenes que me "definen" como persona.

A veces despierto con un humor aceptable, y solo veo lo guapa que estoy, y otros días despierto con un humor de la mierda. A veces depende de cuanto tiempo dormí, y otras veces depende del color del cielo. Sí, el color del cielo.

Mis padres dicen que es una estupidez, pero adoro ver como el cielo está despejado de nubes y solo muestra su vibrante azul. Eso es un poco irónico si tenemos en cuenta que ese cielo aparece más en época de calor, ¡Y yo amo el frío!

En fin, hoy es de esos días en los que el bello cielo decidió darme una buena rutina mañanera. ¡No hay ni una nube!, he de admitir que no solo dependo del color del cielo, también dependo de lo que soñé o de la forma en la que me desperté.

Mi mirada recae en el alboroto que tengo por cabello. Es algo corto, pero eso no quita que sea un desastre cada mañana. También observo las ojeras que se forman bajo mis ojos, o mis delgados labios. Si hubiera despertado con el pie incorrecto, estaría despreciando cada detalle de mí, pero ahora solo puedo aceptar mis defectos como algo que me hace... ¿linda?

Una canción de pop en ingles empieza a sonar, y sé que es mi alarma para despertarme. Realmente me levanté unos treinta minutos antes gracias a la fuerte ansiedad que sentía por hoy. He de decir que el color del cielo solo logra ponerme de buen humor, no logra ayudar a que mi ansiedad disminuya o aumente, eso si depende al cien por ciento de mí.

Ayer no pude planear del todo bien lo que haría hoy, y solo contaba con ignorar a Peter a toda costa. Se que él solo quiere ser amable conmigo, pero me da algo de miedo relacionarme con otras personas —y más si tenemos en cuenta que, quien quiere hablar conmigo, es mi crush—.

Me dirijo a la mesita de noche en donde se encuentra mi celular y apago la melodiosa alarma. Honestamente no sé por qué puse aquella música como alarma, cada que suena termino soñando con la canción. En fin.

Veo la hora y noto que es temprano, muy temprano. Apenas son las seis con dos minutos y, en mi horario, es la hora en la que apenas me acuesto. Pero estamos en época de clases, y tengo que mantener mi horario bien ordenado.

Con el teléfono en mano me dirijo al pequeño baño que está en el pasillo de la escalera. Entro y me lavo la boca. No soy de las que se bañan en la mañana, principalmente porque no quiero morir por una hipotermia.

𝑰𝑵𝑬𝑭𝑨𝑩𝑳𝑬 | Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora